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Un grupo de personas se encuentra reunido frente a la entrada de una estación de metro llamada Plaza Elíptica, con una estructura de techo inclinado y paredes rojas.
SALUD

Consejos psicológicos para afrontar el gran apagón: Cómo gestionar las emociones

Una psicóloga da solución a las crisis personales, enfermedades y depresiones económicas provocadas por la falta de luz

España se enfrentó este lunes 28 de abril a un acontecimiento que puso a la población en un estado de nerviosismo. La red eléctrica se cayó, dejando al país en unas condiciones en las que actualmente no podemos vivir. La luz, elemento clave para el transporte, numerosos trabajos o comunicaciones dejó de funcionar.

Personas descansando y esperando en una estación de tren, rodeadas de equipaje y máquinas expendedoras de boletos.
Estación de Atocha durante el apagón. | Cedida

Lo insólito de la situación provocó la rápida creación de hipótesis sobre las causas del suceso. Y numerosos ciudadanos tomaron medidas más acordes a riesgos mayores. Entre ellas, comprar provisiones. El aspecto psicológico fue uno de los más afectados ante la incertidumbre sobre lo que podía pasar. 

La visión de una experta sobre los efectos del apagón

El COVID-19 o la dana son eventos que afectaron en gran medida a la ciudadanía. Recordando esos sucesos, el miedo hizo mella en la población.  La psicóloga Lara Ferreiro ha atendido a elcierredigital.com para hablarnos de los diferentes efectos que podría tener el acontecimiento vivido. 

La autora del libro “Ni un Capullo Más, el método definitivo para quererte y encontrar a tu pareja” nos explica los efectos psicológicos. “El 60% de los españoles ayer, hoy o esta semana tendrán algún tipo de síntoma psicológico. Estamos en un momento absolutamente histórico, el gran apagón, el cero absoluto, nunca en la historia de este país había ocurrido. Hay que gestionar a todos los niveles, a nivel psicológico, a nivel rutinas, etcétera", comenta.

Una mujer sonriente con vestido rosa sentada en un auto descapotable rojo frente a un edificio histórico.
Lara Ferreiro, psicóloga. | Europa Press

“Lo primero es saber que vamos a pasar por un duelo  “apagónico”. Según Lara Ferreiro, ayer estábamos en shock, hoy estamos en la fase de miedo, en adaptación. A lo largo de esta semana nos iremos orientando. Luego, la ansiedad o trastornos de ansiedad, estrés agudo, ataques de pánico, la claustrofobia de coger un metro, el miedo a la oscuridad.

La doctora también hace referencia al FOMO, el miedo a perderte algo. "Todo esto va a estar, es bastante habitual. Porque nos han quitado el generador de dopamina, que es el móvil, nos hemos quedado desconectados. En realidad, desconectados para conectar, porque yo ayer conecté más que nunca con las personas", asegura.

Y también explica que "habrá miedo al futuro, hipervigilancia, incertidumbre. La sensación de vulnerabilidad, fragilidad, angustia ha surgido del pensamiento de que sin electricidad no somos nadie", añade la psicóloga.

“La paranoia del final del mundo apocalíptico, de qué va a ser lo siguiente. Hay mucha gente pensando que es un ciberataque. Hay que tener muchísima calma. También hay mucha hipocondría, miedo a las enfermedades. Pensamientos catastrofistas de que el mundo se acaba, todo eso hay que evitarlo”, aconseja.

Apagón - Estación de Atocha (MADRID) | El Cierre Digital

“También mucho síndrome de soledad, síntomas depresivos, esa depresión reactiva o ese estado de ánimo bajo, porque hay mucha gente que está aislada. Vemos que estamos más conectados que nunca y al final más solos.

Ferreiro también advierte de que podemos experimentar "trastorno de sueño, desorientación, confusió. Porque a veces se te apaga el móvil y no hay relojes. Incluso puede haber una retraumatización pandémica, que significa que vuelves a retraumatizarte. Como si viviéramos otra vez en la pandemia o estuviéramos en la época de Cuéntame, donde no hay electricidad, ni móviles, hemos vuelto a como años atrás", expone.

