El curioso pueblo de España que tiene una historia que no te imaginas
Descubre los encantos de este pueblo abandonado de Cáceres, cuya historia se remonta a la época franquista
El pueblo de Granadilla, en la provincia de Cáceres, es uno de esos lugares que no dejan indiferente a quien lo visita. Este antiguo enclave amurallado, situado junto al embalse de Gabriel y Galán, fue abandonado en 1955, en la época franquista. Porque se pensaba que el embalse inundaría la zona.
Sin embargo, las aguas nunca alcanzaron el pueblo, y hoy sus calles, llenas de casas semiderruidas, guardan historias que parecen detenidas en el tiempo.
Un pueblo con historia y encanto
Granadilla fue fundado por los musulmanes en el siglo IX y más tarde pasó a manos cristianas. Su muralla y su castillo, construidos en el siglo XV, siguen siendo los elementos más imponentes del lugar.
A pesar de haber sido evacuado hace décadas, el pueblo ha sido restaurado parcialmente. Lo cual ha permitido que sus visitantes puedan recorrer sus calles, llenas de pasado, y contemplar su imponente paisaje desde las alturas de sus torres.
Qué hace de Granadilla un lugar tan especial
El encanto de Granadilla reside en la mezcla entre lo abandonado y lo vivo. Aunque nadie habita allí de forma permanente, cada año estudiantes y voluntarios de todo el país llegan para participar en programas de rehabilitación.
Esto ha permitido la recuperación de algunas casas y edificios, dándole al pueblo una sensación de renacimiento, mientras que otras áreas permanecen como testigos del paso del tiempo.
Granadilla ha sido catalogado como Conjunto Histórico-Artístico desde 1980, lo que ha contribuido a preservar su legado. Su atmósfera única atrae a turistas en busca de un lugar fuera de lo común. Donde las murallas y las ruinas cuentan historias de otro tiempo.
El contraste entre las casas restauradas y las que han quedado en el olvido brinda una experiencia diferente, donde la sensación de abandono se entremezcla con la esperanza de futuro.
La arquitectura de Granadilla
Granadilla, a pesar de estar deshabitado, ha sido objeto de proyectos de restauración que buscan conservar su arquitectura y su historia. Durante las últimas décadas, voluntarios y estudiantes han trabajado en la reconstrucción de edificios y calles, devolviendo parte del esplendor a este pintoresco pueblo amurallado.
Caminar por sus calles es un viaje al pasado. Donde se pueden apreciar las casas de piedra, la torre del castillo del siglo XV y las huellas de una comunidad que alguna vez floreció en este rincón de Cáceres.
Granadilla no es solo un pueblo abandonado, sino un símbolo de la resistencia cultural e histórica de Cáceres. El muro que rodea al pueblo se mantiene en buen estado, protegiendo los restos de una vida que una vez fue vibrante.
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