
El viaje clave de la Princesa Leonor: La Casa Real se apoya en el Gobierno de Navarra
Felipe VI ultima el viaje de la Princesa a Navarra donde han vetado 10 años a los Borbón a sus Premios Príncipe de Viana
El Gobierno de Navarra lleva diez años sin invitar a la familia Borbón a los Premios Príncipe de Viana (los últimos seis por exigencia de un socio de los socialistas, Geroa Bai). Sin embargo, no impide que exista una gran sintonía entre Zarzuela y el ejecutivo presidido por María Chivite.
La socialista intenta recobrar fuerzas tras el estallido del 'caso Koldo' y está dando "todas las facilidades" para el primer viaje oficial de la Princesa Leonor. Se dirigirá a una tierra de mayoría social republicana. Fuentes cercanas al Ejecutivo foral explican que está previsto que la Princesa tenga algunos gestos de cercanía hacia el pueblo navarro.
La Casa Real ya contó con el apoyo del ahora "alicaído" socialismo navarro para preparar los viajes de Letizia Ortiz a los premios Ópera Prima de Tudela. Y ahora vuelve a confiar en la formación que lidera Chivite para organizar un viaje de tres días. En él, el jefe del Estado, su mujer y la heredera al trono visitarán Pamplona, Tudela, Viana y Leyre.
La simbólica visita servirá para resaltar los lazos históricos y culturales que unen a la heredera al trono con la comunidad foral. La Princesa ostenta el título de Princesa de Viana. Este galardón fue creado hace más de 600 años por Carlos III el Noble para los herederos del Reino de Navarra.

La importancia de este viaje va más allá de un simple acto ceremonial. Es una oportunidad para que la Casa Real refuerce sus relaciones con Navarra en un contexto político y cultural complicado. Durante años, la región ha sido un terreno delicado para la monarquía. En gran parte debido a las corrientes republicanas que forman una mayoría social. Por ello, la visita busca restablecer el lazo institucional, y presentar a la monarquía como un referente incluso en territorios sin demasiado fervor dinástico.
Diez años sin los Reyes en Viana
Navarra ha sido, en años recientes, un espacio donde se ha cuestionado la presencia de la Casa Real. Especialmente después de que el Gobierno de Uxue Barkos decidiera en 2015 excluir a los Reyes de la entrega del Premio Príncipe de Viana de la Cultura. Esta decisión, impulsada por los socios del cuatripartito, buscaba reinventar el premio y poner en valor al premiado y no a la persona que lo entregaba. De hecho, la exclusión de la Casa Real se mantuvo incluso con la llegada al poder del Gobierno socialista de María Chivite en 2019.
Por tanto, la visita de Leonor, aunque de carácter protocolario, tiene una dimensión política importante. La presencia de la heredera y sus padres busca restablecer la relación institucional. En lugares como el Monasterio de Leyre, con su panteón real, o Viana, cuna del título de Princesa de Viana, la Casa Real pretende fortalecer estos lazos.
La renovación de la imagen de Letizia Ortiz: estrategia comunicativa en tiempos de crisis
Mientras se prepara la visita de Leonor a Navarra, la Casa Real también está llevando a cabo una serie de cambios internos para gestionar mejor su imagen pública. Uno de los movimientos más significativos fue el relevo en la Secretaría de la Reina Letizia. Marta Carazo, periodista de RTVE, sustituyó a María Ocaña, quien había acompañado a la Reina desde sus primeros años como Princesa de Asturias. Este cambio no es solo administrativo, sino una respuesta a la creciente presión mediática sobre la figura de Letizia.

La mujer del jefe del Estado ha enfrentado varios desafíos en los últimos años que han puesto en cuestión su popularidad. Uno de los incidentes más mediáticos fue el choque con la reina Sofía durante la misa de Pascua de 2018. Un gesto de frialdad ante las cámaras generó titulares y especulaciones. A ello se sumaron las filtraciones sobre su presunta relación sentimental con Jaime del Burgo, que hace unos días también visitó Navarra.
Estos escándalos han afectado su imagen pública y han puesto a prueba la capacidad de la monarquía para gestionar su proyección mediática. Para enfrentar estos problemas, Letizia Ortiz parece estar tomando un control más directo sobre su imagen.
La llegada de Carazo y Rosa Lerchundi, nueva directora de Comunicación de la Casa del Rey en sustitución de Jordi Gutiérrez, marca un giro en la estrategia comunicativa de la Reina. Ambas mujeres provienen del mundo del periodismo y, por tanto, conocen bien los mecanismos de los medios de comunicación.
Un enfoque más profesional para la monarquía
El relevo de Ocaña y la incorporación de nuevos perfiles más cercanos al ámbito periodístico responden a un cambio más amplio dentro de la Casa Real. Letizia, conocida por su deseo de controlar su imagen, ha tenido que adaptarse a un contexto mediático que se ha vuelto cada vez más crítico con la monarquía.
Ortiz quiere mostrar una faceta más accesible y cercana, participando en eventos culturales. Pese a lo cual, el 'inmovilismo' a la hora de conceder entrevistas o 'salirse del guión' sigue inalterable. Este aislamiento contribuye a la crítica social que sigue presente, especialmente entre los jóvenes.
A pesar de los esfuerzos de la reina Letizia por suavizar su imagen, el contexto sigue siendo difícil. La monarquía española atraviesa un momento delicado. El exilio del rey emérito Juan Carlos I en Abu Dabi y la pérdida de credibilidad de la institución han marcado una nueva etapa en la Casa Real. Además, las tensiones internas entre los sectores más tradicionales y los más modernos dentro de la monarquía siguen siendo una preocupación.
Cabe recordar que, según varias encuestas, "la república sería la forma de Estado preferida para la ciudadanía por encima de la monarquía". A esta impopularidad ayudan los escándalos del Emérito. Y también de decisiones controversiales como la del PP y PSOE, que evitaron abrir el debate sobre la inviolabilidad del monarca.
Pese a lo cual, según voces republicanas, "el apoyo casi unánime y acrítico de la prensa española a la monarquía otorga oxígeno al jefe de Estado y su familia".
Restaurar los lazos con Navarra: una tarea a largo plazo
El viaje de Leonor a Navarra será un paso importante para reforzar los vínculos históricos de la monarquía con esta comunidad. Pero el reto de la Casa Real va más allá de los símbolos. La institución necesita recuperar la confianza de los ciudadanos.

Si bien la visita a Navarra tiene un claro componente simbólico, el verdadero reto de la Casa Real será demostrar que sabe evolucionar y reconectar con los ciudadanos. En estos momentos la monarquía tiene falta de apoyos por edades (los jóvenes son mayoritariamente republicanos), territorios (Euskadi, Cataluña o Navarra son 'zonas republicanas') e ideología (buena parte de la izquierda, el nacionalismo y el independentismo están muy lejos de Felipe VI, especialmente desde su intervención tras el 1 de octubre de 2017).
Zarzuela quiere tomar medidas para recuperar el cariño de la ciudadanía, y el viaje a Navarra se encuadra dentro de esta estrategia.
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