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Vista de una prisión con una torre de vigilancia alta en el centro y edificios rodeados por una cerca.
SUCESOS

Nueva agresión en la cárcel de Picassent a un funcionario

Este 30 de mayo de nuevo, un interno agredía a un funcionario evidenciando que la violencia en prisiones aumenta.


Hace poco más de dos meses que una cocinera del centro penitenciario de Mas d’Enric, Tarragona, fue asesinada por un interno. Este suceso incrementó las protestas de los funcionarios de todo el país relacionadas con la impunidad y el incremento de las agresiones a trabajadores de las prisiones españolas en los últimos años. La última agresión a un funcionario tuvo lugar el 30 de mayo en el centro penitenciario de Picassent en Valencia.

Hay que señalar que el Centro Penitenciario de Valencia se encuentra al máximo de su capacidad, por encima de los 2.150 internos, lo que hace muy difícil una adecuada clasificación de los mismos según su perfil. En las marchas ocurridas en marzo los funcionarios culparon del caos penitenciario a “la mala clasificación de los presos”.

En una conversación con elcierredigital.com el portavoz de ACAIP, Joaquín Leyva, declaraba que “está claro que partimos de una clasificación de los internos que atiende mucho más a un maquillaje estadístico que a un tratamiento personalizado del interno acorde a la realidad. Esto nos aboca a una mayor conflictividad”. 

Edificio con torre de vigilancia y estacionamiento en primer plano.
Centro penitenciario de Valencia. | El Cierre Digital

Respecto a la prisión de Picassent, esta se encuentra en pleno proceso de obras en varios módulos. Sin embargo, la prisión no ha visto reducida su ocupación. Cabe recalcar que Acaip-Ugt realizó una petición en ese sentido a la Administración penitenciaria que fue rechazada. A través de un comunicado, Acaip señala que “los partidos políticos siguen sin ponerse de acuerdo para aprobar la norma que permita, de una vez por todas, que los empleados de Instituciones Penitenciarias tengan la condición de Agentes de la Autoridad”.

El representante de Acaip-Ugt en Valencia, Alberto Téllez, señala ante elcierredigital.com que “esta situación debe cambiar ya. Pero son muchas las cosas que tienen que cambiar, de hecho hubo un protocolo de agresiones en el ámbito penitenciario del que nos retiramos porque entendíamos que no valía para mucho lo que se disponía en ese protocolo. Son muchos los factores que están complicando las cosas cada vez más. En concreto, el centro de Picassent cuenta con un exceso de internos que complica las condiciones en prisión. No vemos que la administración esté por la labor de cambiar algo”.

"Entendemos que los internos tienen la percepción desde hace tiempo que cualquier incidente que protagonizan en la prisión no tiene consecuencias. Cada vez la pérdida de autoridad es mayor, aparte de que no tenemos la necesaria condición de Agentes de la Autoridad. Hay una pérdida de respeto hacia la autoridad de carácter general, se sienten impunes”, concluye Alberto Téllez.

Los hechos acontecidos 

Los hechos ocurrieron en torno al mediodía del 30 de mayo en el módulo 24 de la Unidad de Preventivos de Picassent, que albergaba a casi 130 internos. Estos esperaban para adquirir productos en el Economato, que es uno de los momentos de mayor tensión a lo largo de la jornada. Fue durante esta espera cuando un interno empujó a otro y uno de los funcionarios de servicio indicó al interno que saliese de la cola, a lo que éste se negó y comenzó a insultarle.

Con la intención de evitar un incidente de mayor gravedad, los funcionarios intentaron sacar al interno de dicho módulo, pero este se resistió  propinando empujones y codazos, alcanzando uno de ellos en la zona del costado a uno de los funcionarios, que le deja sin respiración. 

Patio de una prisión con paredes altas y alambre de púas en la parte superior, donde se observan tres personas caminando y realizando actividades.
Patio de la cárcel de Picassent. | El Cierre Digital

Tras la agresión fue necesaria la presencia de funcionarios de otros departamentos para conseguir trasladar al interno, lo que resultaba muy complicado por su gran corpulencia y porque seguía resistiéndose de forma activa. El funcionario golpeado tuvo que ser trasladado a un centro hospitalario, donde permaneció varias horas.

Tras las pruebas diagnósticas realizadas, se pudo descartar que tuviera algún tipo de fractura o afectado algún órgano interno. Pese a ello, deberá permanecer de baja médica ya que sigue teniendo problemas para respirar.

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