La vida de Salah Abdeslam: El terrorista más buscado por Europol, condenado a perpetua
Salah Abdeslam, único superviviente de los comandos que perpetraron los atentados islamistas del 13 de noviembre de 2015
Tras diez meses de proceso y dos días y medio de deliberaciones en un cuartel militar de localización secreta, los jueces han dictaminado que Abdeslam fue coautor de los asesinatos terroristas contra civiles y fuerzas de seguridad, reconociéndole culpable de los delitos de asociación de banda terrorista y coautor de la masacre. La acusación se ha podido probar, entre otras cosas, gracias a unos vídeos del Daesh en los que aparecen testimonios directos sobre los viajes que Salah realizaba entre Siria y España.
Abdeslam era uno de los cerebros y una de las piezas clave de las masacres llevadas a cabo en varias terrazas de París, en la sala Bataclan y en el Stade de France de Saint Denis en 2015. El islamista, sin ningún remordimiento, declaró: “Soy un soldado de Alá y Mahoma es su profeta” según informan fuentes cercanas al caso a elcierredigital.com.
|
Después de 148 jornadas de proceso, el Tribunal de París dictaminó sentencia contra los catorce acusados, que han sido declarados culpables por los cargos de los que estaban imputados a excepción de Farid Kharkhach, que se le exculpó de terrorismo. Las condenas impuestas han sido lo más severas posible, con la idea de generar concienciación ante posibles próximos atentados.
Mohamed Abrini, el terrorista que acompaño a la célula a París pero que se retiró la noche anterior al suceso, volviéndose a Bruselas, también ha sido condenado a cadena perpetua, aunque con el carácter de revisable a partir de los 22 años de prisión.
Así fue la vida de Salah Abdeslam
Salah Abdeslam, de ascendencia marroquí (Bouyafar), nació el 15 de septiembre de 1989 en Bruselas, Bélgica, tiene dos hermanas y dos hermanos, Mohammed, un empleado municipal de Molenbeek, y Brahim, que falleció al inmolarse durante los ataques a París en 2015.
Fichado desde que tenía 14 años por delitos menores de tráfico de estupefacientes, tenencia ilícita de armas y violencia, las autoridades belgas eran conocedoras de su radicalización pero no consideraron que fuera una amenaza.
De pequeño conoció a Abdelhamid Abaaoud, que fue el cerebro organizador de los atentados de París y que murió en la operación antiyihadista de Saint Denis, y ambos se fueron a vivir juntos a Saint Jean, en Molenbeek, al oeste de Bruselas. En 2010 fueron encarcelados por robo a mano armada, y en 2013 Abdeslam se convirtió en el jefe del Bar Les Béguines, bar que fue cerrado al descubrirse la existencia de sustancias alucinógenas ocultas dentro del local.
|
En 2015 trató de llegar a Siria pero fue detenido por las autoridades turcas, que le obligaron a regresar a Bélgica donde fue interrogado. Sin embargo, no se le consideró una amenaza, dejándolo libre. Ese mismo año se le localiza en diversos pasos fronterizos de países europeos y, finalmente, se le terminó relacionando con una treintena de sospechosos yihadistas.
En los atentados de Francia, Salah tenía que haber detonado un cinturón de explosivos en el distrito 18 de París pero el cinturón falló aunque, según su versión, fue una decisión de último momento y no un fallo: "Renuncié a activar el cinturón no por cobardía, no por miedo, sino porque no quería", ha declarado el acusado, quien también ha tratado de justificar por qué tras huir a Bélgica declaró que el artefacto no funcionaba. "Estaba avergonzado", explicó el acusado en el juicio.
Abdeslam ha explicado durante el juicio que el Estado Islámico ideó los atentados coordinados para forzar la salida de Francia de Siria e Irak, aparte ha explicado que juró fidelidad al grupo terrorista 48 horas antes del ataque.
El yihadista es culpable del tiroteo cerca del Café Bonne Bière y la pizzeria Casa Nostra, en la Rue De La Fontaine au Roi, de la que logró escapar en automóvil con otros dos terroristas, consiguiendo entrar en Bélgica. Fue calificado como ‘enemigo público número uno’ convirtiéndose en la persona más buscada por las autoridades europeas.
Europol seguía los pasos de Abdeslam, que finalmente fue capturado en una operación antiterrorista en Molenbeek tras permanecer escondido más de cuatro meses. Fue extraditado a Francia y retenido en la prisión de máxima seguridad de Fleury. El 23 de abril de 2018 fue sentenciado a 20 años de prisión por considerársele culpable del intento de asesinato de algunos policías. En esta cárcel se mantenía a la espera del juicio por los atentados de París, que comenzó en septiembre de 2021.
El acusado ha sido declarado culpable de los cargos de terrorismo y asesinato. Se enfrentaba a una cadena perpetua sin posibilidad de libertad anticipada, tal y como finalmente se ha confirmado, una pena que solo se ha dictado cuatro veces en Francia.
Más noticias: