16 de mayo de 2024
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FIN DE SEMANA

El empresario de 95 años ha sido clave en el desarrollo de Ólvega (Soria) y la Asociación le señala por una depuradora de la zona dependiente de JCyL

Ecogolistas en Acción contra Emiliano Revilla por "problemas medioambientales" en su polígono industrial

El Cierre Digital en
/ Emiliano Revilla. Foto: Heraldo de Soria.
Ecologistas en Acción lleva varios años denunciando que los vertidos del polígono industrial del municipio soriano de Ólvega acaban en el río Val. La Asociación pone ahora el foco en el estado de la depuradora de Ólvega-Ágreda, que tiene obras pendientes para su mejora por parte de la JCyL, y en el crecimiento pujante del polígono olvegueño que se desarrolló gracias al apoyo del acaudalado industrial Emiliano Revilla, secuestrado por ETA en 1988 y concejal allí por el PP hasta los 92 años.

La provincia de Soria continúa sufriendo una 'salvaje sangría' demográfica que le ha llevado a perder a más del 40 por ciento de su población en los últimos 50 años. Estas cifras, sin embargo, contrastan con la dinámica positiva de una de sus localidades, Ólvega, que ha visto crecer en más de un 30 por ciento su censo en el mismo periodo. 

Esta pequeña localidad cercana al Moncayo tiene la mejor pirámide demográfica de la provincia en términos de edad gracias al casi 'pleno empleo' que disfruta de la mano de un polígono industrial de alrededor de 300.000 metros cuadrados que se encuentra repleto de empresas. 

En su nacimiento, fechado en 1991, fue clave el histórico empresario local Emiliano Revilla, que desde que se liberó del secuestro que sufrió por parte de ETA en 1988 se volcó en el porvenir y desarrollo de su localidad natal. 

Revilla, "sencillo, silencioso y enamorado de su tierra", señalan personas que han trabajado para él, impulsó el pujante polígono industrial de Ólvega que emplea a sus vecinos", pero ahora la Asociación Ecologistas en Acción le acusa de que "los vertidos provenientes de su polígono industrial —según su denuncia— acaban en el cercano río Val"

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Polígono industrial de Ólvega.

"Los vertidos ilegales, de graves consecuencias ambientales, se han prolongado en el tiempo ante la ineficacia de las distintas administraciones implicadas en el control de la contaminación. El resultado es que el embalse de El Val es el más contaminado del Valle del Ebro", señalan desde Ecologistas en Acción.

Sin embargo, otras fuentes consultadas por elcierredigital.com opinan lo contrario. "Este mal funcionamiento de la depuradora de Ólvega-Ágreda, que va a ser reparado por la Junta de Castilla y León por un coste de 3,7 millones de euros, no tiene nada que ver con Emiliano Revilla, que no es responsable en absoluto de este presunto delito medioambiental, del que le acusan sin razón los ecologistas", afirman. 

En su denuncia, Ecologistas en Acción señala que "la depuradora sufre fugas y entradas de aguas de los colectores, vertidos de empresas incontrolados por los ayuntamientos, mal funcionamiento de la instalación, y aumento del volumen y de la carga contaminante de los dos pueblos". 

Los ecologistas, ya en diciembre, se refirieron al problema de la depuradora con el crecimiento industrial de Ólvega y apuntaron que: "En la base de este y otros problemas, que afectan gravemente a todo el entorno del Moncayo soriano y que hemos ido denunciando, se encuentra el modelo de desarrollo económico y social de esta comarca, un modelo y una gestión que posibilitan la instalación de empresas altamente contaminantes sin la exigencia de las medidas adecuadas de prevención y control, incluyendo la permisibilidad al captar aguas subterráneas sin sistemas de medición", según su denuncia. 

