Búsqueda de la desaparecida Malén Ortiz: “Es imposible interrogar ahora al principal sospechoso”

Malén Zoe Ortiz Rodríguez desapareció el 2 de diciembre de 2013 en Magaluf, Mallorca. Tenía 15 años y ese día había cogido su patinete para ir a comer a casa de su novio. Aunque las cámaras de seguridad la captaron hasta en dos ocasiones, su rastro se perdió. En menos de veinte minutos, Malén Ortiz había desaparecido. Más de nueve años después todavía no se ha hallado ninguna pista sobre su paradero, pero según informaba EFE, nuevos datos hicieron que la búsqueda se reanudase.

El lugar escogido para volver a buscar cualquier posible pista sobre Malén Ortiz ha sido una finca en la zona de la Porrasa (Magaluf), que está cerca de la zona en la que se vio por última vez a la adolescente. El interés del lugar, sin embargo, va más allá de esto, ya que está relacionado con uno de los principales sospechosos del caso que ya fue interrogado, pero sobre el que no se pudo probar nada en su contra.

Este sospechoso visitaba, aparentemente, la finca que ahora ha sido registrada con perros y excavadoras. Según informan fuentes del caso a elcierredigital.com, el sospechoso tendría “en torno a 80 años y padecería Alzheimer o demencia senil. Decidió trasladarse a Málaga y terminó siendo ingresado en una residencia psiquiátrica. En caso de seguir en esta residencia, sería imposible interrogarle ahora dada su condición”.

El sospechoso tendría problemas mentales

En su momento, sin embargo, ya fue interrogado como posible sospechoso por la desaparición de Malén. Sin embargo, la falta de coherencia en su testimonio evidenciaba problemas mentales y dejaba sin pruebas sólidas demostrar su presunta culpabilidad. Según apuntan medios locales, el sospechoso —que algunos medios afirman que era representante de artistas de Hollywood— tenía un trastorno de doble personalidad.

Este hombre tenía por aquel entonces más de 70 años y vivía en una habitación de un hotel de Peguera, aunque acudía regularmente a la finca que ahora ha sido registrada para guardar sus cosas. Entre ellas ropa, libros y recuerdos.

Meses después de la desaparición de Malén, unas jóvenes le denunciaron por acoso. Según su relato, el anciano había estado buscando a “chicas con un monopatín” para un desfile de modelos que tendría lugar, presuntamente, en La Rambla de Palma. Fue ahí cuando las autoridades le tomaron declaración, sin éxito.

Aunque la finca a la que el sospechoso acudía ya fue investigada, un reciente soplo, que informaba que se utilizaba como cementerio de caballos ilegal —según informaron desde El programa de Ana Rosa—, hizo que comenzaran las excavaciones en la zona, buscando pistas sobre Malén Ortiz. Por el momento han sido encontrados huesos, zapatos y mantas. Aunque algunos medios apuntan que la búsqueda ha finalizado, fuentes del caso confiesan a elcierredigital.com que “es posible que hoy sigan buscando por el mismo sitio”.

Fuentes conocedoras de la desaparición opinan que este es un “caso muy complicado” porque “parece que hasta el momento no se ha encontrado ninguna línea de investigación con cierta credibilidad. Es mi opinión, pero no hay que descartar que en cualquier momento pudiese surgir nuevas pistas con algo de veracidad”.

Una desaparición y acusaciones de malos tratos

El 2 de diciembre de 2013 Malén Zoe Ortiz Rodríguez, de 15 años, pasaba a engrosar el trágico listado de menores desaparecidas en España. Eran las tres y media de la tarde cuando una cámara de seguridad de los viveros de Sa Porrassa, en Magaluf (Mallorca), la grababa montando en su monopatín verde. Se dirigía a casa de su novio, Daniel Alba, para comer con él, ya que su padre, Alejandro, y su hermano, Bruno —con quienes convivía—, no se encontraban en casa a aquella hora. Es su última imagen.

