Aumentan casos de 'sextorsión': delincuentes amenazan a víctimas con contenido sexual.
Seis miembros de una organización estafaron 50.000 euros mediante chantajes con material íntimo.
El auge de los ciberdelitos es una realidad y muestra de ello son las numerosas operaciones que realizan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Concretamente, la última ha estado relacionada con la práctica ciberdelictiva de la sextorsion. Este 3 de abril la Policía Judicial de la Guardia Civil ha desarticulado en Ciudad Real una organización criminal dedicada a la extorsión mediante este método. Las detenciones se han producido cuando los miembros de la banda han sido cogidos in fraganti en Tomelloso, Ciudad Real, para recoger una entrega de dinero en efectivo.
En la operación han sido detenidas seis personas y otras 16 se encuentran siendo investigadas. Las cantidades económicas estafadas ascenderían a más de 50.000 euros, de los que se han podido recuperar unos 9.000 euros. Los miembros de la organización estaban afincados en Madrid, Toledo, Valencia y Badajoz. A los detenidos —que ya contaban con numerosos antecedentes por hechos similares— se les atribuyen los delitos de coacción, extorsión, usurpación de estado civil, falsificación documental, estafa bancaria continuada a través de internet, amenazas graves y blanqueo de capitales.
Las investigaciones comenzaron a raíz de varias denuncias de víctimas de los extorsionadores en las que relataban que habían recibido amenazas telefónicas por personas que se hacían pasar por miembros peligrosos de mafias de países del este. Para dar con las víctimas, los extorsionadores publicaban anuncios en Internet donde se hacían pasar por mujeres que ofrecían servicios sexuales.
Algunos de los integrantes de esta banda tenían conocimientos de ingeniería social por lo que los delincuentes accedían a numerosos datos personales de la víctima tras recibir contacto mediante mensajería instantánea. Posteriormente, les amenazaban telefónicamente con darles palizas si no pagaban a través de números de prepago adquiridos a nombre de terceras personas a quienes les habían usurpado la identidad. Ante las amenazas las víctimas pagaban el dinero en efectivo dejándolo en puntos concretos facilitados por los delincuentes.
Así funciona la sextorsión
La sextorsión es un modo de ciberdelincuencia en el que un sujeto amenaza o hace uso del chantaje para no difundir contenido sexual de la víctima, con fines económicos. Aunque no se refleja con esta denominación, sí está tipificado en el Código Penal pues se incluye en los delitos de amenazas, explotación sexual, extorsión, abuso de menores, corrupción de menores, revelación de secretos, delitos contra el honor y la intimidad, interceptación de comunicaciones personales, pornografía infantil y agresión sexual.
El extorsionador amenazará a la víctima con hacer público contenido íntimo personal, afirmando que si paga o accede a algo en concreto ese contenido no saldrá a la luz. Con la polarización de las relaciones, la sextorsión ha encontrado un foco de desarrollo en los contenidos almacenados en Internet y en la nube. Por ello los canales más utilizados para la sextorsión son las redes sociales y las apps de citas.
El modus operandi más común es aquel en el que los extorsionadores entablan una amistad con sus futuras víctimas a través de un contacto en internet, donde fingen ser una mujer atractiva. Una vez creado un nexo con la víctima, se les anima a enviarles fotos y vídeos eróticos que posteriormente son usados para llevar a cabo el chantaje. Los objetivos prioritarios suelen ser menores, preadolescentes y adolescentes, tanto niños como niñas.
Existen varios métodos habituales de sextorsión. El primero de ellos es a través del correo electrónico, donde la víctima recibe un mail en el que el delincuente le señala que tiene una o varias contraseñas suyas en su poder. Por ello, amenaza con publicar fotos o vídeos íntimos a los que supuestamente ha accedido, algo que en ocasiones es totalmente falso. Otro método es el hackeo de cuentas en redes sociales, que puede ocurrir si la víctima ha llegado a enviar en alguna ocasión contenido íntimo. Al acceder a la cuenta el delincuente podría amenazar con compartirlo con más personas.
El último método es la sextorsión a través de cámaras y micrófonos pirateados. En este sofisticado método el delincuente descarga un malware en un dispositivo electrónico de la víctima. Así, el chantajista toma el control de la cámara y el micrófono, o puede instalar programas espía, para tener acceso a contenidos y credenciales.
Las principales recomendaciones para evitar la sextorsión son tapar las cámaras de los dispositivos digitales, no compartir imágenes íntimas a través de redes sociales o mensajería instantánea, cambiar cada cierto tiempo las contraseñas, actualizar las aplicaciones del móvil y los antivirus y cifrar la información de los dispositivos.
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