“Estas situaciones pueden provocar síntomas somáticos. Dolor de cabeza, gastroenteritis, el síndrome de estar quemado, el burnout de eventos históricos. Ya no pueden más", añade la doctora.

Lara Ferreiro argumenta sus afirmaciones con una anécdota que vivió este lunes: "Me decía ayer una vecina que nos ha golpeado la pandemia, Filomena, volcán, guerra de Rusia, muerte del Papa... y ahora, el apagón histórico. Por todo esto tenemos alteraciones de las rutinas familiares, que descentran mucho. Pero la peor parte son las muertes, si alguien ha muerto en un hospital o algo ha pasado. Eso genera muchísima incertidumbre y puede generar mucho dolor.”

Estantes de supermercado casi vacíos con algunas bolsas de espinacas y cajas verdes con productos.
Estantería de un supermercado tras el apagón. | ElCierreDigital

Ferreiro reseña que la parte positiva ha sido la solidaridad: "Ayer vi una buena autogestión del tráfico, el radiopatio de los vecinos. Esa conexión de neuronas espejo de mirar a la gente que ni conocía. Esa resistencia psicológica no nos pilla de nuevas, venimos de la pandemia. Esa parte también está ahí".

La receta 'apagónica'

La psicóloga Ferreiro nos explica que hay varias maneras de gestionar todo esto: con la receta 'apagónica'. "Primero, hay que aceptar las emociones. Durante esta primera semana nos vamos a sentir con incertidumbre, ansiedad. Luego, la mente de monja, equilibrio del presente, no pensar en el futuro. Normalizar la ansiedad, evitar pensamientos catastrofistas del tipo van a venir los ovnis, o paranoides. Si durante más de un mes tienes esta sintomatología, probablemente existan problemas psicológicos sin resolver. En este caso habrá que ir a terapia, porque puede haber algo debajo”, asevera.

"Por otro lado, hay que tener cuidado con las evitaciones. Que no se mantengan y se conviertan en un trastorno obsesivo-compulsivo. A lo mejor la primera semana se dice no al metro, a los ascensores, etcétera, pero luego hay que tener cuidado con que esto no se convierta en un problema psicológico", continúa.

“Sí que es muy importante vivir el presente. Hay que coger gasolina, lo básico, pero no volvernos locos con el papel higiénico. Hay que mantenerse lo más positivo posible sin obsesionarse y tener un plan básico. La gasolina del coche, las latas de conserva, hay gente que incluso me decía que el kit de supervivencia, al final, lo vamos a necesitar", aconseja.

Para la doctora también es importante controlar la incertidumbre con técnicas de respiración: "Por ejemplo, el 5x5, cogemos aire, respiramos y soltamos cinco veces". También la oxitocina, la hormona del amor, hay que generarla, "apóyate en la red", anima Lara Ferreiro. "Incluso los abrazos de más de 10 segundos son antiinflamatorios. El estar relajados, abrazar a tus niños, tranquilizarlos es muy importante, explicarlo. Ayer, una vecina mía le explicaba a su hija: “Desde que has nacido todos son eventos históricos, pero no se había ido la luz, mañana no vas a poder ir a la excursión”, concluye.

"Es necesaria la desintoxicación informativa, hay que hacer un filtro crítico: no van a venir ovnis. Evitar esa sobreinformación, hablarlo con la gente, pero sin obsesionarnos. También, sentido y propósito, yo creo que hay una crisis de valores brutal. Puede servir para que consideremos si estamos obsesionados con el móvil. Yo ayer reflexionaba, me decía, qué adictos somos a todas las tecnologías. Bueno, quizá también tenemos que socializar como antiguamente”, advierte.

"Otro elemento importante es la solidaridad, ayudar a otras personas. Esta parte también es muy bonita, que yo la vi ayer. Y, por supuesto, muchísimo autocuidado.”

