Isabel Winkels, abogada: 'Muchos casos de familia son mal resueltos'
Elcierredigital.com ha podido hablar con Isabel Winkels, abogada especializada en derecho de familia desde hace 27 años.
La abogada Isabel Winkels lleva 27 de sus más de 30 años de carrera dedicándose al derecho de familia. Una especialización que le llegó por casualidad —tal y como explica a elcierredigital.com— en el año 1995 y que se ha convertido en el motor principal para que se presentase como vicedecana a las elecciones de la Junta del Gobierno del Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM).
Eugenio Ribón, que se presentó como decano, al igual que Isabel Winkels como vicedecana, y el resto de los diputados fueron elegidos para el cargo el pasado mes de diciembre. El pasado 12 de enero tomaron posesión del cargo. Para Winkels —que también es socia fundadora y secretaria de la Plataforma Familia y Derecho y socia directora del despacho de familia Winkels Abogados— este nuevo cargo supone una posibilidad para conseguir hacer realidad algo por lo que ella y otros especializados en derecho de familia llevan luchando durante años. Desde elcierredigital.com hemos podido hablar con la letrada, que nos ha explicado sus perspectivas sobre la especialización de los Juzgados de Familia, la importancia que estos tienen y sus inicios en esta especialidad del derecho.
- Recientemente ha sido elegida vicedecana de la Junta del Gobierno del ICAM (Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid). ¿Qué espera de esta nueva etapa?
- Seguir trabajando por el derecho de familia, por la abogacía y por el reconocimiento del papel de la abogacía en general en la sociedad.
La abogacía tiene un papel muy privilegiado porque es la primera línea de fuego de contacto con la ciudadanía. La abogacía recoge un conocimiento de primera mano de las necesidades de la ciudadanía, de las disfunciones que se producen en la aplicación de la legislación, de las carencias y, en muchos casos (aunque suene el término un poco amplio) de las injusticias que por aplicaciones legislativas o interpretaciones de la legislación incoherentes.
Muchas veces nos encontramos con situaciones en las que la ley se ha quedado atrás. Los primeros que tenemos la posibilidad y que estamos en posición de detectar eso somos los abogados. Y como tal, el colegio de la abogacía debe ser receptor de esa realidad para trasladársela al legislador.
TOMA DE POSESIÓN NUEVA JUNTA DE GOBIERNO ICAM
- ¿Qué le llevó a presentar su candidatura?
- Mi motivación para presentarme a estas elecciones y entrar en esta Junta del Gobierno del Colegio de la Abogacía de Madrid —que es el colegio más grande de Europa— es conseguir la especialización de los Juzgados de Familia.
Llevo muchos, muchísimos años, reivindicando la especialización de los Juzgados de Familia en toda España. En todo el territorio nacional hay 163 juzgados especializados en familia frente a 1187 juzgados no especializados que conocen materia de familia.
Los temas de familia son cada vez más complejos. Según las últimas estadísticas, que son las de 2019, de 2.284.147 de asuntos civiles que entran en los juzgados, 557.142 se refieren a materias de familia. Es el tipo de asunto que más implica la presencia de personas en los tribunales de justicia en general; en familia, un millón y medio de afectados, contando con los progenitores, hijos, abuelos, allegados, etc. Y es imprescindible, precisamente por la complejidad de la evolución de la sociedad, que los magistrados que conozcan estos asuntos de familia estén especializados, que estén al frente de un juzgado especializado, que tengan a su lado un fiscal especializado, presente en todos los procedimientos de familia, y que cuenten con un equipo técnico también especializado. Un equipo técnico compuesto por un trabajador social y un psicólogo especializados en materia de familia. Esto es fundamental.
- ¿Qué tipo de casos van a los juzgados de familia y, además de por la complejidad que nombra, por qué es tan importante que estén especializados?
- Aquellas personas que viven en una capital de provincia donde existe un juzgado que solo conoce asuntos de familia ven resuelto su asunto normalmente entre seis y ocho meses. Una persona que se encuentre con un procedimiento de familia contencioso (porque en los casos de mutuo acuerdo hay más agilidad) en un juzgado mixto puede tardar un año y medio o dos en tener una resolución debidamente motivada al conflicto familiar. Al inicio se dictan unas medidas provisionales sin todos los elementos de prueba precisos y, si se atribuye una custodia no adecuada, se puede generar un daño grave a los niños, se cronifican situaciones conflictivas latentes y muchos de estos casos acaban en juzgados de violencia de género. Porque no se da una solución ágil y especializada a los conflictos que más afectan a la persona.
