Quince años del asesinato de Laura Alonso en Toén: La vida en libertad de su exnovio

Hace quince años que Laura Alonso era asesinada a manos de su exnovio, Javier Cruz García. Los hechos se remontan al 24 de agosto de 2009 en Toén, Ourense. Tras una discusión Javier Cruz estranguló a Laura con su propia chaqueta y posteriormente se deshizo del cuerpo. 

Siete días después del crimen su exnovio fue detenido por las autoridades y confesó haber matado a la joven de 19 años. Un día antes el cuerpo de la joven había sido encontrado por las autoridades.

Javier Cruz fue declarado culpable por el delito de asesinato con una pena de prisión de 18 años. Sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia de Galicia rebajó la pena de prisión de 18 años a 15. En enero de 2025 hubiese cumplido la totalidad de su condena.

La rebaja de pena surgió tras haberse absuelto al asesino confeso de Laura del delito de asesinato. Condenándole a un delito de homicidio con la concurrencia de circunstancias agravantes de abuso, superioridad y parentesco. Más una indemnización de 200.000 euros más intereses legales.

Tras pasar 10 años en la prisión de Pereiro en Ourense, Javier Cruz obtuvo el tercer grado. Solo cumplió dos tercios de la condena.  Tras salir de prisión en 2020, comenzó a trabajar en el taller que su tío tiene en Ourense y volvía a la cárcel para dormir. 

Este taller se encuentra a solo diez kilómetros de la casa de la familia de la víctima. Actualmente, está apartado del foco mediático y está tratando de rehacer su vida.

Fuentes penitenciarias cuentan a elcierredigital.com detalles de su vida en prisión. “Para poder acceder al tercer grado cinco años antes de terminar de cumplir la condena mantuvo un buen comportamiento sin apenas sanciones. Previamente, disfrutó de varios permisos".

"En este tipo de delitos los condenados suelen tardar más tiempo en recibir beneficios penitenciarios”, aseguran. Los primeros permisos le fueron concedidos en 2016. 

La salida de prisión provocó la indignación de la familia de Laura Alonso. Los padres de Laura pidieron una orden de alejamiento, ya que tenían miedo y no querían encontrarse con el hombre que mató a su hija.

Los hechos acontecidos

El 24 de agosto de 2009  Laura Alonso salió a  tomarse algo con unos amigos en la localidad de Xestosa, donde residía, pero nunca llegó a casa. La joven desapareció y no se volvió a saber nada de ella hasta que se encontró su cadáver.

Previo a su muerte,  Laura recibía amenazas. Ambos habían roto la relación y se encontraban en otra pareja. No obstante, seguían viéndose a escondidas. 

Tras encontrarse aquella noche con Javier Cruz en el coche, Laura telefoneó a su novio y la llamada provocó una acalorada discusión. 

Según Javier Cruz la discusión se debió a que Laura se enfadó porque el condenado hubiese pasado el fin de semana con su nueva novia. “Me escupió, pegó y fue ahí cuando, no sé por qué motivo, le eché las manos al cuello y en poco tiempo se cayó”, explicó.

La joven era considerada por sus allegados como “una chica trabajadora, estudiosa y querida en el pueblo”. Durante las investigaciones se dio con el paradero de su chaqueta, su móvil y su coche, un Seat Ibiza.

Fueron entregados a los agentes policiales por una joven que transitaban por la zona. Sin embargo, hasta ese momento aún no se localizaba a la víctima.

Tras días de intensa búsqueda se produjo el  hallazgo del cuerpo sin vida de Laura  en una de las zonas que ya había sido rastreada con anterioridad. El cadaver fue localizado debido al fuerte olor a putrefacción que desprendía.

En septiembre de ese mismo año se decretaba el ingreso a prisión sin fianza del asesino confeso de Laura, el exnovio de 32 años y también vecino de Toén. Laura había denunciado a su expareja por malos tratos en 2008, aunque posteriormente por presiones familiares retiró la acusación.

Durante el juicio Javier Cruz fue acusado y señalado por algunos testigos, que vieron como maltrató a la joven. Aunque declaró ante el tribunal que "no tenía intención de matarla" y que todo sucedió en medio "de una disputa".

Tras acabar con la vida de Laura, lejos de pedir ayuda, Javier se dispuso a deshacerse del cadáver. La colocó en el asiento trasero de su coche, lugar donde se dio el crimen, y se dirigió a una zona forestal  donde abandonó el cuerpo sin vida de Laura. Luego procedió a deshacerse de los objetos personales de la chica y de su coche.