Crimen de la viuda negra de Alicante, 6 años ya: Los engaños de Conchi y su cuidador
José Luis Alonso fue asesinado por su mujer y su asistente dos semanas solo después de contraer matrimonio con Conchi
Este martes se cumplen seis años del conocido crimen de la viuda negra de Alicante. El 20 de agosto de 2018 José Luis Alonso fue asesinado por su reciente mujer, Concepción Martín, y su cuidador. José Luis y Conchi se habían citado en su autocaravana, que estaba en una zona cercana a la playa de la Albufereta de Alicante, para celebrar una cena romántica.
Conchi le había avisado de que estaría presente el cuidador en la cita. Tras acudir al lugar José Luis Alonso fue atacado sorpresivamente por el cuidador.
Este le comenzó a atacar con un objeto punzante. Tras el comienzo de la agresión, Conchi se levantó de su silla de ruedas y comenzó a sujetar y golpear a su esposo. Francisco falleció en el acto a causa de las heridas sufridas.
Cabe recalcar que Conchi tenía cuidador debido a que fingía padecer una enfermedad. La asesina simulaba padecer paraplejia debido a un accidente que sufrió. Esto lo hacía para poder cobrar una indemnización. Tanto Conchi como su cuidador, Francisco Pérez, fueron detenidos tras cometer los hechos.
El juicio se celebró con Tribunal de Jurado en la Audiencia Provincial de Alicante en septiembre de 2020. En él ambos acusados se declararon inocentes. No obstante, los dos fueron condenados por los delitos de asesinato con alevosía y ensañamiento. En el caso de Conchi se le aplicó la agravante de parentesco. La mujer de la víctima fue condenada a 22 años de prisión y su cómplice a 20 años de prisión.
Ambos recurrieron la sentencia ante el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana. Este tribunal terminó condenando a Conchi a 23 años y medio de prisión y a Paco a 22 años y medio de prisión. Este aumento de pena se debió a la agravante de disfraz.
Esto incrementó en un año la pena al interpretar que se vistieron de oscuro y con gorra para no ser reconocidos. Tras un nuevo recurso el Tribunal Supremo confirmó esta sentencia. Conchi y Paco ingresaron en la prisión de Fontcalent.
El contexto del asesinato
Concepción Martín y José Luis Alonso llevaban sólo dos semanas casados. Alonso era el cuarto marido de Conchi. La víctima accedió a casarse con Conchi porque sus dos asesinos le dijeron que era necesario por asuntos legales y económicos, para que a ella le permitieran seguir viviendo de su falsa invalidez.
El cómplice del crimen contaba con antecedentes por robo y drogas. Era muy amigo de José Luis Alonso, pero también amante y excuñado de Conchi, ya que estuvo casado con su hermana. La relación entre Conchi y Paco era conocida.
Ambos contaban que Paco tenía un doble cáncer terminal, de colon y pulmón. Familiares del supuesto autor material de la muerte de José Luis acabaron desmintiendo esta enfermedad.
José Luis era el cuarto marido de Conchi. Sus dos primeros esposos, de los que se divorció, están vivos, pero el tercero falleció de forma violenta. Ocurrió en febrero de 2016 y murió degollado a manos de su propio hermano que fue condenado por el crimen.
Nadie sospechó entonces que ella pudiese estar implicada, ya que no tenía ningún tipo de relación con su cuñado. Su primer marido ha declarado en la televisión que llegó a hacer un testamento para beneficiarla, puso su piso al nombre de la mujer y se hizo un seguro de vida.
El matrimonio no convivía y José Luis ya le había comentado a algunos amigos que estaba cansado de Conchi y que era muy controladora. El 20 de agosto de 2018 quedaron en un solar frente al mar usado de estacionamiento del barrio de la Albufereta. Allí mantuvieron una acalorada discusión que concluyó con los gritos de la víctima y los impactos con el destornillador, que resultaron mortales.
Una agente de la Policía Nacional de paisano que hacía "running" con un amigo y que acababa de parar en un mirador cercano para atarse la zapatilla, oyó las voces y agudizó la vista para descubrir lo que ocurría. Esta policía no dudó en descender a la carrera mientras su amigo mantenía la vista en el suceso, y logró retener a Conchi y su supuesto cuidador hasta que llegaron sus compañeros uniformados.
Avanzadas las investigaciones Conchi dejó atrás su supuesta paraplejia. De hecho, llegó a realizar la reconstrucción de los hechos caminando. Conchi simulaba una tetraplejia para obtener una renta vitalicia. La investigación apuntó a que el móvil del crimen fue un matrimonio de conveniencia entre Conchi y la víctima para tratar de encubrir su supuesta invalidez de cuello hacia abajo por un hipotético accidente.
Personas del entorno del malogrado matrimonio desvelaron que ella les había confesado que estaba pendiente de recibir una indemnización de unos 200.000 euros por ese siniestro y que aspiraba a una pensión vitalicia por ese tipo de invalidez. A esto se le sumó que varios testigos, incluida la policía fuera de servicio, la vieron sujetando con fuerza a la víctima mortal mientras su cuidador propinaba las puñaladas en la cabeza, cuello y pecho en el aparcamiento del barrio de la Albufereta.
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