26 de junio de 2024
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FIN DE SEMANA

Según el abogado Alberto García Cebrián, en España "un 25% de las separaciones se podrían evitar si las parejas recibieran asesoramiento jurídico"

La mitad de los divorcios se podrían prevenir: La importancia de la terapia preventiva y el apoyo psicológico

El Cierre Digital en Imagen de unas alianzas y un maltee.
Imagen de unas alianzas y un maltee.
El abogado de familia Alberto García Cebrián sostiene que hasta un 25% de los divorcios podrían evitarse con terapia de pareja y otro 25% con asesoramiento jurídico preventivo. En un contexto donde el 60% de los matrimonios en España termina en divorcio, García Cebrián destaca la importancia de gestionar adecuadamente las relaciones para prevenir conflictos. Subraya la necesidad de una cultura de divorcio saludable, enfocada en la terapia de pareja preventiva.

Según el abogado de familia Alberto García Cebrián al menos al menos un 25% de los divorcios se podrían evitar si las parejas fueran a terapia de pareja y apoyo psicológico y otro 25% de los divorcios también se podrían evitar si las parejas recibieran asesoramiento jurídico preventivo.

En España existe un 60% de divorcios, de los cuales la mitad son matrimonios que inviables y la otra mitad matrimonios que siendo perfectamente viables no se han sabido gestionar adecuadamente y acaba deteriorándose y evolucionando de una manera indeseada. Esto provoca que a medio y largo plazo el matrimonio que tienen no sea satisfactorio, no sea el que quieren o no se parezca a aquel que en su día proyectaron.

¿Estoy mal porque me divorcio o me divorcio porque estoy mal?

Al menos en la mitad de los divorcios el motivo es que uno o los dos cónyuges no se encuentran bien y su propia actitud o decisiones acaban precipitando la ruptura a pesar de tener un matrimonio perfectamente viable. Después de la ruptura acaban volviéndose a emparejar y vuelven a reproducir los mismos errores y vuelve a acabar la infelicidad e insatisfacción y necesidad de separación.

Esta gran problemática unida a la idealización del matrimonio que se estandariza para tener un modelo social que está demostrado que no propicia la estabilidad matrimonial. Que hayamos normalizado que exista un 60% de divorcios es una barbaridad y debería desengañarnos para posicionarnos ante la realidad de que lo más normal es que un matrimonio acabe en divorcio y no seguir las pautas del “sueño español” tendente a casarse con demasiada idealización y falta de diligencia emocional, construir una familia estandarizada socialmente y sorprenderse cuando llega el estadísticamente previsible divorcio o infelicidad, sin que exista una cultura de divorcio saludable.

Tal vez estas líneas sienten mal a una pareja que se va a casar, pero en la medida en la que los matrimonios sean conscientes de la triste previsión de éxito matrimonial, podrán darle la importancia que tiene a casarse con cabeza y cuidar su matrimonio para prevenir la ruptura y, que cuando el divorcio sea necesario, se pueda gestionar amistosamente. Si los matrimonios fueran más al psicólogo tendrían que ir menos al abogado y viceversa, si fueran más al abogado tendrían que ir menos al psicólogo.

¿Por qué? Por recibir mejores pautas que les permitan controlar más conscientemente y libre su vida y tomar mejores decisiones al entenderla repercusión psicológica y legal de sus decisiones y relaciones y poder actuar preventivamente y no ir “a la deriva” y acabar viviendo vidas que realmente no quieren, fruto de desarrollar proyectos de vida no suficientemente conscientes.

Terapia de pareja preventiva y apoyo psicológico constante

Ir a terapía de pareja e ir al psicólogo en España sigue sin estar generalizado. Es cierto que las personas al menos cada vez más al psicólogo cuando no se encuentra bien, pero la gran mayoría de las visitas a terapia de pareja y apoyo psicológico llegan tarde, pues se producen cuando ya hay problemas.

Cuando socialmente se entienda que la terapia de pareja y apoyo psicológico es más eficaz y tiene mayores beneficios si se reciben antes de que existan los problemas, se entenderá como una necesidad, no como un capricho. Aproximadamente un 9% de la población padece un trastorno de la personalidad y el gran problema es que la mayoría no siguen el tratamiento adecuadamente.

Los motivos de divorcio más frecuentes, según un estudio | GQ

Imagen de una pareja.

La frustración, preocupaciones y tensiones de la vida individual y compartida provoca que las relaciones de pareja y matrimoniales tiendan a ser disfuncionales. En la mayoría de los divorcios no existe una causa directa de divorcio, sino la suma de una serie de factores que acaban condicionando el matrimonio y comprometiéndolo hasta que acaban divorciándose. Los problemas de comunicación, la infidelidad, irritabilidad y otras causas de divorcio no aparecen de la nada, sino que son la consecuencia en la mayoría de los casos de una mala gestión de pareja que acaba evolucionando desde el malestar hasta el rechazo a la pareja y toma de decisiones disfuncionales.

Asesoramiento jurídico preventivo y apoyo legal constante

Una gran parte de los matrimonios no saben realmente la repercusión y consecuencias de la decisión de casarse y de los vínculos que después van creando: Hijos, viviendas, préstamos... etc. No hay que ir al abogado para resolver tensiones, sino para prevenirlas en la medida de lo posible.

Cada situación en una pareja o matrimonio puede ser un foco de tensión y puede generar controversias, en la medida en la que se mantenga el control consciente de la relación y vinculaciones mantendremos un matrimonio lo suficientemente fuerte como para sobrellevar las dificultades.

En los casos en los que tenemos un matrimonio con problemas de base, por no tener un correcto asesoramiento y orientación jurídica, tendremos debilidad. Esta debilidad, ante cualquier contingencia que pueda existir desde el inicio y vaya creciendo o que aparezca a lo largo de la relación será difícil de superar y acabara provocando un peso excesivo.

En la medida en la que tengamos una estructura sobre cargada con cuestiones disfuncionales y unos pilares sin reforzar o una estructura descompensada, tendremos grandes probabilidades de que nuestro matrimonio acabe en ruptura, e incluso en ruptura contenciosa.

Además, las rupturas naturales, entendidas como aquellas fruto de la evolución de pareja, cuando simplemente dos personas entienden que quieren separarse porque así lo han decidido a tiempo por haber dejado de ser viable su matrimonio, suelen tener mayor porcentaje de tramitación amistosa. En cambio, en los matrimonios viable que los cónyuges han dinamitado por falta de asesoramiento o ayuda psicológica preventiva suelen acumular gran tensión y enfrentamiento que aumenta la probabilidad de que acabe en proceso contencioso aumentando exponencialmente el daño familiar para todos y muy especialmente para los hijos.

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