
La SEPI en crisis, los 3 frentes que le acechan: Talgo, Duro Felguera y caso Jéssica
Hacienda vigila las empresas de la SEPI tras la contratación de la 'exnovia' de Ábalos en las públicas Ineco y Tragsatec
La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) se encuentra inmersa en varios desafíos que están poniendo a prueba su capacidad de gestión y su reputación. El reciente escándalo relacionado con la contratación de Jéssica Rodríguez —expareja del exministro Ábalos—, las complejidades en la adquisición de Talgo y la crisis financiera de Duro Felguera han convergido generando una tormenta perfecta para el holding público.
El caso de Jéssica Rodríguez, que declaró recientemente por el 'caso Koldo', ha sacudido los cimientos de la SEPI y de las empresas públicas involucradas. Rodríguez fue contratada por Ineco y Tragsatec, filiales de la SEPI. Y, según su propia declaración ante el Tribunal Supremo, cobró durante más de dos años sin desempeñar funciones laborales efectivas.

Esta revelación ha desatado una investigación por parte del Ministerio de Hacienda que busca esclarecer las circunstancias de su contratación. También se investiga la posible implicación de altos cargos en estas irregularidades.
La situación se agrava al conocerse que Jorge San José, director de Recursos Humanos en Ineco durante la contratación de Rodríguez, fue posteriormente destituido de su puesto en RTVE por un escándalo relacionado con la filtración de exámenes en oposiciones públicas. Este antecedente pone en entredicho los procedimientos de selección y contratación en las empresas públicas bajo la órbita de la SEPI.
Además, el presidente de Tragsa, Jesús Casas Grande, defendió la contratación de Rodríguez, afirmando que se realizó "atendiendo a criterios de igualdad, mérito y capacidad". Sin embargo, estas declaraciones han sido recibidas con escepticismo, especialmente tras las confesiones de Rodríguez sobre su inactividad laboral durante el periodo contratado.
La encrucijada de Duro Felguera: Entre la insolvencia y el rescate
Paralelamente, la SEPI afronta el desafío de rescatar a Duro Felguera. Y es que la empresa asturiana de ingeniería atraviesa serias dificultades financieras. En 2021, la SEPI inyectó 120 millones de euros para su rescate, pero la situación de la compañía no ha mejorado significativamente.
Actualmente, Duro Felguera se encuentra en preconcurso de acreedores y dispone de liquidez para operar únicamente durante los próximos dos meses.

La SEPI está considerando convertir en capital los 100 millones de euros otorgados como préstamo participativo en 2021, lo que la convertiría en accionista mayoritaria de la empresa.
Sin embargo, esta medida podría diluir o incluso anular la participación de los accionistas actuales, lo que ha generado preocupación entre los inversores minoritarios. Estos últimos han solicitado reuniones con la SEPI y los socios mayoritarios, Prodi y Mota-Engil México, para buscar una solución que no les perjudique.
La situación es crítica, ya que si no se encuentra una solución viable en los próximos meses, Duro Felguera podría verse obligada a declarar el concurso de acreedores. Algo que pondría en riesgo numerosos puestos de trabajo y proyectos en curso.
La operación Talgo: Una adquisición bajo escrutinio
En medio de estos desafíos, la SEPI está involucrada en la adquisición de una participación significativa en Talgo, el reconocido fabricante de trenes. El objetivo es adquirir el 10% de la compañía. Esto facilitaría la salida del fondo Trilantic del accionariado, que incluye a las familias Oriol y Abelló.
Sin embargo, esta operación ha suscitado dudas sobre si podría considerarse una acción concertada que obligara a lanzar una Oferta Pública de Adquisición (OPA) sobre el 100% de la empresa.

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) deberá determinar si la acción constituye una acción concertada. De ser así, la SEPI estaría obligada a lanzar una OPA por la totalidad de las acciones de Talgo. Esto implicaría una inversión mucho mayor y podría alterar la estrategia inicial del holding público.
Repercusiones políticas y económicas
Estos tres frentes abiertos han generado una atmósfera de tensión y preocupación en la SEPI. El escándalo de las contrataciones irregulares ha puesto en entredicho la transparencia y la ética en la gestión de las empresas públicas. Además, la posible quiebra de Duro Felguera y las complicaciones en la adquisición de Talgo podrían tener repercusiones significativas en el tejido industrial y en la economía española en general.
La SEPI se encuentra en una posición delicada, donde cada decisión tomada será minuciosamente analizada por la opinión pública, los inversores y las autoridades regulatorias.

La capacidad del holding para gestionar eficazmente estos desafíos será crucial para mantener su credibilidad y cumplir con su misión de salvaguardar los intereses estratégicos del Estado en el sector empresarial.
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