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Una joven con cabello oscuro y una expresión sonriente en un fondo negro.
SUCESOS

Crímenes sin resolver (VII): Misterios y extrañas teorías del caso de Cristina Bergua

La joven de 16 años desapareció en 1997 en Cornellà tras dejar su noviazgo y el caso sigue sin culpable 27 años después

En esta séptima entrega de casos sin resolver abordaremos la misteriosa desaparición de Cristina Bergua en Cornellà de Llobregat. La joven de 16 años desapareció el 9 de marzo de 1997 en esta localidad barcelonesa. Desde entonces no se ha vuelto a saber nada de Cristina y en 2017 se certificó su fallecimiento sin que se encontrase el cuerpo.

Aquel día la menor salió de su casa en Cornellà en dirección a casa de su novio y nunca volvió. Su intención era romper la relación que ambos mantenían. Javier Román era 10 años mayor y vivía a 500 metros de la casa de Cristina. La joven le dijo a su mejor amigo que lo iba a dejar con Javier porque tenía ganas de vivir la vida que le tocaba con su edad.

Entrada la noche los padres de Cristina y su hermano Germán comenzaron a preocuparse. Cristina tenía que llegar a casa a las 22.00 horas, pero no lo hizo. Por ello, su padre fue a la Policía, pero no pudo denunciar la desaparición debido a los protocolos que existían en aquel entonces.

Una joven con cabello largo y oscuro, sonriendo ligeramente, con un fondo oscuro.
Ficha de la desaparición de Cristina Bergus | X

Cristina ocultó a sus padres lo que iba a hacer, pero estos empezaron a telefonear a sus amigos. Finalmente, descubrieron que su hija había quedado con Javier Román para terminar la relación.

El hermano de Cristina acudió a casa de Javier Román. Este le contó que había dejado a Cristina en una carretera de Esplugues a las nueve de la noche del 9 de marzo. Acudieron allí, pero ni rastro de la joven, nadie la había visto.

Tres meses después de la desaparición la Policía Nacional recibió una carta anónima. Se aseguraba que el cuerpo de la adolescente había sido depositado en un contenedor de Cornellà. Se rastreó el vertedero del Garraf, pero el cadáver no apareció.

En 2015 otras pistas atestiguaron que la joven había sido enterrada en Gavà, Barcelona. Se logró localizar al autor de esta llamada y se trataba de un hombre que vivía en Ecuador. Esta persona estuvo viviendo en Cornellà, pero no se sacó nada concluyente. 

Un monumento conmemorativo rodeado de flores y fotografías colgadas en una cuerda, ubicado en un entorno natural con vegetación.
Memorial de Cristina Bergua | Ayuntamiento de Cornella

El padre de Cristian fundó Inter-SOS, la primera asociación de personas desaparecidas sin causa aparente.  Una de las últimas pistas llegó a esta asociación. Una persona dijo haberla visto en Málaga y otra en Ecuador, pero ninguna de las pistas permitió dar con Cristina.

Cabe recalcar que los padres de Cristina lograron que se estableciera el 9 de marzo como el Día Nacional de los Desaparecidos. Su lucha permitió unificar las bases de datos de las denuncias por desaparición y la creación de unidades especializadas en la Policía.

En 2002 el caso de Cristina Bergua fue traspasado a los Mossos d’Esquadra, que en todos estos años no han encontrado ningún hilo del que tirar.

El principal y único sospechoso

El principal y único sospechoso del caso fue Javier Román, novio de Cristina Bergua en el momento de la desaparición. Lo primero que se barajó fue la hipótesis de que se tratase de un crimen machista. Fue el único que no se volcó con la desaparición de la adolescente. De hecho, llegó a asegurar que “ya volverá” o que se había ido a Andorra con un tío que tenía.

En todo momento mantuvo que había dejado a la adolescente en Esplugues y logró desviar la atención. No se encontró ninguna pista que pudiera incriminarlo. Por ende, no pudo ser acusado de la desaparición ni de un supuesto crimen.

El novio de la desaparecida consideró que se trataba de una desaparición voluntaria, pero la Policía no le creyó. Por ello, fue interrogado en varias ocasiones sin mostrar debilidad en ninguna de ellas.

Javier Román acudió a un programa de televisión a hablar sobre el caso. Allí llegó a acusar al padre de Cristina de pegar a su hija. Con el paso de los años hablaron otras novias que Javier había tenido antes de estar con Cristina. Todas le catalogaron de ser una persona absolutamente posesiva y controladora. 

Un hombre con camiseta gris camina por una calle urbana con edificios y una señal de stop al fondo.
Javier Román | Atresmedia

Una menor de 14 años dijo: “me amenazó con que me iba a hacer la vida imposible”. Además, las amigas de Cristina señalaron que Román se refería a ella con expresiones como “tu eres mía y haces lo que yo mande”. El mejor amigo de Cristina indicó que cuando desapareció tenía un moratón en la cara y catalogó a Román de ser una persona “agresiva”.

Al tiempo de la desaparición Javier Román entró a prisión por intentar traficar con más de tres kilos y medio de cocaína. Cumplió una condena de nueve años y al salir volvió a la casa donde Cristina Bergua estuvo por última vez.

En 2017 los padres de Cristina solicitaron que se declarara oficialmente el fallecimiento de su hija. Fue un trámite burocrático que realizaron para que su otro hijo no tuviera problemas. El día en que firmaron este certificado el padre de Cristina se desmayó. Además, por esta situación tuvieron que abonar casi 500 euros.

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