Los grupos de extrema izquierda en España: Fomentan odio, radicalismo y violencia
La última víctima de la extrema izquierda fue Víctor Laínez, asesinado a golpes por Rodrigo Lanza en 2017.
Tras la muerte de Francisco Franco en 1975, la sociedad española que rechazaba la transición a la democracia se dividió en tres vertientes. Por un lado, estaban los independentistas que pugnaban por la independencia. Por otro lado, estaba la extrema derecha que buscaba un retorno al régimen franquista. Por último, estaba la extrema izquierda, que rechazaba todo lo conocido y buscaba una revolución. Según apuntaba una encuesta del CIS realizada en 1978, la extrema izquierda tenía un peso siete veces superior que la extrema derecha entre la ciudadanía.
El pasado 30 de mayo, el Sindicato Unificado de Policía (SUP) llevó a cabo una ponencia sobre los grupos de extrema izquierda de la mano del excomisario Germán Rodríguez Castañeira. Para el excomisario, “los grupos de extrema izquierda, al igual que los de extrema derecha entran dentro del concepto de los delitos de odio y del radicalismo por medio de la violencia. Es idéntica a la extrema derecha, incluso en los perfiles personales y en el rechazo del sistema democrático. Su punto máximo de violencia fue entre los años 2012 y 2016”. Entre los grupos de extrema izquierda que más han llamado la atención en los últimos años destacan Izquierda Castellana y los Bukaneros, un colectivo de 'ultras' del Rayo Vallecano, según sostienen fuentes expertas.
“Desde hace siete años, la actividad de los grupos de extrema izquierda ha disminuido en gran medida, posiblemente porque ahora gobierna la izquierda en España. Estos grupos ya no tienen la capacidad de convocatoria que tuvieron en su momento más álgido. Es un fenómeno que es complicado que desaparezca, pero podría resurgir su actividad en caso de que volviese el gobierno de derechas y aplicase algún tipo de política que no sea de su agrado. Actualmente los grupos de extrema izquierda más activos son los antisistema”, añadía el excomisario.
Como se viene mencionando, el origen de los grupos de extrema izquierda se remonta a la muerte de Franco, momento en el que subsistían dos bandas terroristas con un objetivo común, que era la revolución, y una estrategia basada en la acción-represión. Además, a diferencia de la extrema derecha, estas organizaciones estaban mejor organizadas y disciplinadas con un fuerte liderazgo.
Los orígenes de la extrema izquierda en España
La primera de estas dos bandas terroristas fueron los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO). Su primera aparición tuvo lugar en 1975 con el asesinato de cuatro policías y desde entonces comenzó su trayectoria sanguinaria con un total de 93 víctimas, siendo la segunda organización terrorista en número de asesinatos después de ETA. También fue la segunda más longeva, ya que su último atentado fue en 2006. Nunca se disolvieron oficialmente pero desde entonces no volvieron a atentar.
Una de las acciones criminales más relevante fue el secuestro de Antonio María de Oriol y Urquijo, Presidente del Consejo de Estado. De Oriol y Urquijo permaneció secuestrado desde el 11 de diciembre de 1976 al 11 de febrero de 1977, siendo liberado tras una brillante operación policial. Otra de las acciones criminales fue el atentado en la cafetería California 47 en Madrid, donde hubo un total de 9 muertos y 61 heridos.
La otra banda terrorista fue el Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP). Su primera aparición tuvo lugar el 1 de mayo de 1973, cuando asesinaron al subinspector de la Brigada de Información con unas lanzas caseras. Era un grupo de ideología maoísta. Respecto a esto, Castañeira señalaba en la ponencia que “era un grupo de ideología maoísta, increíblemente oscura y tenebrosa porque admiraban a Enver Hoxha, dictador de Albania, la república más oscura de Europa”. Este grupo cometió seis asesinato, cinco de ellos policías y un guardia civil. Su disolución tuvo lugar en 1981 y tras ello algunos miembros se sumaron al GRAPO.
Tras la muerte de Franco también surgió la izquierda extraparlamentaria antifranquista, que estaba en contra de la Reforma y de la Constitución. Nació como consecuencia de las escisiones del Partido Comunista, que lanzó la consigna de la reconciliación nacional. Hubo una serie de grupos que no compartían la deriva democrática del Partido Comunista ni la reconciliación. Estaban a favor de la revolución y legitimaban la lucha armada, pero no la ejercieron. También estaban en contra de la OTAN y de la Expo del 92.
En las elecciones del 77 se aglutinaron entre varias plataformas pero no lograron los 300.000 votos. Desde entonces comenzó su decadencia con épocas de confusión y titubeo donde no existió la lucha parlamentaria. La izquierda extraparlamentaria antifranquista supuso el antecedente a la violencia callejera de la extrema izquierda, ya que en todas las manifestaciones se acababa con altercados y destrozos de mobiliario. No acabaron, se transformaron y se dedicaron al ‘parasitismo’.