Ahora, fuentes del sector señalan que "la imagen de Emiliano Revilla no debe verse manchada por un problema de una depuradora que depende de la Junta de Castilla y León, en su reparación como mantenimiento". Y afirman que, pese a las críticas de Ecologistas en Acción, "el polígono industrial de Ólvega se ha convertido en modelo para algunos de los que sobreviven en la España rural y en imán para muchas empresas gracias al apoyo de la Junta de Castilla y León y al citado Emiliano Revilla"

Compañías logísticas, textiles, de automoción o cárnicas conviven actualmente en el polígono apadrinado por Revilla, heredero junto a sus hermanos de una fábrica de embutidos ('Chorizos Revilla', renombrada posteriormente como 'Hermanos Revilla'). Fue precisamente con este emporio de los embutidos con el que hizo caja, al vendérselos a la holandesa Unilever a cambio de 9.000 millones de pesetas (54 millones de euros).

Con esta cantidad "en el bolsillo" se convirtió en los años 80 en el 'rey del ladrillo' en todo Madrid, al hacerse con la división inmobiliaria de Rumasa, el Palacio de Linares o el polígono comercial de La Vaguada

Emiliano Revilla, genio y figura

Emiliano Revilla, de 95 años, estuvo al pie del cañón como concejal de Ólvega hasta 2021. Cuando estaba a punto de cumplir 93 años, el emblemático empresario decía adiós a su puesto en el Ayuntamiento de Ólvega que gobernó como alcalde en el franquismo, entre 1960 y 1975, y en el que ejerció como edil por el PP desde 1999. 

Emiliano Revilla junto a Pablo Casado.

Tras el secuestro de ocho meses que sufrió por ETA ("ni olvidó ni perdono"), fue pionero en 2012 al verse en prsona en la cárcel con uno de sus secuestradores. En este caso, el arrepentido Joseba Urrusolo Sistiaga, exjefe del 'comando Madrid'.

También en 2017 protagonizó un acto de la Asociación Víctimas del Terrorismo donde narró su cautiverio: "Estuve en un claustro, de dos metros de largo por uno de ancho. Y ahí estaba la cama y el retrete. Fueron 249 días sin salir de ahí a ninguna parte", señaló.

Más tarde, en 2020 logró que la Audiencia Nacional ordenase que el abogado Gonzalo Boye, intermediario en su liberación, le indemnizara

La vida marcada por un secuestro

Fueron tres etarras, dos hombres (uno de ellos Joseba Urrusolo Sistiaga, jefe del Comando Madrid) y una mujer los que se encargaron de secuestrar al empresario que entonces tenía 59 años, tal y como narró David González en Elcierredigital.com

Era entorno a las once de la noche del 24 de febrero de 1988 cuando se disponía a entrar en su casa de Madrid, situada en la Plaza de Cristo Rey. A punta de pistola le obligaron a montar en un Seat 1430 de color verde que la policía hallaría unas horas después en la plaza de Olavide, en el distrito madrileño de Chamberí. Aunque nadie podía saberlo entonces, el empresario se pasó los siguientes ocho meses a una distancia de apenas ocho kilómetros de su casa.

En concreto en la calle Belisana, en el barrio de Arturo Soria. Durante todo su cautiverio malvivió en un zulo de 2,45 metros de largo por dos de alto, conectado con el resto de la casa por una sola escalera de mano. La banda terrorista vio en la fortuna del soriano una vía de financiación para sus actividades.

En aquella época Emiliano Revilla tenía en propiedad el Palacio de Linares, el edificio de Galerías Preciados y el centro comercial de La Vaguada, entre otras propiedades situadas en Madrid. Además, el secuestro era un aviso de la banda al Gobierno de Felipe González. Suponía, de facto, que la tregua de 60 días que la banda había ofrecido al Ejecutivo socialista había llegado a su fin

Las tensiones entre la Lucha Antiterrorista y la familia Revilla surgieron sobre la idoneidad o no de pagar el chantaje de la banda terrorista. Durante los meses que duró su cautiverio se llegaron a realizar varias operaciones que acabaron con detenciones de miembros de ETA, lo que suponía un drama para la familia del empresario que no sabían si la reacción de los secuestradores sería pagar con la sangre de Emiliano Revilla los éxitos policiales. 

Nunca se ha sabido con exactitud cuánto dinero pagó la familia para que el industrial fuera liberado, aunque algunas fuentes estiman que podrían haber entregado 1.000 millones de pesetas (6 millones de euros) de aquel entonces. 

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