Alerta en el fútbol español: El capital chino se desmorona en el negocio del balón
La disolución del equipo chino Guangzhou FC podría acabar afectando a clubes de fútbol de LaLiga como el Espanyol
El caso del Guangzhou FC, anteriormente conocido como Guangzhou Evergrande, supone el punto y final al derroche de dinero chino en el fútbol. Hasta no hace tanto, el gigante inmobiliario asiático Evergrande apostó por invertir en su fútbol a base de millones, atrayendo a un sinfín de estrellas mundiales. Sin embargo, la burbuja estalló.
El derroche que hizo China en su fútbol se puede comparar con el actual caso de Arabia Saudí. El caso del Guangzhou FC, que durante doce temporadas fue equipo de la Superliga china, la máxima categoría, vivió un descenso en 2022. En su estancia en primera división el club se alzó con el título desde 2011 hasta 2017 y se consagró campeón de Asia en 2013 y 2015.
El grupo inmobiliario chino Evergrande fue su máximo accionista y el que puso los millones para atraer a futbolistas como Robinho, Paulinho o Jackson Martínez. Además de entrenadores de gran talla mundial como el italiano Fabio Cannavaro o el brasileño Luiz Felipe Scolari.
Las deudas de su accionista han impedido tener fondos suficientes para saldar su "pesada deuda histórica" y obtener la licencia para competir en segunda división. No es un caso aislado, ya que una treintena de clubes han pasado por lo mismo.
Factores como la desaceleración económica china y el impacto de la pandemia de Covid-19 han sido cruciales. A ellos se han sumado los casos de corrupción, bancarrotas y falta de interés entre los propietarios. Juntos, han provocado que la burbuja termine de romperse.
El gigante asiático penalizó fuertemente las inversiones en clubes extranjeros. Consideraban que el fichaje de estrellas extranjeras no casaba con la idea del desarrollo del fútbol nacional. China pretende ser una potencia futbolística en 2030 y por eso a mediados de la década pasada se lanzó a repartir millones por todo Europa.
Más de 2.500 millones de dólares regaron las arcas de clubes a través de fichajes, patrocinios o compra directa de clubes europeos. En el caso de patrocinios en España es llamativo el del Atlético de Madrid y Wanda, el conglomerado empresarial chino que daba nombre al Metropolitano. Mientras que una destacada compra directa está en Barcelona, donde el Grupo Rastar adquirió el Espanyol en 2016.
Las posibles consecuencias para el fútbol español
Los pasos previos a la caída de los grandes clubes chinos son los mismos que se están produciendo en los inversores chinos en nuestro fútbol. Los dos ejemplos más claros son los del Wanda Group y Rastar Group con Atlético de Madrid y Espanyol, respectivamente.
Wanda Group fue la mayor empresa inmobiliaria del gigante asiático cuando desembarcó en la capital española en 2016. Wang Jianlin, su fundador, es el hombre más rico de China, con un patrimonio que supera los 32.000 millones de euros. Sin embargo, desde 2022 todo ha ido decayendo.
Los problemas derivados de la pandemia hirieron de muerte al promotor y propietario de bienes inmuebles privados más grande del mundo. Y eso afectó al club rojiblanco. El holding daba nombre al estadio a cambio de 10 millones de euros anuales, además de aportar más capital.
La situación que sufrió el Guangzhou FC con su máximo accionista es idéntica a la vivida entre el Atlético y Wanda, aunque a menor escala. La pandemia truncó las inversiones de los grandes conglomerados empresariales de origen chino. Otro ejemplo de ello es la situación que se vive en Barcelona.
Chen Yansheng cierra el grifo al Espanyol
Rastar Group llegó en enero de 2016 a cambio de 17,76 millones por el 56% de las acciones. Chen Yansheng invirtió 50 millones de euros, que sirvieron para inaugurar el actual estadio. "Quiero ver al Espanyol en la Champions en menos de tres años", anunciaba el CEO de Rastar a su llegada a la ciudad Condal.
La situación deportiva no ayudó y el Espanyol perdía la categoría en 2019 tras 26 años en Primera División. Unos meses más tarde llegaba la pandemia.
La inversión de 137 millones del mandatario chino se estancó tras la pandemia y desde 2022 Chen Yansheng no ha vuelto a Barcelona. La desvinculación con el club parece clara, a pesar del ascenso logrado la campaña pasada. Una fiesta perica sobre el terreno de juego en la que “directiva dimisión” y “chino vete ya” fueron la banda sonora.
Es más, la idea de vender el club va tomando forma. Mao Ye, consejero delegado del club, ha reconocido que “en el futuro puede pasar de todo, pero ahora no”. El capital chino está desapareciendo del fútbol una década después de que lo apostaran todo al deporte rey.
La pandemia hizo estragos en las cuentas de los que inyectaron miles de millones por el mundo y los clubes empiezan a pagar las consecuencias.
La desaparición no amenaza al deporte español, pero el daño a las arcas de los clubes es significativo. Y la caída de clubes históricos es una realidad.
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