Las 'fobias' a las hormonas en la salud íntima femenina: Mitos y realidades

En sesiones de sex coaching se dan muchas conversaciones con mujeres que enfrentan problemas en su salud sexual. Pero lo que siempre sorprende es el miedo constante hacia la terapia hormonal, algo que afecta profundamente su bienestar general.

La "hormonofobia", como se ha denominado, no solo está arraigada en mitos. Ha calado tan hondo, que muchas mujeres ni siquiera consideran esta opción para mejorar su calidad de vida. Hoy hablaremos sobre cómo este miedo nos está perjudicando, tanto física como emocionalmente.

Miedo a lo desconocido: ¿Por qué desconfiamos de las hormonas?

La palabra "hormona" evoca, en muchas mujeres, una sensación de alerta o temor. Durante décadas, los medios han amplificado estudios que, si bien revelaban riesgos, no mostraban una visión completa.

¿El resultado? Una desconfianza generalizada. Pero, ¿qué dice la ciencia hoy?

Numerosos estudios recientes señalan que los tratamientos hormonales, como la terapia hormonal sustitutiva (THS), pueden ser muy beneficiosos cuando se aplican bajo la supervisión adecuada. Por ejemplo, investigaciones publicadas en la Menopause Society han demostrado que la terapia hormonal puede mejorar la calidad de vida de mujeres con síntomas menopáusicos. Sin aumentar significativamente los riesgos de enfermedades como el cáncer cuando se usa correctamente.

En la actualidad, los beneficios de la THS en términos de mejora del deseo sexual y alivio de la sequedad vaginal están más que comprobados. También la reducción de sofocos. Sin embargo, muchas mujeres siguen optando por sufrir en silencio antes que considerar esta opción.

Y es aquí donde, como sociedad, debemos reflexionar. ¿Por qué permitimos que el miedo a lo desconocido guíe nuestras decisiones sobre algo tan fundamental como la salud sexual?

El papel de la desinformación

Es difícil culpar a las mujeres por su miedo, sobre todo cuando la información que reciben está teñida de exageraciones o está incompleta. A menudo, el diálogo sobre la terapia hormonal se reduce a riesgos y efectos secundarios, pero rara vez escuchamos sobre los beneficios. Y esto es un gran problema.

La falta de educación sexual integral juega un papel clave en este miedo generalizado. Nos falta un enfoque más equilibrado en las escuelas. Allí, las niñas y adolescentes deben aprender no solo sobre los riesgos biológicos, sino también sobre cómo cuidar de su cuerpo.

Hay mujeres que, tras informarse correctamente, deciden probar la THS y encuentran un alivio increíble. Es casi como si volvieran a redescubrir su sexualidad. Pero para muchas otras, el miedo a "manipular" sus cuerpos es más fuerte que cualquier argumento médico.

Esta resistencia está profundamente enraizada en la creencia de que las mujeres deben aceptar el envejecimiento y sus síntomas sin intervención.

Rompiendo mitos y aceptando la realidad

Cuando hablamos de salud sexual femenina, la menopausia es un momento crucial en la vida de una mujer. A menudo está rodeada de cambios drásticos: pérdida de deseo, sequedad vaginal, insomnio y hasta depresión.

Todas estas son condiciones que la terapia hormonal puede ayudar a mitigar, pero el estigma asociado sigue siendo una barrera enorme. Lo que más me impacta es ver cómo el bienestar físico y mental de tantas mujeres está en juego por la desinformación.

Un estudio de Harvard Medical School subraya que la terapia hormonal es segura para la mayoría de las mujeres. Especialmente aquellas menores de 60 años y cuando se administra durante un período limitado.

Además, sus beneficios van más allá de los síntomas menopáusicos, mejorando la salud ósea y cardiovascular. A pesar de esto, solo una pequeña fracción de las mujeres que podrían beneficiarse de la terapia hormonal la utiliza debido a la desinformación y el miedo.

Enfrentar la "hormonofobia" es un paso clave para mejorar la salud sexual de las mujeres. La calidad de vida de una mujer no debería disminuir por miedo a buscar ayuda.

El consejo más simple es: infórmate, habla con un profesional de la salud y toma decisiones basadas en hechos, no en mitos. Como mujeres, tenemos el derecho de disfrutar de una vida sexual saludable y plena. Y las hormonas, en muchos casos, pueden ser una herramienta clave para lograrlo.

En mi experiencia, una conversación honesta con un médico o un sexólogo puede cambiarlo todo. Como sex coach, he visto lo poderosa que puede ser la información correcta.

Es hora de que dejemos de ver las hormonas como enemigas y empecemos a verlas como aliadas. Nos merecemos disfrutar de nuestra sexualidad y nuestro cuerpo, en todas las etapas de la vida.