Tras tres años sin rastro, solo se encontró la mochila de Alejandro Martín en Zahara
El técnico de Airbus, de 44 años, desapareció en julio de 2020 en la playa de Los Alemanes durante unas vacaciones.
Alejandro Martín Guijarro desapareció el 14 de julio de 2020 en la ‘Playa de los Alemanes’ de Zahara de los Atunes (Cádiz). Desde aquel día no se supo nada más de él y ya han pasado más de tres años. Al anochecer una pareja encontró una mochila con las pertenencias de Alejandro: teléfono, documentación, cartera y una toalla. Esta misma pareja había visto los enseres de Alejandro a mediodía y al ver que seguían ahí avisaron a la Guardia Civil.
El desaparecido, que ahora tiene 44 años, era técnico mecánico de Airbus en Sevilla y vivía solo en la localidad sevillana de Bormujos. Su familia no se extrañó de que sus cosas aparecieran en la playa, ya que tal y como narraba su hermana Esther a elcierredigital.com “él es aficionado a ir a la playa, siempre le ha gustado mucho hacer surf y nadar. Por eso cada vez que podía se iba a Cádiz”.
Estaba en Zahara de vacaciones
Tras recibir el aviso los agentes llamaron a Esther, que decidió esperar a que su hermano apareciera. Sin embargo, poco después, una compañera de Alejandro llamó a Esther y le dijo que su hermano no había acudido a trabajar. Entonces, Esther y sus hermanos acudieron a denunciar la desaparición.
Cabe remarcar que según el posicionamiento de su teléfono Alejandro se fue a Zahara. Sin embargo, nadie de Zahara dijo haber hospedado al desaparecido, que no tenía dónde dormir allí, al menos que supiesen sus hermanos. Por otra parte, pese a que a Alejandro le gustaba hacer surf su tabla estaba en su casa de Sevilla, por lo que esa hipótesis quedó descartada.
También cabe la posibilidad de que fuese arrastrado por las corrientes de una playa que es virgen, pero hasta el momento no ha aparecido su cuerpo ni su bañador. De acuerdo con la ley del mar, su cuerpo debería haber sido devuelto a la orilla.
Elcierredigital.com ha contactado con Esther, su hermana, que señala, “estaré siempre eternamente agradecida a las personas que buscaron a mi hermano, pero con el paso de los años el caso ha caído en el olvido. Hay que recalcar que la playa en la que encontraron su mochila es una playa donde no se surfea. Además, mi hermano tenía la tabla en su casa. Es posible que mi hermano tuviera un accidente, pero las corrientes sacarían su cuerpo a la orilla”.
“Personalmente creo que existe la posibilidad de que no fuese un accidente, que no lo descarto, pero también he llegado a pensar que alguien puso ahí sus cosas para que pareciese que había tenido un accidente. Realmente no tenemos base de nada, pero es todo muy extraño. Su entorno de Sevilla siempre nos ha dicho que mi hermano no tenía problemas con nadie”, añade Esther.
Un búsqueda exhaustiva, pero sin resultados
En los días siguientes a la desaparición se puso en marcha un dispositivo de búsqueda tanto por tierra como por mar. Los buceadores profesionales de la Guardia Civil, los GEAS, se sumergieron en las profundidades de la costa con el fin de hallar el rastro de este joven. El dispositivo organizado por Salvamento Marítimo también dispuso de otros medios técnicos como los drones del servicio de Protección Civil de Barbate, que permiten rastrear la zona a una altura más baja que la de los helicópteros.
También se realizaron batidas y se miró el faro, las rocas y los alrededores de donde se encontraron sus enseres, pero sin rastro del desaparecido. La desaparición dejó muchas incógnitas que todavía quedan por resolver. A día de hoy la investigación continúa bajo secreto de sumario y la búsqueda no ha concluido. Cierto es que ya han pasado tres años y cada vez la cosa se complica más.
“Cabe la posibilidad de que estuviese solo en Zahara, pero sería muy raro que hubiese dormido en su coche. Después de tanto tiempo la vida sigue, pero eso nunca lo superas, tienes que aprender a vivir con ello. Mi vida se ha estancado en el día en que desapareció mi hermano. No pierdo la esperanza de saber qué ocurrió, ojalá esté vivo, pero tras tres años te pones en lo peor”; concluye Esther, la hermana del desaparecido.
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