27 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Fox reaviva cómo el presidente de Estados Unidos fue acusado de perjurio por declarar bajo juramento ante un tribunal que no tuvo sexo con su becaria

Vuelve Mónica Lewinsky: El escándalo que casi acaba con Bill Clinton se convierte en teleserie

Bill Clintos y Mónica Lewinsky.
Bill Clintos y Mónica Lewinsky.
'Impeachment', la nueva serie de Ryan Murphy, repasará uno de los grandes escándalos políticos de la reciente historia estadounidense: el Caso Lewinsky. Mónica Lewinsky era una joven becaria que mantuvo relaciones sexuales con el entonces presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton. El presidente demócrata fue acusado de perjurio por haber negado que mantuvo relaciones sexuales con la joven ante un tribunal y estando bajo juramento.

Una vez más Ryan Murphy vuelve a revisitar algún momento clave de la historia de su país en un serie de televisión. Tras contar el asesinato de Versace y el enfrentamiento durante décadas en Hollywood entre Olivia de Havilland y Bette Davis, ahora en Impeachment repasa el último gran escándalo sexual y político del siglo XX el que tuvo como protagonista a Mónica Lewinsky y al entonces presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton. 

El Monicagate, o escándalo Lewinsky, fue el punto más recordado de una compleja trama política y judicial. En 1997, cuatro años después de su llegada a la Casa Blanca, Bill Clinton tenía el 55% de popularidad. Esto era algo extraño en la historia americana ya que el desgaste del poder hace que tradicionalmente los presidentes pierdan rápidamente popularidad. Clinton escapó a la norma y, además, se mantenía en mitad de dos escándalos.

Por un lado el Caso Whitewater, un caso de corrupción inmobiliaria que salpicaba al matrimonio Clinton por presuntas irregularidades cuando se dedicaban a la empresa privada. Por otro, había recibido acusaciones de acoso sexual por parte de Paula Jones, una funcionaria pública que había trabajado para él cuando había sido gobernador de Arkansas. Los supuestos hechos habían ocurrido en 1991 pero fueron resucitados por el periódico conservador The american spectator y de ahí a los tribunales.

La antesala del caso

En enero de 1994 accedió a la Fiscalía General, el juez conservador Kenneth Starr. Pasó a ser la acusación oficial contra Clinton en el Caso Whitewater. Este dato es fundamental para la maraña en la que se convirtió el Monicagate. En 1997 Cilinton fue absuelto de los casos de abusos. En ese juicio declaró contra el presidente la funcionaria del Departamento de Asuntos Públicos del Pentágono, Linda Tripp que tras esto perdió su trabajo.

Mónica Lewinsky. 

Durante los meses que trabajó en la Casa Blanca, Tripp hizo amistad con una joven, Mónica Lewinsky que había declarado lo contrario que ella en el juicio por el Caso Jones. A pesar de esto la amistad se mantuvo y Mónica hizo de Linda su confidente. Había iniciado sus escarceos con Clinton y se desahogaba con su supuesta amiga. Mientras Mónica abría su intimidad, Linda la grababa. Por si fuera poco, intentaba convencerla de que Clinton la había engatusado y que lo suyo era un caso abuso de poder. Estas cintas serían fundamentales en lo que pasaría después.

En noviembre de 1997 los abogados de Paula Jones se ponen en contacto con Mónica para reactivar el caso. Esta se niega a colaborar. En enero estos leguleyos se unen con Kenneth Starr y Linda Tripp. En la reapertura del caso Jones, del que saldría de nuevo absuelto, Clinton es preguntado en sala por el juez, estando bajo juramento, si había tenido relaciones sexuales con Mónica. Su respuesta negativa se volvería en su contra.

El escándalo mediático

El 18 de enero de 1998 una página de internet se hace eco de la historia de Mónica Lewinsky. Hasta ahora la historia había sido un lío entre los enterados de Washington pero no había saltado a la luz pública. Sin embargo, las cintas que Tripp entrega a espaldas de Mónica a Kerr no tienen validez judicial. Tripp vuelve a quedar con Mónica en un centro comercial y graba con un micrófono. Es seis semanas después cuando todos los periódicos y teles empiezan a hablar de Mónica Lewinsky. El caso se vuelve imparable.

