27 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Se hacían llamar Grupo Victorioso y el líder, Mohamed Achraf, se carteaba, entre otros, con dos de los condenados por la matanza de Madrid del 11M

Desvelamos los nombres y cómo actúa el "Frente de cárceles yihadista" en 17 centros penitenciarios españoles

El cabecilla, Mohamed Achraf, fue condenado en 2004 por liderar otra célula yihadista que planeaba atentar contra la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo. Junto a dos acólitos, pretendía implantar una "política de patios" para conseguir que todos los condenados por yihadismo fuesen recluidos en una misma prisión. Se carteaba con dos condenados por el atentado terrorista de Atocha.

El pasado octubre, la Guardia Civil desarticuló una organización yihadista que operaba en 17 centros penitenciarios españoles en el marco de la operación ‘Escribano’. Hasta 25 internos están vinculados con este denominado ‘frente de cárceles’ yihadista, y dos de ellos son condenados por la matanza del 11 M.

El cabecilla era Mohamed Achraf, cuyo verdadero nombre es Abderraman Tahiri, preso que cumple condena por liderar una célula desarticulada por la Policía Nacional en 2004 en la Operación Nova y que planeaba atentar contra varios objetivos emblemáticos de Madrid, entre ellos la Audiencia Nacional, el Tribunal Supremo o la estación ferroviaria de Príncipe Pío.

Tenía previsto salir de la cárcel tras cumplir su condena, cuando tuvo lugar la operación para desarticular la célula terrorista, por lo que el juez Pedraz le impuso prisión preventiva. En total se desarticuló un grupo de 25 internos, que, según los investigadores, estaba muy organizado y estructurado y tenía ya objetivos concretos, puesto que había amenazado a determinados funcionarios de Instituciones Penitenciarias. Los 25 reos están investigados por captar, adoctrinar y radicalizar a otros presos, a través de esta organización a la que se referían como Grupo Victorioso.

En este grupo también estaban Jamal Zougam, condenado a más de 40.000 años de cárcel por los atentados del 11M, y Hassan El Haski, otro condenado por el 11M.

La operación se desarrolló en 17 prisiones españolas. En concreto, Teixeiro, Estremera, Villena, Algeciras, El Puerto de Santamaría III, Ocaña I, Zuera, Mansilla de las Mulas, Soto el Real, Huelva, Murcia II, Mallorca, Valencia, Albolote, Córdoba, Las Palmas II y Villabona.

Esta ha sido la primera operación de estas características que se ha llevado a cabo en Europa contra un entramado afín al Dáesh, cuya actividad se desarrolla íntegramente en el ámbito penitenciario. Como ya informamos en elcierredigital.com, las cárceles son uno de los principales focos de radicalización y los funcionarios de prisiones acusan la falta de personal y formación para prevenir el yihadismo.

Así es la cúpula del frente

Mohamed Achraf era quien dirigía desde prisión este grupo, que contaba con su propia iconografía y eslogan y estaban perfectamente estructurados, con órdenes precisas de actuación en los patios y métodos de formación y de entrenamiento.

Por debajo de Achraf, pero también dentro de la 'cúpula' del 'frente de cárceles' yihadista desarticulado, los investigadores sitúan a Karim Abdeselam Mohamed, alias 'Marquitos', quien fue condenado en 2015 por la Audiencia Nacional a 12 años de prisión por integración en célula yihadista.

El segundo compinche del líder del frente es Mohamed el Gharbi, recientemente condenado a ocho años de cárcel en el marco de la 'operación Caronte', una gran intervención policial que desarticuló en 2015 una red yihadista formada por diez personas que habían planeado atentar en Barcelona.

Su objetivo con este nuevo 'frente de cárceles' era implantar una "política de patios", consiguiendo que todos los condenados por yihadismo fuesen recluidos en una misma prisión. Impulsaba, junto a sus tres principales acólitos, el envío de cartas a yihadistas encarcelados en distintos puntos de España de los que tenía noticia para animarlos a mantenerse firmes en la defensa del DAESH y la reivindicación de la yihad.

Cartas con los condenados por el 11M

De este modo, el autor material del 11M se intercambiaba cartas con Achraf desde la celda de la cárcel de Texeiro (A Coruña). Refiriéndose al cabecilla como “mi querido hermano”, Zougam se puso en contacto con Achraf para que le facilitase el nombre de una abogada, con el objetivo de recurrir su caso ante el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, según informó Vozpópuli. 

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Jamal Zougam y Hassan El Haski se cartearon con el líder del frente de cárceles yihadista.

Jamal Zougam comenta en la carta que había contratado a un letrado que le estafó: “Cogió el dinero y apagó el teléfono y no hemos vuelto a saber nada de él”. También el autor hace constar en la carta que sabe que el cabecilla del frente de cárceles acaba de hacer una huelga de hambre. “Suplico a Allah que tu salud haya mejorado con la ayuda de Allah el Altísimo”, le dice a Achraf.

Un mes después de Achraf contestó a Zougam con otra carta de carácter religiosa, donde intercala citas del Corán, llamando a la paciencia y a mantener la fe en Alá para que les otorgue “la victoria frente a los infieles”.

Del mismo modo, el líder del frente de cárceles también se comunicó a través de cartas con otro condenado por el 11-M, Hassan El Haski, alias Abu Hamza, marroquí de 55 años recluido en la cárcel de Alicante.  Está previsto que salga de prisión el próximo mes de junio tras haber cumplido 14 años de condena, aunque la investigación de este frente de cárceles podría impedir que esto suceda.

Achraf escribió a El Haski haciendo referencia a textos teológicos y ofreciéndole la ayuda de su familia. Al igual que la otra carta enviada a Zougam, esta misiva también tiene como encabezado dos banderas del grupo terrorista Estado Islámico.

Varias pintadas fueron el punto de partida para la investigación que terminó desarticulando este Grupo Victorioso en el marco de la operación ‘Escribano’. Se contabilizaron una veintena de pintadas yihadistas en los muros de las prisiones en los últimos diez años, una de las cuales fue hallada en junio de 2014 en la celda que ocupaba Jamal Zougam en la cárcel salmantina de Topas.

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