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Un grupo de personas sonríe y levanta trofeos en un escenario con la palabra "IMBATIBLES" de fondo.
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Regresa 'Imbatibles': El proyecto para transmitir historias de superación personal

En esta temporada el presentador Fernando Díaz de la Guardia tendrá invitados como María Belón o Pedro García Aguado

Imbatibles, el proyecto de Fernando Díaz de la Guardia (Granada, 1972) tendrá invitados muy interesantes en esta nueva edición. El primer evento tuvo lugar en el Auditorio Caja Rural Granada el 22 de noviembre. Sus invitados fueron Pablo Pineda, Irene Villa y José Manuel Ruiz

El próximo mes de mayo habrá dos eventos más. El primero en Málaga, el 21 de mayo en el Teatro Edgar Neville. Los invitados serán María Belón, Pedro García Aguado y Pablo Pineda.

El segundo encuentro tendrá lugar en Huelva, el 30 de mayo, en el Gran Teatro. Fernando Díaz tendrá la ocasión de entrevistar a Irene Villa, Cisco García y Emilio Martín. El conductor del proyecto ha atendido a elcierredigital.com para hablar sobre Imbatibles

Un hombre con gafas de sol y traje oscuro está de pie en un escenario iluminado, gesticulando mientras habla frente a una audiencia, con un sofá rojo y una lámpara al fondo.
Fernando Díaz de la Guardia, presentador Imbatibles. | Fernando Díaz de la Guardia

- Para comenzar me gustaría centrarme en ti, tu vida tras la parálisis. ¿Sientes que has recuperado la versión de ti mismo que tenías antes de la parálisis o eres una versión nueva?

Yo creo que he aprendido a vivir conscientemente, a distinguir lo que es un problema de lo que no lo es. Antes reaccionaba con vehemencia exagerada ante cualquier adversidad. Esto no se corresponde con el concepto que ahora tengo de problema. Un problema es la pérdida de un ser querido o un problema de salud.

En mi caso, al haberme golpeado en mi herramienta de trabajo ha condicionado mi vida y también me ha cambiado la mentalidad. Esto me ha llevado a una serie de conclusiones que hacen que viva y afronte la vida de forma diferente, más consciente y más positiva. Todavía no puedo parpadear con el ojo derecho, eso me genera una irritación constante y me impide desconectar de la enfermedad.

Cuando recuperé la sonrisa descubrí la gran cantidad de capacidades que tengo en mi cuerpo, por lo tanto, me aferro a lo que tengo, no a lo que me falta. He aprendido a valorar mucho más todo lo que la vida me ha dado, vivir más conscientemente cada día.

El concepto de vivir el momento es esto. Me basta con salir de casa con mis dos perros cerca de casa a escuchar música para sentirme bien y ocupar la mente. Así evito que entre en mi mente el monstruo que con frecuencia, durante la etapa más radical de mi convalecencia, venía a visitarme. Para sentirte bien debes sentir lo que es sentirse mal.

También he aprendido a no dejar entrar en mi mente la toxicidad. En el cerebro y en el corazón debe haber un candado porque se quedan una serie de personas a las que les importas muy poco. Pueden estar condicionando tu día a día, y estás viviendo la vida de otros y no la tuya, es importante bloquear ese paso. He aprendido a decir no y su fuerza.

La adaptación, valorar lo que tengo y no aferrarme a lo que me falta, conducirme en el no, todo ello ha forjado una versión más completa, más madura de Fernando. Porque el amor propio se suele decir que es egoísta, pero puede ser una gran muestra de generosidad.

Si tú estás bien, la gente que te quiere está bien también, yo creo que hay que quererse y escuchar al cuerpo. Otra de mis conclusiones es escuchar al cuerpo. Hace diez años presentaba con la cara dormida a consecuencia del estrés. Era muy desagradable, sin embargo no cambié nada, tú no notabas nada en mi cara, por lo tanto “show must go on”.

