Críticas por la presencia de filiales en el fútbol de élite: 'Distorsionan las ligas'

Tras finalizar la temporada algunos clubes celebran mientras que otros se apenan por no cumplir el objetivo. Una de las caras de la moneda la ocupa el filial de la Real Sociedad, recién ascendido a Segunda. En la otra parte se encuentra el Gimnàstic de Tarragona, que ha visto frustrado su ascenso por el equipo B del club vasco.

Algo que ha vuelto a generar polémica dentro del fútbol español. Los clubes humildes están en contra de que los filiales disputen su misma categoría. Y que, como en este caso, puedan quitarles una oportunidad para recuperarse, tanto deportiva como económicamente.  Por ello, la opción que más resuena es la de que se haga una liga de filiales, como ya ocurre en Inglaterra.

El ejemplo más evidente de esta situación se remonta a la temporada 1979/80. La final de la Copa del Rey de aquel curso enfrentó al Real Madrid contra el Real Madrid Castilla, su cantera. El partido acabó con goleada del primer equipo, pero el filial se clasificó para la Recopa del año siguiente. 

Elcierredigital.com ha contactado con Emilio Abejón, presidente de la Federación de Accionistas y Socios del Fútbol Español (FASFE). "Los filiales distorsionan la pirámide del fútbol, que evidentemente en España está muy sesgada hacia el apoyo a los clubes de élite. Los futbolistas se forman en cualquier sistema. Lo que ocurre es que les estás dando a los clubes superpoderosos mucha mayor capacidad”, señala. 

Una situación injusta

La inclusión de los filiales en el mismo ecosistema que clubes históricos "perjudica" a dichos equipos. Las canteras de Real Sociedad, Barcelona o Real Madrid, entre otros, no tienen la preocupación económica que pueden tener otros equipos de la categoría. Un ascenso puede suponer un alivio económico para muchas entidades de estas divisiones, pudiendo llegar a ser su salvación.

De hecho, Abejón explica que "esto genera que en la misma división los clubes tengan objetivos totalmente distintos. Por un lado, uno es el club representativo de su barrio, de su ciudad o de su localidad. Y el otro es un club de formación cuyo objetivo es generar dinero y futuras estrellas".

"También, hay que tener en cuenta que un club mueve miles de personas y llena estadios. Sin embargo, en los equipos filiales hay muy pocos espectadores y escasos aficionados, ya que no dejan de ser clubes de formación", añade Abejón. 

Varios equipos míticos han tenido que desaparecer debido a las deudas económicas contraídas. De no haber competido con los filiales, quién sabe si podrían seguir existiendo. El Nàstic es el último equipo en sufrir las consecuencias de tener que enfrentarse a las canteras de los mejores equipos de España.

La inversión de estos equipos en sus categorías inferiores hace que "la competición sea injusta". Jugadores como Vinícius, Rodrygo, Cubarsí, Jackson... son ejemplos de jugadores que compitieron contra estos clubes humildes en divisiones inferiores y que hoy en día juegan en los mejores equipos del mundo. Mientras que muchos de los clubes en Primera RFEF tienen que fichar jugadores libres, ya que no pueden permitirse gastar dinero en traspasos.

El presidente de FASFE indica que "es evidente que los clubes de élite quieran tener filiales en las altas categorías del fútbol profesional. Pero lo hacen con un presupuesto mucho mayor que el que tienen el resto de clubes. Se ha llegado a dar el caso de que un futbolista de un filial tenga más ficha que el presupuesto de la mayor parte de los equipos que juegan en su categoría".

Esta situación está afectando a clubes históricos que en su día estuvieron en Primera División. Es el caso del mencionado Nàstic, el Real Murcia, el Hércules o el Recreativo de Huelva.

Una liga de filiales

Desde hace años los clubes modestos piden que se cree una liga para que las canteras de los equipos jueguen entre sí. España es el único país de las cinco principales ligas que permite que un filial llegue hasta Segunda División. 

"Es indudable que una de las soluciones es hacer una liga aparte para los filiales, y nos parece la opción más razonable. Esto generaría que los clubes de categorías inferiores pudiesen tener en sus filas a futbolistas que destacan en las canteras", recalca Abejón.

"Los intereses de los clubes de élite tienen que ponderarse con la visión completa de lo que es una competición de fútbol y lo que es una pirámide de categorías de fútbol. A mí personalmente lo de la liga de filiales me parece que podría ser una muy buena solución", añade Abejón.

En Inglaterra e Italia existe el formato de liga que se pide que se implemente en nuestro país. En Inglaterra se conoce como Premier League 2 a la liga. Esta liga incluye a los filiales de la liga principal y algunos de Segunda y Tercera. En Italia se llama Primavera 1 y alberga a equipos sub-20 de muchos clubes que disputan la Serie A y algunos de Serie B.

No solo supondría un beneficio para los clubes más modestos, al competir en igualdad de condiciones. También tendría beneficios para los futbolistas jóvenes y sus respectivos clubes. En divisiones inferiores, el juego ejercido por los clubes es mucho más duro y físico que el que se da en Primera.

Ante esto, los jóvenes talentos no pueden demostrar su nivel, retrasando su momento de destacar o desapareciendo para siempre. También puede suponer un aliciente para los jugadores. En los filiales lo máximo a lo que pueden aspirar es a ser equipo de Segunda División. 

Con una liga de filiales podrían aspirar a ganar una competición, a la vez de tener un mayor escaparate para su carrera. Ejemplos de ello son Mainoo o Garnacho, que brillaron en la liga filial. Ahora, llevan varias temporadas siendo importantes en el primer equipo del Manchester United.

"El problema es que tanto los que regulan como los propios clubes de élite son los que tienen el poder. Prefieren tener un equipo suyo de formación compitiendo en la pirámide con el resto de equipos en una categoría lo más alta posible", concluye Abejón.