- Comenta que muchos casos de familia acaban en juzgados de violencia de género. ¿Por qué se da esta situación?
- Acaban en un juzgado de violencia porque se cronifica un conflicto que muchas veces está mal resuelto.
Cuando se crearon los juzgados de violencia en el año 2005, se atribuyó esa competencia a cada partido judicial, que en España son 431. En partidos judiciales pequeñitos, donde hay un único juzgado mixto, el juez, aunque haga un curso, no puede tener conocimientos para resolver un conflicto complejo de familia o de violencia de género. Es imposible. Pero se entendió que había que tener un juzgado de violencia competente en cada uno de los partidos judiciales.
El pasado 30 de diciembre se alcanzó un acuerdo entre el Consejo General del Poder Judicial, la Fiscalía y el Ministerio de Justicia, porque con el elevado número de crímenes de mujeres de este pasado mes, se ha visto que es difícil observar o detectar el grado de peligrosidad de un denunciado, y es difícil adoptar unas medidas adecuadas para una situación donde ha habido una denuncia de violencia de género.
¿A qué acuerdo han llegado estas tres entidades? A comarcalizar (es decir, agrupar) partidos judiciales y centralizar uno, dos o tres juzgados de violencia (según el número de habitantes varía) en el centro de esa comarca en los que poner un juez especialista en violencia de género, quitándoles a los restantes partidos esa competencia. Esta es exactamente la propuesta que especialistas de familia llevamos proponiendo al Ministerio de Justicia y al Consejo General del Poder Judicial que se promueva.
No implica crear nuevos juzgados; es redistribuir el trabajo utilizando el mismo número de sedes judiciales y de jueces. Sí habría que crear algunas plazas más de fiscales y sí habría que crear nuevos equipos técnicos, pero el beneficio social con una solución de este tipo es absolutamente incontestable.
- Aparte de la reducción del tiempo y la disminución de carga de los juzgados, ¿qué beneficios puede reportar tener más Juzgados de Familia?
- La calidad de la sentencia. Cada vez hay más matrimonios o parejas de distintas nacionalidades. O expatriados o extranjeros que viven aquí. O donde uno es de aquí y otro es de allí. ¿Eso qué implica? Que en el momento en el que hay un elemento extranjero en este tipo de procedimientos, tienes que dejar de lado tu Código Civil y tu Ley de Enjuiciamiento Civil y acudir a los instrumentos internacionales, ver qué convenio se aplica a esa familia o qué reglamento europeo, si es un ciudadano de la Unión Europea. Y ese reglamento o ese convenio es el que te dice qué país tiene competencia judicial internacional para dirimir ese divorcio o esos alimentos de esos hijos y cuál es la ley aplicable. Porque a veces es un país el competente, pero la ley aplicable es la de otro. Es complejísimo. Y muchas veces, hasta que acabas acreditando qué país es competente o cuál es la ley aplicable, pasan años.
Más ejemplos de cuestiones de derecho de familia compleja son los hijos nacidos a través de una maternidad subrogada, familias reconstituidas o transexuales y la afectación de los hijos. Ese juez especializado en familia debe necesariamente tener no solo conocimientos legales, sino también de ética; de sociología para conocer la mentalidad y la idiosincrasia de cada una de las personas involucradas; de psicología para detectar disfunciones y ofrecer soluciones en casos de custodias complejas, que sepa escucharlos y entenderlos. Hay que aprender todo tipo de técnicas. Alguien a quien le guste familia y se quiera especializar, tiene que formarse en estas materias.
Por eso es fundamental que magistrados y fiscales estén especializados con todas estas características, al igual que los abogados, mediadores, trabajadores sociales y psicólogos, psiquiatras forenses… Porque se nos llena a todos la boca con la protección de la infancia y de la adolescencia, pero no tomamos medidas. No las tomamos.
- ¿Qué pasos están siguiendo para conseguir cambios en la situación actual de los Juzgados de Familia?
- Llevamos muchos años con este tema y hemos conseguido que el legislador sea consciente de esa necesidad.
