Samuel Little, el criminal más sanguinario de EEUU: Esta es su macabra historia

La crónica negra de Estados Unidos ha estado marcada por hechos terribles y asesinos sanguinarios. Uno de los más tenebrosos fue Samuel Little y este 30 de diciembre se cumplen cuatro años de su muerte en Los Ángeles, California. De hecho, está considerado el asesino más sanguinario de EEUU.

Little falleció en un hospital mientras permanecía en prisión, cumpliendo tres cadenas perpetuas tras su condena en 2014 por los asesinatos de tres mujeres. Nunca ha trascendido la causa de su muerte, pero se sabe que padecía numerosos problemas de salud, entre ellos, diabetes. 

Fue detenido en 2012 en un albergue para personas sin hogar en el estado de Kentucky. Tras tomarle una muestra de ADN se descubrió que estaba vinculado con las muertes de tres mujeres. Estas tres mujeres habían sido estranguladas. 

La primera víctima fue Carol Alford, cuyo cuerpo fue encontrado en un callejón en 1987. La segunda fue Audrey Nelson, encontrada en un contenedor en 1989. La última de las víctimas por la que fue condenado era Guadalupe Apodaba, hallada en un garaje en 1989.

Pese a las acusaciones, Little adujo en todo momento que era inocente. Sin embargo, nadie le creyó y el tiempo acabó dando la razón. Dentro de Little se encontraba un monstruo sanguinario.

La historia de un asesino serial

La realidad es que en 2018 Samuel Little confesó en una grabación haber asesinado a 93 personas. Tras su confesión se probó que había asesinado a 50 personas entre 1970 y 2005. Little estuvo años actuando de manera impune hasta que su ‘adicción’ a la delincuencia le descubrió.

Cuando se supo de estos tres crímenes de Samuel Little se comenzó a reinvestigar otras muertes con su modus operandi. Y es que por aquel entonces había una importante cantidad de casos sin resolver con víctimas muy similares. La mayoría eran mujeres vulnerables, dedicadas a la prostitución y adictas a algún tipo de droga.

Así, al no tener otras pistas, muchas de estas muertes se atribuyeron a la sobredosis o a una causa accidental. No obstante, Little conocía lo que les había pasado a estas mujeres y en 2018 se lo confesó al FBI. Fue el propio cuerpo policial quien decidió entrevistarle al sospechar que podría estar detrás de un crimen en Texas.

Little accedió a cooperar a cambio de ser trasladado de centro penitenciario. Sorprendió que pese a que hubiesen pasado unos cuantos años el asesino se acordaba de detalles muy minuciosos. De hecho, fue capaz de dibujar los rostros de sus víctimas. 

Durante la confesión no mostró arrepentimiento por lo ocurrido. De hecho, se mostraba orgulloso de sus acciones. Según su relato, todo se remonta a la década de los años 50, cuando empezó a tener una vida nómada.

Iba de un pueblo a otro de Estados Unidos, delinquía y compraba drogas y alcohol. Al mínimo problema con la justicia se iba a otro pueblo. Fue detenido por primera vez en 1956 y durante los siguientes años volvió a tener problemas con la justicia. 

Con el paso del tiempo desarrolló una personalidad asesina, de modo que en los pueblos asesinaba a sus víctimas y se trasladaba a otro lugar. Antes de descubrir el ‘monstruo’ que era había sido detenido por violación y asesinato, pero quedó en libertad. 

Uno de los casos que narró el propio Samuel Little fue el de Melissa Thomas, de 24 años. Ocurrió en 1996. Según lo declarado, la invitó a su coche a consumir drogas y cuando iban a tener relaciones sexuales la agarró del cuello.

Y ella le preguntó si era un asesino en serie. La pregunta provocó ira en Little y la acabó asesinando.

Little era exboxeador y acumuló un centenar de arrestos por delitos como secuestro, violación o robo a mano armada durante cinco décadas. Solía dar un puñetazo a sus víctimas para noquearlas y estrangularlas. Hacía uso de una fuerza extrema, de hecho, a una de sus víctimas le rompió la columna vertebral de un golpe en el abdomen.

Los crímenes descritos por Samuel Little se extienden en el tiempo durante 45 años y se cometieron en 37 ciudades de 14 Estados.