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Un grupo de personas en estilo anime posando en la playa al atardecer con el mar de fondo.
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La cara 'B' de las imágenes generadas por IA: Por qué es altamente contaminante

El uso excesivo de IA para hacer estas imágenes virales provoca un consumo de entre 2 y 5 litros de agua al día

La inteligencia artificial  (IA) ha irrumpido con fuerza en el mundo de la creación digital. Cada vez más usuarios se sumergen en la corriente de generar imágenes al estilo de Estudio Ghibli, un fenómeno que inunda las redes sociales. Sin embargo, este avance tecnológico tiene un alto coste ambiental que no está pasando desapercibido para muchos.

El auge de la IA empieza a mostrar sus repercusiones ecológicas. La generación de una sola imagen mediante algoritmos de inteligencia artificial puede consumir entre 2 y 5 litros de agua. Este gasto de agua se debe al proceso de enfriamiento de los centros de datos donde se alojan los potentes servidores que ejecutan las IA.

Impacto ecológico de las fotos generadas por la IA

El problema radica principalmente en el funcionamiento de los centros de datos que alimentan las tecnologías de IA. Estos centros requieren una enorme cantidad de energía y agua para enfriar los potentes servidores que ejecutan los algoritmos.

Una familia de personajes animados sonríe para una foto grupal, incluyendo a una abuela, un abuelo y varios niños.
Foto IA. | Cedida

A medida que la demanda por la generación de imágenes y otros servicios de IA crece, también lo hace la huella ecológica asociada. Por eso, es crucial que los avances tecnológicos se alineen con soluciones más sostenibles para evitar consecuencias a largo plazo.

El uso del agua en los centros de datos

El impacto ambiental de la IA no se reduce solo al consumo de electricidad. Aunque mucho se ha hablado sobre la energía que usan los centros de datos, otro factor importante, pero menos visible, es el uso de agua.

Los servidores que alimentan los sistemas requieren refrigeración constante debido a la gran cantidad de calor que generan durante su funcionamiento. Este enfriamiento se logra a través del uso de agua, un recurso vital que está siendo cada vez más necesario en la era digital.

Los centros de datos donde se alojan estos servidores están distribuidos por todo el mundo. Estos centros, que pueden ser tan grandes como edificios enteros, son responsables de almacenar y procesar los datos necesarios para que las IA funcionen.

El crecimiento de la demanda: un desafío ecológico

El auge de la inteligencia artificial está provocando un incremento significativo en la demanda de centros de datos. Según el MIT Technology Review,  el consumo de agua en los servidores a nivel mundial ha aumentado en un 30% en los últimos cinco años. Este aumento está directamente relacionado con la popularización de modelos de IA como ChatGPT, Gemini y Grok.

De acuerdo con algunos estudios, entrenar un modelo avanzado como ChatGPT podría consumir tanta agua como la necesaria para fabricar 370 automóviles BMW, lo que equivale alrededor de 700.000 litros.

Impacto en el medio ambiente: ¿es sostenible la IA?

La sostenibilidad  es un tema cada vez más presente en las conversaciones sobre el futuro de la inteligencia artificial. Aunque los avances tecnológicos han mejorado muchos aspectos de nuestras vidas, también están dejando una huella ecológica  que no puede ser ignorada.

Dos personas con ropa de protección y gorras sostienen marcadoras de paintball en un campo al aire libre.
Foto IA. | Cedida

Las empresas tecnológicas que desarrollan estas herramientas están tomando conciencia del problema. Sin embargo, encontrar soluciones sostenibles para reducir el consumo de recursos sigue siendo un desafío importante.

Cómo pueden las empresas reducir el impacto ambiental

Empresas como Google, Microsoft y Meta ya están trabajando en soluciones para mitigar el impacto ecológico de la  IA. Desarrollando tecnologías que permitan la recirculación del agua y la mejora de la eficiencia energética de sus centros de datos.

Algunas empresas están comprometidas con la sostenibilidad a largo plazo. Google, por ejemplo, ha anunciado su objetivo de reponer el 120% del agua que utiliza para 2030.

El futuro de la IA y el medio ambiente

El futuro de la inteligencia artificial  dependerá de cómo logremos equilibrar la innovación con la sostenibilidad. La IA está cambiando la forma en que interactuamos con la tecnología, pero su impacto ambiental no debe ser ignorado.

Es crucial que los desarrolladores y las empresas tecnológicas actúen.Reducir su impacto ambiental es esencial.  Solo así podremos asegurar un futuro más sostenible para la inteligencia artificial.

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