Así viven las asesinas de Isabel Carrasco: Se arrepienten tras 10 años en prisión
Monserrat González y Triana Martínez han pedido ahora perdón por matar a la presidenta de la Diputación de León en 2016
Montserrat González y su hija Triana Martínez fueron condenadas en 2016 por el asesinato de Isabel Carrasco, presidenta de la Diputación de León. Ahora, madre e hija han expresado su arrepentimiento y han pedido disculpas por el dolor causado.
Se han valido de cartas idénticas enviadas desde la cárcel de Villabona (Asturias) al Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de Oviedo. Ambas manifiestan una "reflexión profunda y sosegada" tras casi 11 años de reclusión. Rechazan la violencia como medio para resolver conflictos y prometen no causar más dolor a la familia de Carrasco.
Según fuentes penitenciarias consultadas por elcierredigital.com, “Montserrat y Triana no generan grandes problemas en prisión. Aunque se ha observado que la madre es una persona complicada. Ha tenido roces con las funcionarias, principalmente debido a que le cuesta asumir ciertas órdenes. Finalmente las acata, aunque sea a regañadientes”.
“Por su parte, Triana mantiene un perfil bajo y tiene asignado el destino en la biblioteca central del centro penitenciario. A pesar de su comportamiento relativamente adecuado, ninguna de las dos ha obtenido permisos de salida. Montserrat es percibida como manipuladora, pero ambas se mantienen discretas en su día a día en prisión”, sentencian fuentes penitenciarias.
El asesinato de Isabel Carrasco, ocurrido el 12 de mayo de 2014 en León, conmocionó a la sociedad española. Carrasco, una figura destacada del Partido Popular, fue abatida a tiros en plena vía pública mientras se dirigía a una reunión del partido. Montserrat González confesó haber disparado a Carrasco. Alegó que la víctima hacía "la vida imposible" a su hija Triana, quien había sido despedida de su puesto en la Diputación de León.
Ambas fueron detenidas poco después del crimen y, tras un mediático juicio, Montserrat fue condenada a 22 años de prisión y Triana a 20 años. Raquel Gago, policía local y amiga de Triana, fue condenada a 14 años como cómplice.
Madre e hija, de cárcel en cárcel
Desde octubre de 2018 Montserrat González y Triana Martínez se encuentran recluidas en el centro penitenciario de Villabona, en Asturias. Según fuentes penitenciarias, “comparten celda en un módulo de respeto. La hija trabaja en la biblioteca central del centro y la madre en la de su módulo. Se relacionan prácticamente solo entre ellas, ya que la madre es bastante posesiva y controladora. Con el tiempo disfrutarán de permisos, pero todavía no lo hacen”.
Las mismas fuentes destacan que “desde que ingresaron en esta prisión han mantenido un comportamiento correcto. Parece que son conscientes de que el comportamiento que tuvieron en las prisiones anteriores hace imposible que les concedan la libertad condicional”.
Antes de su traslado a Villabona, Montserrat y Triana pasaron por otras cárceles donde acumularon sanciones y protagonizaron episodios conflictivos. Montserrat fue enviada inicialmente al centro penitenciario de Villahierro, en León. Mientras que Triana cumplía condena en la prisión de Villanubla, en Valladolid. En ambos casos, su conducta les generó una mala reputación tanto entre funcionarios como entre otras reclusas.
En 2021 Montserrat había acumulado 13 sanciones disciplinarias, mientras que Triana alcanzó un total de 23. Entre los incidentes reportados, se incluye el enfrentamiento verbal y las faltas de respeto hacia funcionarios, además de peleas con otras internas. También rompieron mobiliario y fueron sorprendidas acaparando material prohibido dentro de los centros penitenciarios.
El caso de Raquel Gago es diferente. Condenada a 14 años de prisión, ha mostrado un comportamiento ejemplar en prisión, lo que le permitió acceder al tercer grado en febrero de 2022. Actualmente, disfruta de libertad con pulsera telemática y se espera que obtenga la libertad condicional en junio de 2025.
El crimen que conmocionó a León
El 12 de mayo de 2014, Montserrat González disparó tres veces por la espalda a Isabel Carrasco, presidenta de la Diputación de León, a pleno día. El asesinato tuvo lugar mientras Carrasco cruzaba un puente sobre el río Bernesga en dirección a la sede del Partido Popular. Triana Martínez, plenamente al tanto del plan, colaboró como cómplice en la ejecución del crimen.
Ambas mujeres militaban en el Partido Popular de León, que presidía Isabel Carrasco. Triana incluso se había presentado como candidata en las elecciones municipales de 2007 para el Ayuntamiento de Astorga, aunque no logró ser elegida.
Según la sentencia judicial, el crimen fue premeditado y su principal motivación era la venganza. Montserrat y Triana odiaban a Carrasco, a quien culpaban de haber apartado a Triana de su puesto en la Diputación leonesa.
Las ‘claves’ del arrepentimiento tras el crimen
El asesinato de Isabel Carrasco dejó una profunda huella en la sociedad leonesa y en la política española. La víctima, una figura controvertida, había acumulado poder e influencia en la provincia de León.
La reciente manifestación de arrepentimiento por parte de Montserrat y Triana plantea interrogantes sobre su sinceridad y las motivaciones de sus disculpas. Algunos analistas sugieren que “podría ser una estrategia para mejorar su situación penitenciaria”. Otros consideran que, tras más de una década en prisión, es posible que hayan reflexionado genuinamente sobre sus acciones.
El sistema penitenciario español contempla la posibilidad de permisos de salida para los reclusos. Sobre todo, para los que han cumplido una parte significativa de su condena y demuestren buena conducta y arrepentimiento.
Sin embargo, en casos de delitos graves como el asesinato, las autoridades penitenciarias y judiciales son especialmente cautelosas al evaluar estas solicitudes. Consideran factores como el riesgo de reincidencia y la seguridad de la sociedad.
La familia de Isabel Carrasco ha mantenido una postura discreta desde el asesinato, evitando declaraciones públicas sobre el caso. Se desconoce cómo han recibido las disculpas de las condenadas y si consideran que este gesto puede contribuir a su proceso de duelo y cierre.
El caso del crimen de Isabel Carrasco también ha sido objeto de análisis en medios de comunicación y documentales. En ellos se han explorado las dinámicas de poder, las relaciones personales y las circunstancias que llevaron al trágico desenlace. La complejidad del caso y las personalidades involucradas han suscitado debates sobre la justicia, la venganza y la moralidad en la sociedad.
Las recientes disculpas de Montserrat González y Triana Martínez representan un giro significativo en un caso que ha marcado la historia reciente de España. Queda por ver cómo influirán estas manifestaciones de arrepentimiento en su situación penitenciaria y en la percepción pública del caso.
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