Crímenes sin resolver (XVII): El extraño caso del pianista, 23 años sin pistas
El pianista José María Jorge fue asesinado en 2002 en su casa de Salamanca y en todos estos años no ha habido sospechoso
En esta nueva entrega de casos sin resolver abordaremos 'el crimen del pianista', ocurrido en Salamanca el viernes 22 de febrero de 2002. José María Jorge Esteban fue asesinado a sangre fría en su propio domicilio del barrio salmantino de Pizarrales.
José María era un pianista que vivía centrado en su música y alejado de problemas. Estuvo casado y desde su separación no se conocieron más detalles sobre sus relaciones sentimentales.
Este músico nacido en Segovia llegó a Salamanca a finales del siglo XX para ejercer como profesor en el Conservatorio de la ciudad. Desde 1991 hasta 1996 formó parte de un grupo musical de folclore popular conocido como Nuevo Mester de Juglaría. El grupo se movió por numerosas localidades nacionales, pero también internacionales.
La noche del viernes 25 de febrero se encontraba en su domicilio del barrio Pizarrales en Salamanca. Cenó solo y se puso a escuchar música. Al poco rato una persona llamó al timbre y José María decidió abrir invitándole a pasar. Esto, unido a que no hubo forcejeo alguno, hizo creer a los investigadores que era un amigo o conocido de la víctima.
La persona en la que confió el pianista acabó con su vida cuando se encontraba dentro del domicilio. Le apuñaló hasta en seis ocasiones, limpió de manera meticulosa la escena del crimen y se fue.
A la mañana siguiente de la noche del crimen el pianista tenía pensado ir a Segovia a pasar el fin de semana con su familia. No obstante, nunca llegó. El domingo sus familiares comenzaron a preocuparse y le llamaron, pero no recibieron respuesta.
Complicaciones en la investigación
Ante la ausencia de respuesta, los familiares del pianista decidieron llamar a las autoridades. Cuando la Policía llegó a su casa observaron que no había evidencias de que la puerta de la casa hubiese sido forzada.
Cuando entraron en la vivienda descubrieron el cuerpo sin vida del pianista. El cuerpo del pianista apareció desnudo junto a los pies de su cama.
En el domicilio faltaba su DNI y algunos objetos personales. Sin embargo, no faltaba nada de valor, por lo que se descartó un posible robo. Es relevante destacar que en la vivienda se encontraron dos guantes de látex ensangrentados.
El autor cometió dos fallos, que fueron dos huellas ensangrentadas. Una, en un mueble de la casa y otra, en el rellano. No obstante, no aportaron información suficiente para dar con el asesino.
Habían pasado 48 horas desde el crimen y el asesino tuvo mucho tiempo para armar su coartada o esconderse. En un primer momento la Policía pensó que el autor podría tener llaves de la casa, pero más tarde se supo que solo una vecina tenía una copia de las llaves.
La principal hipótesis fue la de que se hubiese tratado de un crimen pasional. Sin embargo, no había testigos ni pistas que apuntasen hacia un posible autor. Se investigó al círculo más cercano del pianista, pero nadie tenía constancia de que en los meses previos a su muerte hubiese tenido relaciones sentimentales con alguien.
Quienes le conocían señalaron que se trataba de una persona muy reservada. La timidez de José María complicó las investigaciones, ya que su círculo cercano sabía muy poco sobre su vida privada. En este punto, la Policía concluyó que el asesino ya había sido interrogado y se había elaborado una coartada. O que pudo huir logrando desaparecer.
Ante la falta de pistas y testigos, el caso fue archivado a los 17 meses y así ha permanecido hasta ahora. El crimen del pianista no ha tenido, en casi 23 años, ni un solo investigado. Por ello, el crimen prescribió en febrero de 2022.
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