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Un hombre con expresión de sorpresa y señalando hacia arriba, con una casa y una palmera en el fondo a la izquierda y un paisaje de playa con aguas cristalinas y rocas a la derecha.
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Este es el pueblo de Mallorca que deberías evitar este verano: demasiados turistas

Descubre el destino atractivo que ha perdido su encanto por el turismo desmedido que obtiene en verano

Mallorca es un imán para millones de turistas cada año, especialmente en los meses de verano. Sus playas de aguas cristalinas, su rica gastronomía y su animada vida nocturna la convierten en un destino inigualable. Sin embargo, detrás de esta postal paradisíaca se esconde una realidad menos conocida: la existencia de lugares que, a pesar de su belleza, pueden resultar menos acogedores de lo que parecen.

Y uno de ellos es Sant Llorenç des Cardassar, un pintoresco pueblo ubicado en la isla de Mallorca. Un territorio que alguna vez fue un lugar tranquilo y auténtico, pero hoy en día se enfrenta el reto de la masificación turística.

Este fenómeno ha transformado la esencia del pueblo, que en otros tiempos era sinónimo de paz y serenidad, en un destino donde las multitudes han tomado el control.

La imagen muestra dos escenas de un pueblo con arquitectura tradicional, una con una plaza y una palmera y la otra con una calle estrecha y una iglesia con un reloj en su torre.
Se trata de un bonito pueblo de Mallorca | Google Maps, elcierredigital.com

Un pueblo con historia y belleza

Fundado en 1892, Sant Llorenç des Cardassar posee un rico legado histórico que se refleja en su arquitectura tradicional y en sus costumbres. Sus calles empedradas, casas de piedra y plazas encantadoras han sido, por décadas, un refugio para quienes buscan experimentar la auténtica vida mallorquina.

Este pueblo lleva el nombre del santo patrón San Lorenzo. Y ha sido testigo de un creciente interés por parte de turistas que buscan descubrir la belleza de Mallorca más allá de sus famosas playas.

A pesar de su modesto tamaño, Sant Llorenç des Cardassar ofrece un entorno natural privilegiado, con montañas, valles y la proximidad a algunas de las mejores playas de la isla. Este atractivo natural, sumado a su tranquilidad, lo posicionó rápidamente en el radar de muchos viajeros.

No obstante, esta popularidad ha traído consigo un flujo de visitantes que supera la capacidad del pueblo. Afectando tanto a la calidad de vida de sus residentes como a la experiencia de los turistas que buscan un escape relajante.

La masificación turística y sus consecuencias

El aumento desmedido de turistas ha convertido a Sant Llorenç des Cardassar en un destino abarrotado, especialmente durante la temporada alta de verano. La infraestructura del pueblo, diseñada para una población local pequeña, se ve ahora sobrepasada por la cantidad de visitantes.

Las calles, que antes eran tranquilas, ahora están repletas de coches y peatones, y encontrar un lugar para aparcar o un restaurante donde comer se ha vuelto una tarea complicada.

Además, el impacto ambiental es notable. Las áreas naturales cercanas al pueblo están sufriendo debido al uso excesivo, y la presión sobre los recursos locales ha generado preocupaciones entre los habitantes. A medida que crece la afluencia turística, también lo hace el descontento de la población local, que ve cómo su hogar se transforma en un destino turístico masificado.

Qué hacer si decides visitar Sant Llorenç des Cardassar

Aunque el pueblo está abarrotado, quienes deciden visitarlo deben ser conscientes del impacto de su presencia y actuar de manera responsable. Optar por alojamientos sostenibles, respetar las normas locales y minimizar el uso de recursos.

Estas son algunas de las formas en que los turistas pueden ayudar a mitigar los efectos de la masificación. Sin embargo, si lo que se busca es una experiencia tranquila y auténtica, quizás sea mejor considerar otros destinos en España.

Montaje con una playa de aguas cristalinas en España y una turista de espaldas con un sombrero
Esto es lo que debes hacer si vas | Getty Images, Valeriia Sviridova

Sant Llorenç des Cardassar, con su belleza y encanto, continúa siendo un lugar digno de ser visitado, pero la masificación turística ha cambiado su esencia. Este pequeño pueblo mallorquín es un claro ejemplo de cómo la popularidad puede llegar a ser un arma de doble filo. Transformando un refugio idílico en un destino saturado que puede resultar decepcionante para aquellos que buscan un verdadero descanso.

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