Personas descansando y esperando en una estación de tren junto a máquinas expendedoras de boletos.
Estación de Atocha durante el apagón. | Cedida

La psicóloga advierte que la pérdida de control interviene en la aparición de miedos irracionales. “Se activa una respuesta de amenaza del cerebro, especialmente la amígdala que gestiona el miedo. Las personas no entienden qué está pasando, no pueden anticipar lo que ocurrirá. El sistema nervioso busca explicaciones, a veces irracionales, para reducir esa incertidumbre”.

La respuesta de Lara sobre el papel que juega la falta de información en la ampliación del miedo es rotunda. “Muchísimo. Los bulos, rumores, narrativas alarmistas... En una situación sin internet, sin medios oficiales, a lo que se oye se da veracidad, amplía el miedo colectivo. Desencadena pánico  innecesario, actúa como un virus emocional.”

Respecto a cómo deben actuar los líderes sociales y políticos, Ferreiro sostiene que “deben comunicar con claridad, empatía, con frecuencia. Si no hay respuestas definitivas, evitar el lenguaje técnico ambiguo, que genera más confusión. Promover la calma, no la pasividad, valorar la comunicación”.

Sobre si se está educando a la población para afrontar situaciones excepcionales, Lara Ferreiro opina que no. “Se prioriza la preparación técnica, kits, protocolos, pero no se entrena para la gestión del miedo, el estrés, ese conflicto interpersonal. Falta educación emocional, resistencia colectiva, pensamiento crítico frente al caos”.

Apagón - Estación de Atocha (MADRID) | El Cierre Digital

Respecto a la importancia de la comunidad, Ferreiro afirma que “es clave. La primera red de contención emocional y material es ese vecindario. Compartir alimentos, ofrecer compañía, verificar cómo están los más vulnerables son acciones que mitigan el miedo y refuerzan el sentimiento de pertenencia. El apoyo mutuo bajo el estrés colectivo es fundamental”.

Ferreiro también cree que un hecho de estas características puede cambiar la percepción general de seguridad en el país. "Un apagón de estas circunstancias deja huella en la seguridad colectiva. La sensación de invulnerabilidad tecnológica se rompe y eso puede reconfigurar nuestra percepción del Estado, las infraestructuras y los demás.”

Sin embargo, también cree que estas situaciones favorecen movimientos y emociones positivas. “Nuevas formas de organización vecinal, reconexión con la esencia del tiempo, comprensión, ayuda, revalorización de la cooperación en lo comunitario. La necesidad de vínculo supera el individualismo en situaciones extremas, la necesidad de pertenencia y cuidado mutuo se impone. Somos seres sociales por naturaleza y en la vulnerabilidad se activa el impulso a colaborar, el individualismo se relativiza cuando la supervivencia depende de otros. La generosidad es puntual o deja huella, depende de si se tiene un perfil generoso o un perfil impulsivo. Si eres generoso te deja huella y lo eres tanto en el gran apagón como después. Si eres impulsivo es solo ese momento y luego ya no. La idea es que deje huella. La generosidad es lo mejor del ser humano. En momentos críticos es maravillosa esa empatía, pero es verdad que mucha gente después de que pase esto vuelve a ese estado de no generosidad. De hecho, yo creo que estamos en una crisis de valores”.

Apagón - Estación de Atocha (MADRID) | El Cierre Digital

Sobre la posibilidad de reconstruir la confianza en una sociedad polarizada, la psicóloga tiene esperanzas. “No perder la esperanza es lo más importante, pero es verdad que la sociedad está muy polarizada. Es una semilla muy compleja. Si hay mucha polarización puede ocurrir que haya mucho conflicto entre hermanos, todos somos españoles. Y eso puede tener consecuencias muy devastadoras para todos”, avisa.

Lara manda un mensaje final a quienes pensaron primero en los demás. “Muchas gracias a la gente solidaria. En medio del apagón el calor humano de los demás te sostiene”.

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