La Ley 8/2021 de Protección de Infancia y de la Adolescencia contiene ya una disposición adicional 20 en la que se prevé y obligan a un mandato al legislador para que precisamente especialice los Juzgados de Familia. Le da un mandato de un año, que ya ha pasado y que no se ha cumplido. Y ahora tenemos el proyecto de Ley de Eficiencia Organizativa, que está en fase de comisión.
Este proyecto de ley prevé el cambio de partidos judiciales a Tribunales de Instancia. Cambia de alguna manera el nombre. Hay 431 partidos judiciales y pasará a haber 431 Tribunales de Instancia. Cada Tribunal de Instancia va a tener secciones de cada materia, pero en aquellos juzgados que son unipersonales se van a seguir concentrando todas las materias en el mismo juez.
La Plataforma Familia Derecho, el Colegio de la Abogacía de Madrid y el Colegio de la Abogacía de Barcelona presentamos conjuntamente una serie de enmiendas a introducir en esta Ley de Eficiencia Organizativa, precisamente para que se creen secciones especializadas de Infancia, Familia y Capacidad en los Tribunales de Instancia como he explicado antes. Les hemos propuesto cuáles son o deben de ser las competencias, que tendrían estas secciones —que agruparía estos tres tipos de materia—, liberando de estos asuntos a los Tribunales de Instancia de los alrededores. Con ello optimizas recursos, redistribuyes trabajo y especializas. Es la misma propuesta del acuerdo que han alcanzado ya en temas de violencia de género por parte del Consejo General del Poder Judicial, el Ministerio de Justicia y la Fiscalía. Exactamente lo mismo tiene que hacerse con las secciones de Infancia, Familia y Capacidad.
Si los tribunales ofrecen resoluciones ágiles y rápidas a los conflictos familiares, se previene esa violencia de género que desgraciadamente se produce con demasiada frecuencia.
- ¿Cuándo cree que todo esto que comenta podría convertirse en una realidad?
- Las enmiendas que hemos presentado a la Ley de Eficiencia Organizativa tienen que ser resueltas entre los meses de enero y febrero. En ese momento veremos cuáles de nuestras enmiendas son incorporadas al texto. Si se incorpora el grueso, habrá sido un éxito importante. Si se incorpora una parte de ellas, tendremos que seguir luchando por el resto. Así que en breve tendremos algún tipo de noticia para ver el avance conseguido. Yo sé que alguna de esas enmiendas, porque lo hemos hablado —estamos teniendo reuniones regulares con los grupos parlamentarios—, son y van a ser aceptadas. Lo que no sabemos es la dimensión exacta y hasta dónde llegan.
- Como bien ha dicho antes, lleva muchos años especializada en derecho de familia, ¿qué le llevó a elegir esta especialidad?
- La verdad es que fue una casualidad. Yo no estaba especializada en familia y llegó el hermano de una amiga mía, que me pidió que le llevara su divorcio. Estamos hablando del año 1995. Yo llevaba ya siete años trabajando pero no llevaba familia, así que le dije que no controlaba la materia de familia y que no se lo podía llevar. Él se fue a otro abogado y dictaron unas medidas provisionales que fueron un desastre. Volvió a mi despacho con esas medidas provisionales y me dijo: “Isabel, peor que esto…”. Y le dije: “La verdad es que peor que esto no puede salir, ¿nos lanzamos y vamos a por el procedimiento principal? ¿Estás dispuesto a que le demos la vuelta?”. Me dijo que estaba dispuesto, así que le puse deberes y conseguimos un montón de pruebas para desmontar las afirmaciones inciertas sobre las que se había fundamentado el auto. De diez afirmaciones no falsas conseguimos desmontar ocho. Presenté el escrito al juzgado, fuimos al procedimiento principal y conseguimos una sentencia que le daba la vuelta como una tortilla al auto. Eso engancha, y me hizo descubrir un mundo apasionante. Además, siempre he tenido un sentido muy justiciero y era un tema de hacer justicia.
Ese procedimiento, además, lo llevé contra la que entonces era una de las mejores abogadas de familia que había, que era la famosa Concha Sierra. Fue el primer procedimiento de familia que yo llevé en mi vida, que me enganchó y... ¡Hasta hoy!
Más noticias: