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Entrada del centro comercial La Ballena con un retrato en primer plano de una persona en un círculo negro superpuesto.
SUCESOS

Crímenes sin resolver (XVI): El inquietante caso de Sara Morales en Gran Canaria

Sara Morales desapareció en julio de 2006 y el caso solo ha contado con un investigado que se suicidó en prisión en 2009

En esta nueva entrega de casos sin resolver abordaremos la misteriosa desaparición de Sara Morales. La joven de 14 años desapareció en Las Palmas de Gran Canaria el 30 de julio de 2006, es decir, fue vista por última vez hace más de 18 años.

El día de su desaparición Sara Morales quedó con un amigo suyo en el Centro Comercial La Ballena, ubicado al noreste de la isla. Ambos jóvenes quedaron a las 17 horas para ir al cine, pero Sara nunca llegó y el amigo decidió avisar a los padres.

La joven tenía un recorrido de solo un kilómetro y medio desde su casa, lo que supone unos 20 minutos a pie. Su amigo trató de contactar con ella en varias ocasiones, pero en cierto momento comenzó a saltar el buzón de voz en el teléfono de Sara.

Cartel de persona desaparecida con foto y detalles de Sara Morales Hernández, desaparecida el 30/07/2006 en Las Palmas, Las Palmas; se incluyen características físicas y datos de contacto de la Asociación SOS Desaparecidos.
Cartel de la desaparecida Sara Morales | SOS Desaparecidos

Pasadas las horas, la preocupación entre los familiares de Sara era máxima. Por ello, decidieron acudir a denunciar la desaparición y pusieron carteles por toda la capital grancanaria. Recibieron muchas llamadas de supuestos avistamientos, pero ninguna arrojo algo de luz. 

Lo asombroso del caso es la escasa existencia de pistas, testigos e indicios. Algo muy atípico en casos similares. Y es que nadie se cruzó ni vio a Sara, ni siquiera algún conductor de autobús o dependientes de tiendas.

Una persona con gafas y cabello largo sonríe ligeramente en un entorno oscuro.
Sara Morales | La Sexta

La escasa existencia de pistas generaron gran lentitud en las investigaciones, ya que se mantuvieron abiertas todas las hipótesis. Lo que sí se descartó es la idea de una desaparición voluntaria, puesto que nada estaba mal en la vida de la menor. Cabe recalcar que Sara Morales salió de casa con el dinero justo para ir al cine y no llevaba documentación.

Una de las pocas pistas que se tiene del caso es que durante el camino Sara Morales realizó una llamada desde una cabina telefónica. Algo extraño, ya que llevaba su teléfono encima. A día de hoy se desconoce a quién puedo llamar y porque no usó su móvil.

Se realizaron varias movilizaciones con la intención de poder dar con la menor. El 7 de septiembre una televisión nacional anunció que Sara Morales había aparecido en Algeciras. No obstante, la noticia fue falsa, ya que Sara no había aparecido. 

Un único sospechoso

Con el avance del caso se dio con la posibilidad de que la menor se hubiese podido subir a una furgoneta blanca. Con esta hipótesis se dio con dos personas que fueron investigadas.

Tras esta pista, se dio con un individuo que había sido sospechoso de un intento de secuestro y poseía una furgoneta blanca. Se revisó su casa y el lugar donde trabajaba, pero ni rastro de la joven. Por ello, se descartó la supuesta implicación de este individuo. 

Después, se dio con Miguel Ángel M.R., conocido como el ‘violador del caso’. Y es que este hombre fue detenido por una supuesta violación y numerosas mujeres le reconocieron como el hombre que las violó. 

Una página de periódico muestra la foto de una joven con el texto
Cartel de la desaparición de Sara Morales | La Sexta

Según él mismo confesó cometió más de diez delitos sexuales. No obstante, en todo momento negó tener nada que ver con la desaparición de Sara Morales.

Estando en prisión, Miguel Ángel M.R. se quitó la vida en ahorcándose en las duchas de la prisión de Salto del Negro enero de 2009. Antes de suicidarse entregó una carta a sus hermanos en la que aseguraba a la madre de Sara que no tenía nada que ver con la desaparición.

Es relevante recordar que los investigadores inspeccionaron un pozo que se encontraba en una finca donde el violador del casco trasladaba a sus víctimas. Se encontraron restos óseos, pero no eran humanos. En esta finca de Jinámar no se encontró nada relacionado con el caso de Sara Morales. 

En estos 18 años se han inspeccionado barrancos, pozos y localizaciones sin éxito. El caso de Sara Morales es una de las desapariciones más inquietantes de España por la gran ausencia de pistas.

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