Las manifestaciones, su medio de expresión
El 'parasitismo' llegó en el momento en el que la extrema izquierda perdió las esperanzas de lograr algún rédito electoral y derivó su actividad hacia los movimientos pacifista, ecologista, contra el racismo, antinuclear, antirrepresivo o contracultural. La infiltración en estos movimientos era la manera de arrastrar a estos grupos hacia sus tesis por medio de ‘tapaderas’ que ocultaban que detrás de muchos de esos movimientos estaban los grupos de extrema izquierda.
A través de la colonización de los movimientos reivindicativos arrastraron las manifestaciones pacíficas hacía la violencia, tratando de transformar cada acontecimiento de masas en una batalla contra la autoridad. Para radicalizar la protesta empleaban la espiral acción-represión-acción, forzando los límites legales para provocar la acción policial y así poder volver a actuar. Los individuos de extrema izquierda se camuflaban con todo el movimiento que no era violento para que la acción policial fuese hacia todos. Era la manera de desprestigiar a las instituciones, la democracia y la Policía. Trataban de aparentar espontaneidad.
Un ejemplo de su método fue lo ocurrido en el barrio de Gamonal en Burgos en enero de 2014, un barrio totalmente pacífico sin presencia de grupos de este tipo. En este barrio se convocó una manifestación por un tema de urbanismo. Sin embargo, a raíz de la manifestación se vandalizó y se paralizó el barrio durante cuatro días.
Fue de los enfrentamientos más violentos que se produjeron en España en esa época. Decenas de heridos y muchos detenidos. Ninguno de los detenidos pertenecía a ese barrio y la mayoría ni siquiera eran de Burgos, ya que eran miembros de grupos de extrema izquierda que transformaron una reivindicación justa y pacífica en una batalla.
El excomisario Germán Rodríguez Castañeira señaló en la ponencia que “desde hace pocos años hay silencio de la extrema izquierda. No se convocan manifestaciones ni nada porque gobierna la izquierda. La última víctima de la extrema izquierda fue Víctor Laínez, asesinado por Rodrigo Lanza”. Víctor Laínez fue asesinado a golpes en diciembre de 2017 por llevar unos tirantes con la bandera de España. En 2022 Rodrigo Lanza fue condenado a 18 años y medio de prisión por estos hechos.
La Izquierda Castellana y los Bukaneros
Uno de los principales grupos de extrema izquierda es Izquierda Castellana (IzCa), que surgió en el año 2000 de la mano de Doris Benegas Haddad, abogada hermana del militante del PSOE José María Benegas Haddad. IzCa ha tenido vínculos con la izquierda abertzale. En 2005 la organización realizó un homenaje a los últimos militantes de ETA ejecutados durante el franquismo. Cabe recalcar que en 2008 Manos Limpias solicitó la ilegalización del partido debido a su supuesto papel como uno de los «brazos legales» de Batasuna fuera del País Vasco.
Castañeira recalcaba que “Doris Benegas provenía de Batasuna y de la Izquierda abertzale. Dirigía un partido que propugna la independencia de Castilla y su actual dirigente es Luis Ocampo Pereira. Estamos ante una organización independentista castellana, dirigida por una independencia vasca y ahora por un Independiente gallego. En varias ocasiones Doris fue detenida por la UIP”.
Otro de los grupos considerados más radicales y agresivos según expertos de la extrema izquierda es Bukaneros, grupo ultra vinculado al Rayo Vallecano. Sus orígenes se remontan a finales de la temporada 91/92, cuando un grupo de siete jóvenes, fieles seguidores del Rayo Vallecano, decidieron crear un foco de animación antifascista en el Estadio de Vallecas para la temporada siguiente. El desarrollo y la consolidación de los "Bukaneros" como grupo ultra principal del Rayo Vallecano tuvo lugar durante los éxitos que el equipo de la popular barriada madrileña logró siendo propiedad de la familia Ruiz Mateos.
Los "Bukaneros" son conocidos por ser una de las aficiones deportivas futbolísticas con más masa social de España y por ser firmes "defensores de la izquierda antifascista", al menos en la Comunidad de Madrid. Son uno de los grupos ultras más conocidos de España. Los siete jóvenes que crearon Bukaneros eran una escisión de la histórica "Peña los Petas", cuyo nombre venía referido a su afición por el consumo de hachís y marihuana. Eligieron el nombre de Bukaneros como referencia a la tradicional Batalla Naval que todos los años celebran los vecinos de Vallecas para celebrar las Fiestas del Carmen, patrona de este popular barrio madrileño.
Son el grupo más activo en cuanto a actos celebrados y propaganda vendida para financiarse. Y es el grupo ultra con mayor predicamento entre el resto de aficionados del club vallecano. Están enfrentados con la directiva que lidera Martin Presa y hermanados con las Brigadas Amarillas del Cádiz CF. También tienen buena relación con todos los grupos antifascistas, como los Riazor Blues. Sus enemigos más acérrimos son los Ultras Sur y el Frente Atlético.
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