Así es la vida en prisión del asesino de Romina Celeste: 'Se dedica al atletismo'
Tras su condena a 15 años por matar a Romina en junio de 2023, Raúl Díaz Cachón permanece en la prisión de Alcalá Meco
Este 1 de enero se cumplen seis años del asesinado de Romina Celeste de manos de su marido Raúl Díaz Cachón en Lanzarote. En un primer momento el caso se investigó como una desaparición, pero con el avance de las pesquisas se apuntó a un posible asesinato.
Tras indagar en la vida de la joven, se puso el foco sobre su marido, Raúl Díaz Cachón. Los investigadores consideraron que había indicios suficientes para presuponer su relación con los hechos.
Por ello, fue detenido e ingresó en prisión preventiva. Allí se mantuvo durante cuatro años, hasta que el 13 de enero de 2023 salió de prisión sin todavía haber sido juzgado.
El juicio se celebró en ante un jurado popular en la Audiencia Provincial de Las Palmas de Gran Canaria en junio de 2023. El jurado encontró a Raúl Díaz culpable de homicidio, maltrato habitual, lesiones en el ámbito de violencia machista. Así como de profanación del cadáver de Romina Celeste y denuncia falsa.
Se consideró probado que Díaz Cachón utilizó la barbacoa de su casa para quemar el cuerpo de Romina Celeste. Posteriormente lo diseccionó y repartió en bolsas de basura que arrojó al mar en los días posteriores, encontrándose únicamente un pulmón.
Raúl Díaz Cachón fue condenado a 15 años y nueve meses de prisión. Tras la condena ingresó en el centro penitenciario madrileño de Alcalá Meco. Fuentes penitenciarias consultadas por elcierredigital.com confirman que Raúl Díaz Cachón permanece en la prisión de Alcalá Meco.
“Está en el Módulo Nueve de esta prisión, que es un módulo de respeto, donde pasa desapercibido. Mantiene buena conducta, ya que no ha protagonizado ningún incidente grave ni reseñable con otros internos ni funcionarios”, añaden las fuentes.
“Por otro lado, está centrado en su crecimiento personal. Para ello realiza cursos formativos dentro de prisión y está apuntado a atletismo. No obstante, no tiene ningún destino remunerado”, concluyen las fuentes penitenciarias.
Los hechos previos
Romina Celeste y Raúl Díaz Cachón contrajeron matrimonio el 10 de agosto de 2018. Y desde entonces comenzó todo un infierno para la joven, que duraría menos de medio año.
Según la acusación particular, representada por la abogada Emilia Zaballos, “durante la relación “Raúl, con total desprecio por la integridad física y estabilidad emocional de Romina Celeste, tanto en el domicilio como fuera de él, la agredió en distintas ocasiones, además de tratarla con menosprecio”.
La situación llegó hasta tal punto que los días 27 y 29 de septiembre de 2018 Raúl propinó distintos golpes por todo el cuerpo a Romina Celeste. Estos golpes le causaron importantes heridas y hematomas en zona torácica, cuello, pecho y brazos”.
Como consecuencia, Romina Celeste acudió el 29 de diciembre a las urgencias del Hospital Insular de Lanzarote. “Pero no fue finalmente atendida por el médico al presentarse Raúl en el centro de salud y marcharse juntos del lugar”, señalaba la acusación.
El día en que murió Romina Celeste, y según recoge el auto, “Raúl Díaz golpeó a Romina en distintas partes del cuerpo y le dio muerte”. Quedó reflejado que “Raúl Díaz actuó con intención de causar la muerte a Romina Celeste”.
Y que “no cesó o interrumpió su actuación, aceptando que la muerte se produjera”, pese a las altas probabilidades que había de que esto sucediera.
El infierno para la madre de Romina tras el juicio
Tras la condena de Raúl Díaz, comenzó otro infierno para la madre de Romina Celeste, Miriam Rodríguez. Y es que esta mujer paraguaya tuvo que volver por su cuenta a su país natal. Sin embargo, el Cabildo de Lanzarote se había comprometido a abonar el importe del viaje, pero no terminó haciéndolo.
Además, cabe recalcar que al día siguiente de conocer el veredicto la madre de Romina se enteró de que no podría enterrar a su hija. ¿El motivo?. Los restos de la joven recuperados habían sido destruidos por error.
El Instituto de Medicina Legal le comunicó a la juez del caso que tenía tres meses para consultar a las partes qué se hacía con esos restos. La instructora no dijo nada a las acusaciones. Ante la ausencia de respuesta el pulmón fue destruido cuando la magistrada que inició la investigación fue sustituida por otra.
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