Malén vivía con su padre, Alejandro Ortiz, un pequeño empresario a cuya casa se trasladó en 2012, después de que un juez concediese la custodia de ambos hermanos al padre, tras denunciar el supuesto abandono de la madre, Natalia Rodríguez, que se fue a trabajar a Tailandia. A principios de 2013, Malén se desahogaba en la red social Ask.fm: “Mi vida no es de color rosa, tengo una situación familiar muy difícil”. Por estos hechos la Guardia Civil consideró en el primer momento una desaparición voluntaria, que descartó tras ver las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad de un vivero.

Natalia Rodríguez, madre de Malén.

Tras su desaparición, los padres se acusaron mutuamente de abandono y malos tratos. La policía buscó e investigó entre los familiares y amigos después de que la joven cargase contra su padre en la red social Ask.fm. Además, se supo que tenía cita con el psicólogo para contar “algo grave” un día después de su desaparición, tal y como contó Interviú (número 2.066) el 30 de noviembre de 2015. La madre de Malén, Natalia Rodríguez, puso dos denuncias por malos tratos contra su exmarido, Alejandro, pero ambas fueron archivadas.

La última imagen que se conserva de la niña fue grabada en la fachada de los viveros, hasta salir de pantalla, justo donde comienza un camino semipeatonal que desdobla la carretera a Cala Figuera, en el pico oeste de la bahía de Palma, hasta cruzarse de nuevo con la carretera y la calle Tudó, recorrido que siempre hacía para llegar a casa de su novio. Ella se bajó en la parada de Cala Vinyes, cerca de su casa y, como su padre no estaba en el domicilio, llamó a su novio por teléfono para ir a casa de este, en Son Ferrer.

30.000 euros por algo de información

Son trescientos metros de camino asfaltado y carril bici hasta el cruce plagado de coches. En ese trayecto solo hay dos casas, una finca habitada y lujosa y otra abandonada. Nadie vio nada. “Ya no sé qué pensar. Está claro que no se fue por voluntad propia”, contaba su padre, Alejandro Ortiz, en Interviú en 2014, dos meses después de la desaparición.

Ortiz ofreció 30.000 euros a quien aportase alguna pista sobre el caso, que pronto suscitó la simpatía popular de los mallorquines, que se manifestaron pidiendo seguridad y más medios para buscar a Malén. Quince días después del suceso, tres desconocidos quisieron meter en un todoterreno a una joven magrebí, de 18 años, en Sa Pobla, pero la muchacha se resistió e hizo desistir a sus asaltantes.

Alejandro Ortiz, padre de Malén.

La Guardia Civil rastreó la zona por tierra, mar y aire en el mayor despliegue realizado en la isla. Llevaron buzos especializados y cientos de voluntarios ayudaron en estas tareas, pero Malén parecía haberse hecho invisible en esos 300 metros.

Los agentes encargados del caso también usaron perros especializados en olores de cadáveres y los llevaron a casa de Dani Alba, el novio de la niña, que declaró: “No me importa. Eso supone que siguen investigando”. Además, los policías cruzaron este caso con el de Nora, una joven de 16 años que murió después de que sus proxenetas la dejaran agonizando a la puerta de su casa, tras haber sido drogada y prostituida durante dos años.

Para añadir más misterio, el 11 de agosto de 2015 la Guardia Civil encontraba al empresario italiano Massimiliano Rossi calcinado en el interior de la furgoneta donde vivía y con un cuchillo clavado en el pecho. El informe concluyó que fue un suicidio, pero la madre del fallecido, Daniela Faldani, acudió a un programa de la televisión italiana para desvelar el último mensaje de móvil que Rossi envió a un amigo, antes de morir: “Teniendo en cuenta lo que le pasó a la chica que desapareció en Magaluf hace dos años… secta satánica en Mallorca y creo saber dónde hicieron la misa negra… si muero, ya sabes por qué”. La Guardia Civil nunca dio veracidad a este testimonio. Trescientos metros esconden todavía la respuesta sobre Malén.