En julio de 1998 Kerr y Lewinksy pactan. A cambio de inmunidad, ya que ella también había mentido bajo juramente en el Caso Jones, Mónica decide declarar confesando sus encuentros con Clinton. Además, descubre la prueba fundamental del caso: el vestido azul, que se haría célebre, con una mancha de esperma. El vestido fue guardado por su madre y tras someterse a las pruebas pertinentes en un laboratorio del FBI se confirmaría que eran restos biológicos de Clinton.

Paula Jones. 

El 17 de agosto Clinton declara desde la Casa Blanca por vídeo en el juicio por perjurio. Esa misma noche se dirige a la nación en un mensaje. En este mantiene nuevamente que no tuvo sexo con Mónica. Finalmente sería declarado No culpable. La estrategia de Clinton fue declarar que para él, sólo se puede hablar de relaciones sexuales es cuando hay penetración. Una felación no lo consideraba como tal. A partir de entonces habló de relación inadecuada. Nada más. 

El fiscal Kerr no estaba contento con esto y decidió hacer pública las pruebas del juicio ya que no estaban bajo secreto de sumario. El pueblo americano descubrió el contenido de las conversaciones de Linda y Mónica y se emitieron por televisión.

Consecuencias políticas

Contra todo pronóstico el escándalo no les pasó factura a los demócratas. El 3 de noviembre se celebraron elecciones a las cámaras y éstos ganaron, algo poco habitual con el partido del Gobierno. Sin embargo, todo no estaba dicho. A finales de noviembre, Starr apoyado por congresistas americanos decidió iniciar un empechment contra Clinton por perjurio y obstrucción a la justicia en Caso Jones. Sería el segundo de toda la historia estadounidense.

El proceso se inició el 12 de diciembre de 1998 con la declaración de Starr en el Senado. El 6 de febrero de 1999 fue la declaración más mediática. La de Mónica en el Senado. Seis días después Clinton se libró de perder la presidencia. Se necesitaban 67 votos para ella. Por perjurio solo obtuvo 45 y por obstrucción hubo un empate de votos. Andando el tiempo, en el año 2000 el fiscal Starr tampoco pudo demostrar la implicación de los Clinton en el Caso Whitewater, el origen de todo este lío.

Todavía son muchos los que consideran que Mónica Lewinsky se dejó usar políticamente por los enemigos de Clinton. Mónica Lewinsky, descendiente de inmigrantes judíos de la II Guerra Mundial, nació en Califonia en 1973. Entró a trabajar a la Casa Blanca a finales de 1995 gracias a un reajuste presupuestario que hizo que para ahorrar dinero se contratara a becarios sin sueldo que acababan haciendo funciones que años antes correspondían a funcionarios y que jóvenes acabaran teniendo contacto directo con altos cargos trabajando codo con codo, como ocurrió con Mónica y el presidente. Tras el estallido del escándalo, Mónica concedió varias entrevistas en prensa y televisión (recordadas son sus visitas a Larry King y Barbara Walters) previo paso por taquilla y se convirtió en una celebridad. Diseñó bolsos y dictó a Andrew Morton, biógrafo de Diana de Gales, sus memorias y llegó a presentar un programa de televisión llamado Mr. Personality, una especie de Gran Hermano. Desde 1999 vive en Nueva York donde se graduó en piscología y estilizó su figura. En 2013 estuvo a punto de subastar el famoso vestido. Ese año se unió a las redes sociales. En la campaña de 2016, Trump pretendió utilizarla para su campaña contra Hillary Clinton.

El Caso Lewinsky para los americanos fue un punto de no retorno en la polarización ideológica de Estados Unidos. Para el resto del mundo fue una fuente inagotable de chistes que parodiaban el presunto puritanismo de los americanos. Cantantes tan dispares como Nacho Cano, Daddy Yankee o Micki Minaj hacen referencia al caso en canciones. También el cine ha hecho referencia al asunto con tono paródico. También se ha quedado en la cultura popular hacer un Lewinsky como sinónimo de felación.

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