Consejos para afrontar la ola de calor: 'Se puede incluso llegar a caer en coma'

En los próximos días de verano de este 2024, España vivirá una nueva ola de calor, calificada como de las más intensas de los últimos años, con temperaturas que suponen un riesgo para la salud  de la población en varias regiones del país. Esta situación ha puesto en alerta roja a muchas comunidades autónomas. La última de ellas es Navarra, que espera temperaturas que superen los 40 grados durante los próximos días.

Las altas temperaturas pueden causar graves problemas de salud, como deshidratación, golpes de calor, y exacerbar patalogías ya presentes en el paciente, como enfermedades cardiovasculares y respiratorias. Desde elcierredigital.com hablamos con el doctor Darío Fernández, quien aconseja primeramente que "si hay alguna persona que está al sol, tirada en el suelo con signos de taquicardia o taquicnea, lo primero es llamar al 112 e inmediatamente llevarle a la sombra si está consciente y darle agua. También refrescarle, no solamente poniéndole a la sombra y abanicándole, sino también con paños o toallas mojadas para tratar de enfriar el cuerpo ese lo más rápido posible y alejarle del foco de calor".

La creciente frecuencia e intensidad de las olas de calor en España es una clara señal de los efectos del cambio climático, y es crucial tomar medidas preventivas para proteger la salud de la población, quién ahora está preocupada por los riesgos que conlleva la exposición a estas altas temperaturas. Es importante que nos adaptemos a estas nuevas realidades climáticas mediante la implementación de medidas efectivas que sean eficientes para adaptarnos a esta nueva realidad y mitiguen los problemas estas situaciones. La lucha contra el cambio climático no es solo una cuestión global, sino una necesidad urgente para la sostenibilidad y bienestar de España de cara a los próximos años​.

Riesgos de la exposición a altas temperaturas

Los riesgos para la salud de estar expuesto al calor dependen de la temperatura, de la intensidad del calor y de los días en que está mantenida esa temperatura alta. "Se califican en distintos niveles: Un nivel cero, cuando hay la temperatura inferior a 36,5 grados, que no pasa nada. El nivel uno, cuando hay una temperatura mayor de 36,5 grados, pero que no pasa de los 38,5 grados durante tres días, aquí ya puede empezar a haber problemas.Y el  nivel dos, que ya es muy elevado, cuando hay las temperaturas superan los 38,5 grados durante cuatro días o más, y en ese tiempo la temperatura es superior a 36,5 grados", señala Darío Fernández.

El doctor Fernández también habla de que hay que diferenciar un golpe de calor, de una insolación. "Una insolación  se puede producir cuando se está mucho tiempo al sol, sin protección, y la persona siente muchísima sed, nota calambres en las piernas y en el abdomen, hay mucha sudoración, y la piel está húmeda y sudorosa. En cambio, el golpe de calor, es una emergencia médica, en la que se llega a una deshidratación y la piel está seca, porque ya no hay agua que sudar. La piel está seca, roja y caliente y esto es grave". En cuanto a los síntomas  de un golpe de calor: "No hay sudor y la piel está roja y caliente, empieza a incrementarse la frecuencia cardíaca y respiratoria; la persona empieza a respirar muy deprisa, nota que el corazón late muy fuerte, que respira muy deprisa, y aparecen también dolores de cabeza, náuseas, vómitos, delirios, torpeza, somnolencia, llegando incluso a caer en el coma".

Sobre las mejores prácticas para prevenir problemas de salud durante una hora de calor, el doctor Darío Fernández asegura que: "Lo primero es evitar exponerse al sol en las horas centrales del día -desde las 10 de la mañana hasta las 4 o 5 de la tarde- y por supuesto no hacer trabajos solos ni ejercicio físico durante esas horas. En caso de que se baje a la calle, protegerse bien e ir por la sombra, con un buen sombrero, con ropa de algodón que es traspirable, colores claros... Y si se está en casa, la mejor manera de protegerse es bajando las persianas y los tornos en aquellas habitaciones que están expuestas al sol, crear corrientes de aire para que no se nos caliente el piso durante el día, buscar las habitaciones más frescas... Pero sobre todo hidratarnos, porque la única manera de enfriarnos es sudando, y sudar es perder agua, así que necesitamos que nuestro cuerpo esté bien hidratado para que pueda enfriarnos con la saturación".

Las altas temperaturas pueden afectar especialmente a los grupos más vulnerables como los ancianos, los niños  y las  personas con enfermedades crónicas. "Fundamentalmente, pone en peligro la salud de personas mayores o de la tercera edad; personas que viven en los últimos pisos; que tienen enfermedades crónicas, como la diabetes, la hipertensión, la obesidad o demencia; y también aquellas personas que acaban de ser dadas de alta de un hospital. las altas recientes también son un factor de riesgo", señala Darío Fernández. "También es importante, y un factor de riesgo el consumo de fármacos. Personas que estén tomando diuréticos, antidepresivos, barbitúricos o tranquilizantes, también se convierten en personas de riesgo", añade.