Diez años después he tenido una crisis más severa que no es sensitiva sino funcional. Ha afectado a los músculos de mi cara y tú sí eres consciente de que tengo un problema en mi rostro. Mi conclusión es que hay que escuchar al cuerpo, a tu cuerpo le da igual tu profesión. Antes, esto me entraba por un oído y me salía por el otro. Pero sí ha dejado huella a la hora de enfrentarme al día a día.

Un presentador de televisión sonríe mientras está sentado en un estudio con un fondo que muestra el nombre del programa.
Fernando Díaz de la Guardia. | Fernando Díaz de la Guardia

- ¿El proceso de rehabilitación te ha hecho más empático con otras personas que también afrontan enfermedades o discapacidades?

Sí. Realmente, el origen de Imbatibles llega en el Hospital Virgen del Rocío, a donde acudo a rehabilitación semanal, donde me someto a fisioterapia facial. Allí conocí a dos mujeres. Vanesa, a la que le habían extirpado la nariz por un cáncer y le habían reconstruido el rostro con injertos de su propio cuerpo, y a María José, que le habían quitado parte de la barbilla por una malformación congénita que le producía hemorragias incompatibles con su supervivencia.

En aquel momento yo sentí cierto pudor al contarles mi problema, ya que  comparativamente yo no tenía nada que decir.  Fueron ellas las que me animaron a hacerlo porque me trasladaron que algo que condiciona mi vocación, mi vida, tenía que compartirlo. Que utilizara el megáfono que mi oficio me ha dotado para visibilizar a muchas personas con complejos faciales.

He aprendido muchísimo de los pacientes con parálisis facial y otros tipos de patologías que afectan a su expresión y a su vida cotidiana. He aprendido y aprendo, para mí es terapéutico escucharlos.

En Imbatibles lo que hago, además de contar mi caso, es entrevistar a casos de superación. Como, por ejemplo, Pablo Pineda, primer europeo con síndrome de Down licenciado en una carrera universitaria.  Cuando yo le pregunté cómo se enfrentaba a la adversidad, Pablo me dijo que no tenía adversidad, que quien la tenía era yo.  Porque soy presentador de televisión y tengo que ir con gafas oscuras porque no soporto las luces de los focos.

“Yo, simplemente, soy distinto, porque lo normal es ser diferente, no creo en la discapacidad, sino en la diversidad, porque no hay nadie igual”. Es una enseñanza que me ha dejado un gran poso. Con el elenco de Imbatibles crezco y aprendo.  También cuando voy al hospital y trato con personas que están enfermas, de su forma de aferrarse a lo que tienen y enfocar el día a día para superarse.

Dos personas sentadas en un sofá rojo conversan en un escenario con un fondo que dice
Fernando Díaz de la Guardia con uno de sus invitados. | Fernando Díaz de la Guardia

- ¿Crees que de no haber vivido la parálisis, Imbatibles habría existido?

No lo sé. Siempre me ha gustado que la comunicación sea útil y sirva para poner micrófono y foco a personas que necesitan visibilidad. Por lo que ha marcado su vida, por la pérdida de un ser querido o una desaparición, por una enfermedad que ha condicionado todo.

Cuando te hablan de la discapacidad, muy resumida en que tu cuerpo no te permite hacer lo que hasta ayer podías, como es sobrevenida como en mi caso, es cuando te das cuenta de verdad de la realidad de la vida. Mis programas se han caracterizado por ponerle voz a quien yo consideraba que lo necesitaba. Y más cuando se trata de una televisión pública. El proyecto de Imbatibles ha surgido tras llegar a esas conclusiones

- ¿Qué aprendiste como comunicador al ponerte frente a estas historias tan personales?

Una vez fui a un teatro a ver a un influencer. Me pareció fascinante, pero sentía que yo no tenía nada que contar. Ahora, la vida me ha puesto un pretexto para contarlo. Yo no estaba acostumbrado a hablar de mí, yo entrevistaba a los demás. Sin embargo, en esta ocasión utilizo la comunicación como herramienta para contar mi experiencia. No para decirle a nadie lo que tiene que hacer, sino para compartir lo que yo he vivido, las herramientas emocionales que he utilizado para salir adelante tras un bache que ha supuesto una inflexión en mi vida y mi carrera profesional.

Estoy en el proceso de aprender todavía porque estoy experimentando una serie de registros que no había explorado. Pero había aspectos que ya estaban en mi carrera, como el mundo de la escena porque fui cantante. Para mí, el teatro es la gran verdad de la comunicación, porque no es editable.

Estoy abriéndome a una faceta de la comunicación que me parece muy enriquecedor. A la hora de entrevistar a los imbatibles crezco como comunicador, sobre todo, dejándoles hablar, escuchándolos. Los silencios en las entrevistas invitan a la reflexión del entrevistado.

- ¿Cómo reaccionan los protagonistas cuando les propones participar?

La primera es que son agradecidos. Hay quienes no son tan conocidos y sienten cierto pudor. Pero en general responden con generosidad y ganas de participar.

Además. como el formato es tan vivo durante las entrevistas ocurren agradables imprevistos para ellos en forma de mensajes que reciben de personas importantes para ellos dentro de su entorno. Con lo cual también es bonito el acto porque ni siquiera los protagonistas saben que va a ocurrir.

- ¿Qué buscas despertar con tus preguntas en cada invitado?

Yo quiero aprender. Saber cómo afrontan su realidad, que me cuenten cómo encaran el día a día, qué han hecho en los momentos duros para salir adelante. Principalmente esa es mi búsqueda, y que se sientan lo más cómodos posible. Al final, se convierte en un propio homenaje al interviniente

- ¿Cómo logras ese ambiente de confianza para que los invitados se abran tanto?

Partimos de la base de que el propio presentador habla el mismo lenguaje que los imbatibles.  Cada uno, con sus propias circunstancias. Esto genera un nexo que alimenta la confianza entre ambos. A partir de ahí, no es una entrevista, es una conversación, solo que delante del público.

Un grupo de personas está en un escenario con un fondo de madera y la palabra
Fernando Díaz de la Guardia, durante un acto. | Fernando Díaz de la Guardia

- ¿Cómo decides por dónde comenzar una historia tan intensa como la de María Belón, que vivió el tsunami del 2004?

La entrevista con María se puede afrontar de dos maneras. A mí me apetece que me cuente primero el ahora. Quiero que me cuente las conclusiones, el ahora, como está. Después ya nos adentraremos en el pasado.

Hay algo muy bonito en lo que dice María. La cantidad de tiempo extra que acumula después de vivir una tragedia de semejante nivel. Se la ve paladeando cada momento. Es un verbo que mi madre me decía.

En el Hospital Virgen del Rocío hay personas que no pueden tragar por sus propios medios, necesitan asistencia artificial, creo que es a eso a lo que se refería mi madre. María es plenamente consciente de lo que significa estar viva, porque estuvo a punto de perder la vida.  

- Pedro García Aguado ha sido muy honesto sobre sus problemas de adicción. ¿Cómo crees que compartir su historia en Imbatibles puede ayudar a otras personas?

Por lo mismo que dice él. No es igual una persona que ha vivido el problema y lo ha superado que alguien que no lo ha vivido y te quiere convencer. Pedro ha tenido una vida llena de luces marcadas por el éxito deportivo. Y una de sombras marcada por la adicción.

Pero es él quien lo ha vivido, no es una tercera persona quien te lo cuenta. Para estas cosas hay que tener criterio, apoyarse en la experiencia, y él la tiene. Pedro es un imbatible en toda regla.

Un presentador de televisión sonríe con los brazos cruzados frente a un fondo que muestra el logotipo de un programa.
Fernando Díaz de la Guardia. | Fernando Díaz de la Guardia

-  ¿Qué esperas de Imbatibles en los próximos años?

Antes vivía en el mañana. Normal, porque la vida es un calendario, está organizada a futuro. Ahora vivo el presente. Pero no es una frase hecha, es una realidad empírica, vivo este momento, no otro. Por eso no puedo responder a tu pregunta. 

De lo que sí estoy seguro es que en este momento le da sentido a lo que me ha ocurrido. También creo que puede ayudar a otras personas. Este punto del presente me parece muy ilusionante y motivador. Lo que suceda después el tiempo dirá. 

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