26 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Los delincuentes se valen de todo tipo de artimañas para expedir documentos falsos que sustituyan a los originales

Se multiplica el fraude de las PCR falsas tanto en nuestro país como en el resto del mundo

Prueba PCR. Foto: Comunidad de Madrid.
Prueba PCR. Foto: Comunidad de Madrid.
Los casos de fraude por PCR falsas se multiplican no solo en España sino también en otros países, convirtiéndose en un negocio floreciente para grupos de mafias por todo el mundo. El escaso control, las listas de espera para la realización de estas pruebas y la desinformación contribuyen a estos actos vandálicos considerados como delitos contra la Salud Pública.

En estos días de Semana Santa vuelve a dispararse la demanda de pruebas de la COVID-19 para poder desplazarse a los lugares donde esté permitido y para los que se exige portar un test del coronavirus con resultado negativo. Sin embargo, la urgencia de tener el test en el menor tiempo posible, que este sea "negativo" y las dificultades para acceder, en muchos casos, a las pruebas originales, sumado a la desinformación por parte de los usuarios, son circunstancias que están siendo aprovechadas por el “mercado negro” de las PCR falsas cuyos anuncios proliferan tanto por Internet como por las redes sociales con el gancho de obtener el certificado de que se está libre del virus en un tiempo récord.

Los casos de fraude se multiplican tanto en España como en otros países. Precisamente, este mismo lunes, la Policía Nacional informaba de la detención de 31 ciudadanos rumanos en la frontera de la Jonquera por justificar el viaje con certificados PCR falsos y cuya investigación continúa abierta con el fin de comprobar, entre otros aspectos, la posible implicación de más personas en la obtención de este tipo de documentación falsa.

La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés) ya ha advertido de que se trata de "un problema cada vez mayor en todo el mundo". Asimismo, desde la Comunidad de Madrid se viene insistiendo constantemente en la falta de control en el aeropuerto, desconociéndose hasta la fecha cualquier dato relativo a las PCR que se solicitan. Precisamente, Elcierredigital.com publicó en exclusiva  la venta de pruebas PCR falsas a 40 euros para pasar controles sanitarios de aeropuertos, informando de la desarticulación de una trama por parte de la Policía que comercializaba a través de Internet certificados falsos de PCR negativos por encargo a cambio de solo 40 euros y a cuyo reclamo, según se pudo constatar, acudieron decenas de viajeros con la intención de comprar falsos documentos negativos de PCR en el mercado negro y así poder trasladarse a países donde se exige  esta prueba para entrar en ellos.

Ejemplo de fraude de PCR.

Los traficantes, para hacer negocio, se valen de todo tipo de artimañas con las que engañar a los impacientes y desinformados clientes a los que ofrecen falsos documentos en papel o en formato electrónico que, a simple vista, pueden parecer válidos. El problema es que, en muchas ocasiones, los propios documentos expedidos por los laboratorios autorizados suelen ser simples hojas de tamaño estándar y, a veces, los resultados se plasman en un simple correo electrónico.

La tecnología al servicio del fraude

La facilidad y rapidez de las impresoras de alta calidad y la tecnología del software permiten producir certificados falsos que muchas veces pasan desapercibidos o, falsificar los datos de originales válidos, favoreciendo el incremento de delincuentes que hacen negocio a través de estos métodos.

Diferentes métodos para falsificar PCR.

Se han diseñado incluso, aplicaciones móviles que permiten falsificar manualmente los resultados del test de detección del virus. Los hay hasta que usurpan la identidad de los laboratorios que, en principio, está autorizados, contribuyendo así a un delito de Salud Pública puesto que cualquier persona con síntomas debe permanecer aislado en su vivienda.

¿Qué centros están autorizados para realizar pruebas PCR?

La PCR, siglas en inglés de ‘Reacción en Cadena de la Polimerasa’, es una prueba de diagnóstico que permite detectar un fragmento del material genético de un patógeno o microorganismo, que en el caso del coronavirus es una molécula de ARN.

Dicho test tiene unas características específicas, como su alta especificidad, ya que puede diferenciar entre dos microorganismos muy cercanos evolutivamente; su alta sensibilidad,  puede detectar cantidades de 20 copias/ml o incluso menos, de material genético viral, y su rapidez al detectar virus en las primeras fases de la infección respiratoria. En la actual pandemia de coronavirus se está utilizando desde los primeros días para determinar si una persona está infectada o no.

Su uso es común y rutinario en los laboratorios de microbiología de hospitales, centros de investigación y universidades y, precisamente, por el alto grado de complejidad de esta técnica se requiere de personal entrenado y preparado para su realización.

De ahí que, entre los requisitos necesarios para que un centro pueda recibir la validación necesaria para realizar PCR, figura el de disponer de personal formado en técnicas de biología molecular; tener capacidad para trabajar con muestras infecciosas de nivel 2, cabina de bioseguridad y equipos adecuados; disponer de capacidad para producir reactivos de inactivación; manejar técnicas de extracción por medios propios que no resten capacidades a los centros hospitalarios; poder realizar PCR por medios propios o mediante kits comerciales, y tener personal capacitado para validar informes de análisis clínicos.

Los servicios sanitarios de las comunidades autónomas son los que tienen que confirmar la necesidad del apoyo diagnóstico que los centros de investigación y universidades capacitados puedan prestar a los laboratorios microbiológicos de los hospitales, además de desarrollar un protocolo de envío de muestras y recogida de resultados que asegure la trazabilidad y el anonimato de unas pruebas que tienen validez legal.

Son, por tanto, las comunidades autónomas las que gestionan la solicitud para prestar apoyo, en coordinación con el Gobierno central y según las necesidades detectadas, mientras que el Instituto de Salud Carlos III (ISCI) es el encargado de evaluar las capacidades y recursos propios de los centros colaboradores y que estos cumplan con los requisitos  adecuados para poder realizar estas pruebas.

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