Muerte de Ruiz-Mateos: Teresa Rivero dijo ingreso por fractura de cadera, es mentira.
Asesor del dueño de Rumasa relata que días antes lo encontró "solo", pidiendo auxilio.
El 7 de septiembre de 2015fallecía en el Puerto de Santa María el empresario gaditano José María Ruiz-MateosJiménez de Tejada, propietario de Rumasa, la empresa que fue expropiada por el gobierno de Felipe González en 1983. El empresario tenía por aquel entonces 84 años y había sido ingresado unas semanas antes debido a una supuesta fractura de cadera, tal y como informó a los medios de comunicación su mujer, Teresa Rivero.
No obstante, según ha podido conocer elcierredigital.com a través de su amigo y asesor Jesús Urdiciáin —uno de sus máximos apoyos en sus últimos años de vida, que estuvo pendiente de cómo avanzaba su estado de salud—, Ruiz-Mateos no se fracturó la cadera. “Yo fui al médico a interesarme y me dijo: ‘de fractura de cadera no tiene nada, lo que tiene es una fisura en la tibia’. Le pusieron una placa para evitar el desplazamiento. Una intervención de máximo dos horas”, explica Urdiciáin a este diario.
“Del quirófano, al parecer, salió con unas décimas de fiebre, un poco dolorido. Yo hablaba con el marido de su hija Nuria, que me contaba cómo avanzaba. Le pusieron un antibiótico para bajarle la fiebre, pero seguía igual. Con los días, fue empeorando. El resultado del cultivo que le hicieron fue que tenía un hongo, que no sabían dónde lo había cogido. Pero es raro que se coja un hongo en un quirófano. Le trataron, pero le dieron antibiótico durante tantos días que estaba muy machacado y al final tuvieron que dormirle, porque el antibiótico le hacía el efecto contrario”, continúa explicando Urdiciáin.
“No se cuidó adecuadamente a Ruiz-Mateos”
El asesor del empresario cuenta, además, que antes de este ingreso fue a visitar a Ruiz-Mateos a la vivienda del Puerto de Santa María en la que estaba residiendo junto al resto de su familia, “apartado, solo y sin nadie que lo atendiera”, relata. “Me pidió auxilio y me dijo: ‘sácame de aquí, que esto es un infierno’. A mí se me caía el alma a los pies”, cuenta Urdiciáin, visiblemente emocionado.
Esta supuesta falta de atención que sufría Ruiz-Mateos, diagnosticado de Parkinson hacía años, fue también denunciada por el empresario italiano Antonio Biondini, el segundo marido de la segunda hija de Ruiz-Mateos, Begoña.
Biondini acusaba poco más de un mes después de la muerte del empresario de negligencia a su suegra Teresa Rivero y a los 12 hijos restantes de Ruiz-Mateos. Exculpaba, de este modo, a su mujer Begoña. Así se lo dijo a su entorno más cercano y también lo propagó a través de su cuenta de X —entonces Twitter— el 13 de octubre de 2015: “@ABiondini. Se denunciarán ante los tribunales penales competentes todos los hechos que presuntamente causaron la muerte de JMª Ruiz Mateos el 7.9.2015”. Además, Biondini ha defendido a Teresa Rivero alegando que "ella es una víctima más de sus hijos".
Según contaba Biondini, el empresario gaditano y propietario del holding Rumasa se cayó de noche en el baño de su domicilio del Puerto de Santa María, donde había sido recluido tras su paso por la prisión madrileña de Soto del Real en junio de 2015 y haber sido luego puesto en libertad por el Juzgado de Ejecutorias tras detectarle enfermedades incurables. “No estoy diciendo que le dispararan, estoy diciendo que no se le cuidó adecuadamente por su estatus físico y mental… A un enfermo se le pone una persona día y noche”, afirmaba el yerno de Ruiz-Mateos.
Según contaba Biondini, al caerse el patriarca se rompió la cadera —hecho que, como hemos puntualizado, no sería cierto— y en el Hospital de El Puerto de Santa María donde fue ingresado de urgencia se complicó todo con una infección pulmonar. Por esas fechas, Ruiz-Mateos tenía ya una salud muy delicada, como habían atestiguado tanto los médicos de Instituciones Penitenciarias como los especialistas del Hospital madrileño Gregorio Marañón donde había ingresado tras su entrada en prisión. “Creo que no estaba bien alimentado y medicado, esta es mi opinión”, afirmaba Biondini.
Según comentó su esposa Begoña Ruiz-Mateos, su padre dormía desde hacía tiempo solo en una habitación y su mujer, Teresa Rivero, en otra independiente. “Por eso digo que todo esto fue una negligencia, que antes o después se habría provocado lo que ocurrió… Era solo cuestión de tiempo. A todo hay un por qué”, afirmaba Biondini.
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