La desastrosa gestión de Mónica García en Ceuta: ¿Incompetencia o desinterés?

La gestión de Mónica García al frente del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA) ha sido duramente criticada por la Confederación Española de Sindicatos Médicos (CESM), y en particular por su presidente, Miguel Lázaro. Según Lázaro, la ministra ha fracasado rotundamente en la administración de la sanidad en Ceuta, un territorio que enfrenta graves carencias en cuanto a personal médico y recursos sanitarios. Para el presidente de CESM, el rendimiento de García merece un “suspenso”, y se atreve a calificarla de incompetente, dado que las promesas de mejorar las condiciones del sistema sanitario local siguen sin cumplirse, afectando gravemente la calidad de vida de los ceutíes.

La falta de medidas efectivas para captar y fidelizar a los especialistas es otro de los puntos álgidos de la crítica. A pesar de ser plenamente consciente de la escasez de profesionales médicos en Ceuta, la ministra no ha implementado estrategias claras para solucionar este problema, lo que ha provocado una sobrecarga laboral insostenible para los pocos médicos disponibles. Además, las promesas de incentivos, como los ofrecidos en otras comunidades autónomas, brillan por su ausencia, lo que deja en evidencia la falta de planificación de García. A pesar de tener la información y los recursos a su disposición, la ministra ha preferido desviar la atención hacia argumentos vacíos, como la supuesta alta remuneración de los médicos, sin abordar las verdaderas necesidades del sistema.

El colapso de la sanidad en Ceuta también se ve reflejado en la gestión de las infraestructuras, como la sala de hemodinámica, que ha permanecido cerrada debido a la falta de preparación de los profesionales. La falta de una planificación adecuada y la ausencia de formación previa a la puesta en marcha de equipos de alta tecnología dejan claro que INGESA y su directora, bajo la supervisión de Mónica García, no solo han fallado en resolver los problemas urgentes, sino que han agravado la situación con una gestión ineficiente. A pesar de la gravedad del problema, la ministra sigue ignorando las demandas de los profesionales y la sociedad, lo que lleva a la CESM a pedir su dimisión.

Finalmente, la crítica hacia Mónica García no es solo política, sino ética. La CESM denuncia la actitud del Ministerio, que se ha centrado en atacar a los sindicatos médicos y desacreditar a los profesionales en lugar de tomar medidas para mejorar la situación. La falta de soluciones efectivas y la actitud despectiva hacia los médicos que luchan por mejorar la sanidad en Ceuta es un reflejo del desprecio de García por los ciudadanos y los profesionales que sirven a la comunidad. Ante esta realidad, la CESM no duda en pedir la dimisión tanto de García como de la actual dirección de INGESA, ya que la situación sanitaria de Ceuta exige un cambio radical en la gestión y en la actitud del Gobierno.