'Tormenta' en Mercamadrid tras nombramiento de José Miñones como presidente de Mercasa
Sindicatos de plataformas critican designación política sin experiencia en logística.
El Consejo de Administración de Mercasa nombró hace unos días al exministro y farmacéutico José Miñones Conde presidente de la compañía pública a propuesta de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), propietaria de esta distribuidora alimentaria estatal que gestiona, junto a ayuntamientos, la red Merca (Mercamadrid, Marcabarna y otros 21 mercados).
Ente los trabajadores y sindicatos de Mercamadrid, empresa distribuidora participada en más del 50 por ciento por el Ayuntamiento de la capital, no ha gustado su nombramiento "por ser una designación política de Pedro Sánchez, que no ha tenido en cuenta la falta de experiencia en el sector logístico ni alimentario", señalan fuentes sindicales de esta empresa madrileña.
Miñones es licenciado en Farmacia, doctor en Farmacia por la Universidad de Santiago de Compostela (USC) y fue ministro de Sanidad menos de 8 meses: de marzo a noviembre de 2023. Anteriormente, ostentó el cargo de delegado del Gobierno en Galicia, entre los años 2021 y 2023, y fue alcalde de Ames, A Coruña, de 2015 a 2021.
Miñones sustituye en el cargo al frente de Mercasa a José Ramón Sempere, que accedió al cargo en 2018 y obtuvo éxitos en el sector, tales como el plan estratégico 2019-2023 para la modernización de la compañía y el impulso a la logística sostenible.
Sempere había sido previamente director general adjunto de Mercamadrid y director general de Mercalicante, mientras que su sustituto carece de trayectoria en este campo. "Inicio una nueva etapa al frente de Mercasa con toda la ilusión y responsabilidad que una empresa de este calibre se merece", ha indicado el exministro en sus redes sociales. Miñones ha querido agradecer al presidente saliente, José Ramón Sempere, sus años al frente de la empresa por "su extraordinaria labor realizada durante estos 6 años", ha señalado el exministro.
Cabe recordar que Mercamadrid es el mayor distribuidor alimentario de España gracias no solo a las infraestructuras y servicios disponibles, sino muy especialmente, a la importante actividad y dinamismo que las empresas instaladas están demostrando en los últimos tiempos.
Esta plataforma surte productos a los 54 mercados principales de Madrid y a mayoristas de las dos Castillas, Extremadura, Andalucía, Murcia, Cantabria, Galicia y también Portugal, lo cual le otorga un radio de influencia de 12 millones de consumidores.
"Reúne tanto a los Mercados Centrales de Pescados, Frutas y Hortalizas de Madrid, como al Mercado de Carnes, a empresas polivalentes especializadas en el sector alimentario y a un amplio rango de empresas de servicios: frío industrial, conservación, logística, transportes, manipulación, etc", explican en su web.
Este mercado de mercados se ha consolidado como el mayor mercado europeo de alimentación perecedera y el segundo a nivel mundial con respecto al Mercado Central de Pescados, después de Tsukiji, en Tokio. La plataforma dispone de 222 hectáreas al servicio de las más de 800 empresas instaladas en su superficie.
Líos en otras empresas públicas: De Correos a Renfe
"La única diferencia entre el Correos que presidía Juanma Serrano y el de Pedro Saura es que el primero contrataba", señalan fuentes sindicales de la empresa pública consultadas por Elcierredigital.com. Estas voces le reconocen a Saura que haya atenuado el ruido interno con reuniones y acuerdos con los todopoderosos Comisiones Obreras y UGT, encharcados en las críticas de brocha gorda y la impartición de cursos para acceder a puestos de trabajo.
Óscar Venteo, presidente de CSIF en Correos, lamentaba hace unos días en conversación con este periódico que "desde finales de pasado año no se está contratando a nadie porque quieren reducir la eventualidad frenando la contratación".
El envío de cartas se demora porque se antepone el envío de paquetería en competencia con Amazon, que según algunos sindicatos "utiliza a falsos autónomos dispuestos a trabajar por encima de las 8 horas diarias por obligación".
Renfe, por su parte, repitió pérdidas en 2023, aunque todavía no cuantifica la cuantía del agujero. Quizá tiene que ver en ello que su presidente, Raül Blanco, prometió el pasado verano que alcanzaría beneficios pese a haber sumado más de 100 millones de euros en números rojos en 2022 y más de 60 en el primer semestre del pasado ejercicio.
"La competencia es dura, pero el mercado está creciendo en servicios comerciales y en alta velocidad, lo que nos ayuda a tener buenas cifras", señalaba Blanco ilusionado porque los bonos gratuitos sufragados por el Gobierno iban a compensar la liberalización del sector.
Pero ni por esas: la agencia de calificación S&P Global Ratings destrozó hace unos días los planes de Renfe y prevé que su rentabilidad caiga hasta un 50% en los próximos dos años por la liberalización ferroviaria, con la entrada en el mercado español de la francesa Ouigo y la italiana Iryo, ambas con capital público.
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