Logo El Cierre Digital
Una pareja sonriente en una fotografía en blanco y negro.
SUCESOS

Así vive Myriam de la Sierra, la única familiar viva del crimen de los Urquijo

Juan de la Sierra, el otro hijo de los marqueses asesinados en 1980, fallecía en julio de 2022 a causa del Covid

Hace 44 años que tuvo lugar el crimen de los marqueses de Urquijo, un suceso que marcó la historia nacional de la crónica negra. Aquel 1 de agosto de 1980 la marquesa María Lourdes de Urquijo y Morenés y su marido, Manuel de la Sierra y Torres, fueron asesinados de tres disparos a bocajarro en su mansión de Somosaguas en Madrid.  

Después de pasar por el foco el mayordomo, el chófer (quien todavía vive), la asistenta o la cocinera, el caso se zanjó con un único condenado a 53 años de prisión, Rafael Escobedo, y una sentencia con una de las frases más desafortunadas de la historia judicial española: "El acusado cometió el asesinato solo o en compañía de otros". Escobedo, que se había casado en 1978 con la hija mayor de los marqueses, Myriam de la Sierra, falleció en prisión el 27 de julio de 1988. 

En 1983 comenzó un segundo proceso donde se acusaba a  Javier Anastasio de ser coautor del crimen, pero gracias al aristócrata Mauricio López Roberts —padre de la escritora Macarena López Roberts y amigo de Rafael Escobedo— pudo escapar a Londres un mes antes del juicio. 

Hombre mayor con gafas y expresión seria, fondo oscuro.
Javier Anastasio. | Archivo

Anastasio se mantuvo en paradero desconocido durante más de dos décadas hasta que en mayo de 2010 prescribió el delito y concedió una entrevista. En ella negaba ser el autor del crimen. En este segundo proceso Mauricio López Roberts fue condenado a diez años de prisión por encubrimiento del crimen. De hecho, fue quien encargó el silenciador de la pistola que mató a los marqueses. 

Son varios los testimonios que aseguran que Rafi Escobedo no cometió el crimen solo. En una conversación con Marcos García Montes, que ejerció la defensa de Rafael Escobedo, este señala que “Rafael Escobedo no fue el autor material, fue otra persona la que disparó. Por ello, quiero reclamar al Tribunal Supremo, en un recurso extraordinario de revisión, que diga que Rafael Escobedo era inocente de la condena como autor material. Esta afirmación se apoya en el testimonio de Myriam de la Sierra, que en su libro dice que no sabe si Rafi fue el autor de la muerte directa. A Escobedo se le debió condenar por un tribunal de jurado y no de colegiado”.

“En la mente del pueblo español está muy claro quién fue. Se trató de un crimen en romería y familia.  Siempre he dicho que fueron varias personas vinculadas a las dos familias de los marqueses. En esa romería criminal hubo cinco personas, una de ellas experta en armas, ya que a la marquesa la rematan con un disparo en la carótida con un calibre muy especial. Otra de las personas era una mujer, ya que se encontró un lazo de mujer que nunca apareció en el sumario”, añade Marcos García Montes. 

Los dos familiares supervivientes del crimen

La única superviviente de aquella historia que conmocionó al país es  Myriam de la Sierra. La hija mayor de los marqueses se había casado con Rafael Escobedo en junio de 1978, pero pronto su relación se deterioró, entrando en un punto de no retorno para Miryam cuando inició una relación sentimental con Richard Dennis Rew, su jefe en la empresa Golden Paradise. 

En los meses previos al crimen, Rafi seguía visitando la casa de Somosaguas, invitado por su cuñado Juan de la Sierra, para disgusto de los propios marqueses y de su hija. Miryam fue juzgada socialmente como una de las ‘malas de la película’ por su semblante frío y cierta prepotencia aristocrática a la hora de hablar ante los medios. Se hinchó a poner querellas a todos aquellos que pusieron en duda la versión oficial de lo ocurrido.

También vendió varias exclusivas a las revistas del corazón, pero se retiró del foco público con una entrevista concedida a la cantante Viky Larraz para hablar de una línea de joyas diseñada por ella que no funcionaron.  Después de separarse de su segundo marido se fue a vivir fuera de España tras ser vinculada a una presunta estafa piramidal.

Mujer con cabello oscuro y corto, usando varios anillos y pendientes, con expresión pensativa.
Myriam de la Sierra. | Archivo

En 2006 comenzó a trabajar en la multinacional ACN y en una convención conoció a su tercer marido, el paquistaní  Bash Bokahri, vicepresidente senior para Europa y experto en impartir cursos de liderazgo. Ambos residen en las afueras de Madrid y una de sus pasiones es viajar. Myriam es muy activa en las redes sociales. De hecho, desde su biografía en su perfil personal de Instagram anima a sus seguidores a 'empezar a vivir la vida que deseas'. 

El otro superviviente del crimen fue  Juan de la Sierra, hijo de los marqueses, pero falleció en julio de 2022 a causa del covid 19. Juan siempre se mantuvo en un segundo plano y no hacía demasiadas apariciones en los medios de comunicación. De hecho, era el actual marqués de Urquijo, quien heredó la mansión donde perecieron sus progenitores, y hasta el crimen, uno de los mejores amigos de Rafi Escobedo. En el momento del crimen estaba en Londres. 

Muchos pusieron en duda que regresase a Madrid la mañana en la que los cuerpos de sus padres fueron hallados sin vida y aseguraron que volvió de la capital británica la noche antes. En el momento de su fallecimiento estaba separado de Rocío Caruncho y Fontela, con quien tuvo dos hijos (un hijo y una hija). Con la que, a pesar de su separación, vivían en la misma mansión de Somosaguas, en Madrid.

Rafi Escobedo y el administrador de la fortuna

Hace 36 años, por estas mismas fechas, que España despertaba con la noticia de la muerte de Rafael 'Rafi' Escobedo Alday, único condenado por el doble asesinato de los marqueses de Urquijo y una de las figuras más llamativas del crimen. Rafi era el yerno de los marqueses y en los días próximos a la muerte de sus suegros había empezado los trámites de nulidad matrimonial con Myriam de la Sierra –última superviviente de la familia tras el crimen–, quien había iniciado una relación sentimental con Richard Dennis Crew, más conocido como ‘Dick el americano’.

Rafi fue detenido el 8 de abril de 1981 e interrogado en la Dirección General de Seguridad de la Puerta del Sol, hoy sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid. Según contaría el propio Rafi años después, la Policía le sometió a torturas físicas y psicológicas, algo habitual en pleno posfranquismo, y consiguieron arrancarle una confesión. 

Sobre una cuartilla que firmó  aseguró haber matado a sus suegros. Esta cuartilla, al igual que los casquillos, desaparecieron misteriosamente en el momento del juicio. En el caso de la confesión escrita, esta podría haber sido una prueba fundamental, ya que un grafólogo habría podido certificar el estado en el que Rafi escribió la confesión.

Un hombre de cabello corto y oscuro, con una expresión seria, está en un entorno interior con una estructura de fondo que parece una celda o una reja.
Rafael Escobedo. | Archivo

Escobedo solo cumplió siete años de cárcel, ya que el 27 de julio de 1988 fue hallado muerto en su celda del penal de El Dueso, en Cantabria. La versión oficial es que se suicidó, ahorcándose con una sábana. Sin embargo, su abogado, Marcos García-Montes, encargó una segunda autopsia al forense José Antonio García Andrade, que determinó que los pulmones de Escobedo tenían restos de cianuro. Tampoco había nota de suicidio. Algo sorprendente en alguien que gastaba su tiempo entre rejas escribiendo. De hecho, García-Marcos conserva las memorias manuscritas del único condenado por el asesinato y que nunca han visto la luz.

Estas dos versiones aún conviven. Para muchos, Rafi fue un cabeza de turco del caso Urquijo, mientras que para otros fue un asesino con la capacidad de seducir a los medios de comunicación y convencer al mundo de que él solo fue un instrumento en el complicado rompecabezas del asesinato de los marqueses.

“Tras la muerte de Escobedo se recogieron muestras de hígado, pulmón, corazón y otras vísceras. Los resultados revelaron que tenía catorce miligramos de cianuro puro por kilo de pulmón. A Rafi Escobedo le engañaron y le dieron una supuesta papelina de cocaína que contenía cianuro puro”, concluye Marcos García Montes.

Una de las figuras claves en el crimen fue el  administrador de la fortuna de los marqueses, Diego Martínez Herrera, quien tuvo comportamientos sospechosos desde que los cadáveres fueron descubiertos. Ordenó que se lavaran los cadáveres y recorrió numerosos platós mientras Vicente, el mayordomo de la familia, aseguraba su implicación en el crimen.

Una de las pruebas que incriminan a Javier Anastasio, amigo de Rafi con el que estuvo la noche del crimen, es un viaje a Londres. Posteriormente se descubrió que el administrador hizo el mismo viaje.

➡️ Nacional ➡️ Historia ➡️ Crímenes ➡️ Sucesos

Más noticias: