Alerta en la sierra madrileña por los ataques de lobos: Sus consecuencias y peligros
Tras los continuos ataques de lobos en Guadarrama, los expertos buscan una solución para proteger al ganado extensivo
La presencia de lobos en la Sierra de Guadarrama vuelve a poner en alerta a los ganaderos de la región desde la última semana. Una manada ha acabado con 11 corderos, cuatro ovejas y cuatro sementales en una explotación de San Lorenzo de El Escorial tras cinco ataques consecutivos. Así lo ha denunciado la Unión de Agricultores, Ganaderos y Selvicultores de la Comunidad de Madrid (UGAMA).
Todo esto ha sucedido a pesar de contar con sistemas de seguridad avanzados, como cercados eléctricos, perros mastines y una vigilancia constante. Los depredadores han logrado esquivar todas las medidas de protección. "Sin una gestión responsable, seria y equitativa la convivencia lobo-ganadería será inviable", reclama Alfredo Berrocal, presidente de UGAMA.
El lobo, cada vez más presente en la sierra madrileña
La situación se agrava aún más con la constatación de que algunos ejemplares de lobo han fijado su territorio en el entorno de El Campillo. Esta se trata de una zona de pastos que se extiende entre Guadarrama, Alpedrete, Collado Villalba y San Lorenzo de El Escorial.
La normativa vigente del Ministerio de Transición Ecológicaprotege estrictamente al lobo, lo que impide a los ganaderos defenderse sin arriesgarse a fuertes penalizaciones. UGAMA ha reiterado la necesidad de actualizar el censo de lobos en España. Argumentan que la cifra actual está desactualizada y que podría haber más ejemplares en Castilla y León que en todo el territorio francés.
Elcierredigital.com ha conversado con Álex Lachhein, naturalista de campo y divulgador medioambiental, sobre lo que ocurre con la actuación lobuna.
"En Madrid ahora mismo ya tenemos 5 manadas y una sexta que todavía no cría, pero que va a criar en breve", nos indica.
"El problema es que hay un censo del año 2012-2014, que lo dirigió el doctor Sáez de Buruaga. En él, se establecían unas 297 manadas y se hacía una media", nos cuenta sobre el problema que ocurre con el censo.
"El lobo es un animal muy difícil de censar, no se puede contar a vista. Hay que hacerlo mediante otros métodos, como rastreo, huellas, excrementos, marcas en los árboles, etc. Con todo eso se intenta establecer el número de lobos, pero claro, es imposible por manadas saber cuántos lobos hay", explica.
"Dicen 297 manadas con 6-7 ejemplares que hablan de más o menos unos 3.000 lobos. Pero esto no es así. Es mentira por tres factores", añade.
"Los clanes familiares constan de la pareja reproductora más los subadultos del año anterior y los cachorros del año en curso. Solamente contando los cachorros del año anterior, ya son 6 o 7 (porque tienen unos 4, 5 o 6 cachorros), más luego los cachorros del año en curso. Por lo que la media por manada es irreal", justifica el naturalista y experto.
"Lo más acertado es pensar que la media está entre 10-12 lobos por clan familiar. Ningún biólogo ni naturalista de campo se atreve a decir esto en España. Están atemorizados por los ecologistas, que les han acusado desde siempre de inflar los censos para así justificar su caza. Pero claro, todos esos lobos errantes, la población subadulta flotante que está buscando donde asentarse, no se puede censar. Ahí tenemos más o menos otros 1.000 lobos", aclara.
Los ganaderos reclaman medidas urgentes
El sindicato ganadero ha solicitado la convocatoria inmediata de la Mesa del Lobo en la Comunidad de Madrid. "Necesitamos un espacio donde podamos dialogar con la Administración para encontrar soluciones efectivas", ha insistido Berrocal.
Entre sus propuestas, destacan el aumento de las compensaciones económicas para los afectados o la mejora de las estrategias de prevención. Además de una gestión más equilibrada entre la conservación del lobo y la viabilidad del sector ganadero.
"Desde el año 2021 no se le puede tocar un pelo a un lobo ibérico porque fue incluido por votación fraudulenta en el LESPRE (Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial), a falta del voto de Ceuta (ya que se permitió que todas las comunidades votasen). Pero el lobo en España no es una especie en peligro de extinción, sino todo lo contrario, está en franca expansión. Quién sí está en peligro de extinción es el hombre del campo. Por ello, hay que regular las poblaciones para que los censos puedan convivir con los ganados", nos cuenta con respecto a la convocatoria de la Mesa del Lobo.
Con respecto a la compensación por la pérdida de reses debido al ataque del lobo también hay detalles a tener en cuenta.
"Las compensaciones deberían incluir el lucro cesante derivado de los ataques. Y además considerando la pérdida de excelencia genética de cada raza. El estrés que se produce en los animales y la reducción en la productividad de las explotaciones", destaca el experto.
Precedentes alarmantes: el ataque de diciembre
El problema no es nuevo. Hace apenas mes y medio, otra explotación de la sierra entre Guadarrama y El Escorial sufrió un ataque devastador.
Los lobos acabaron con 35 ovejas y cuatro becerros de la raza Rubia del Molar. Se trata de un tipo de ganado en peligro de extinción.
Desde entonces, la incertidumbre ha crecido entre los propietarios de explotaciones ganaderas. Ven cómo sus medios de vida se ven amenazados por una especie protegida, pero cada vez más presente en sus tierras.
Debate abierto sobre la gestión del lobo
El conflicto entre la conservación del lobo y la ganadería extensiva sigue abierto. Algunos sectores defienden la protección total de la especie. Mientras, los ganaderos insisten en que es necesario encontrar un equilibrio que garantice la seguridad de sus animales.
"El punto de equilibrio sería descastar un 20% de la población anual de subadultos, de la población errante. Eso implica sacar inmediatamente al lobo del LESPRE, porque si no, no se puede hacer esto. Ahora mismo, está protegido en todo el país y no se le puede tocar un pelo a un lobo", añade Lachhein.
Desde el Ministerio de Transición Ecológica han asegurado que actualmente se está llevando a cabo una actualización de los censos regionales. En los próximos meses se espera que se presente un informe nacional con los nuevos datos.
Por su parte, la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid ha recordado que existen ayudas. Tanto para la prevención como para la compensación de daños, aunque los ganaderos consideran que son insuficientes.
"En la Comunidad de Madrid, han aumentado en casi 200.000 euros las subvenciones para los ganaderos que sufran ataques con resultado de muerte o lesiones a sus cabañas", nos cuenta sobre la gestión de Ayuso con respecto a esta situación.
"Se van a incrementar las ayudas en cuanto a perros mastines, en cuanto a pastores eléctricos y otras medidas de protección y de disuasión ante el ataque de cánidos salvajes", indica.
La importancia del Mastín
Los perros mastines son de gran importancia para la guarda y protección del ganado en extensivo.
"La medida de mayor eficacia en la protección de los ataques de lobo al ganado es el mastín. Es el perro que guarda. Una manada de cinco o seis mastines puede proteger holgadamente a un rebaño", nos cuenta.
"Son perros grandes, a los que cuesta dar de comer al año. Por parte del gobierno de Ayuso, se han otorgado unas ayudas y una petición para que estos perros puedan ser criados libremente"
"Hay que recordar que el mastín es un perro y en condiciones de igualdad contra un lobo tiene las de perder. Lo que ocurre es que el mastín gana la partida, aunque sea una manada de lobos, porque va armado con la carlanca en el cuello. Esa es la que le protege de la mordida del lobo", puntualiza.
"Las leyes de protección y de bienestar de los animales, como la que tenemos a nivel nacional y muchas autonómicas, argumentan que el collar de púas en los perros es maltrato animal. Maltrato animal porque le hace daño al lobo cuando muere. Hay que hacer convivir la normativa también con la realidad del campo. El mastín tiene que ir armado porque si no, no puede defender los rebaños", afirma.
La polémica está servida y, de momento, los ataques no cesan. Mientras no se llegue a una solución efectiva, la incertidumbre y el temor seguirán presentes en el día a día entre los ganaderos.
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