Sánchez cede ante Marruecos: Graves efectos fronterizos en Ceuta y Melilla
Desde hace 13 años Ceuta viene reclamando su entrada en la Unión Aduanera Europea, medida que aliviaría las tensiones
La situación de Ceuta y Melilla continúa siendo un desafío geopolítico y social. Marcado por tensiones históricas con Marruecos y una integración incompleta con la Unión Europea.
A pesar de los compromisos políticos anunciados tras la crisis migratoria de mayo de 2021, las promesas siguen sin materializarse. Este panorama, además, se ve agravado por el incremento de la presión migratoria y las estrategias de asfixia económica impulsadas desde Rabat.
Para conocer la historia al completo hay que remontarse a 2011. Aquel año la Asamblea de Ceuta aprobó por unanimidad solicitar al Gobierno español la inclusión de la ciudad en la Unión Aduanera Europea. De la cual había quedado excluida voluntariamente en 1986, cuando España ingresó en la entonces Comunidad Económica Europea.
El objetivo de esta iniciativa era fortalecer el carácter europeo de Ceuta y mejorar su integración económica con el continente.
La situación geopolítica de Ceuta y Melilla ha sido históricamente compleja, marcada por su proximidad a Marruecos y su pertenencia a España. Esta dualidad ha generado tensiones y desafíos en las relaciones bilaterales entre ambos países.
En mayo de 2021 Ceuta se enfrentó a una crisis migratoria sin precedentes. Aproximadamente 8.000 personas cruzaron la frontera desde Marruecos en un lapso de 48 horas.
Varios informes atribuyeron este incidente a una relajación deliberada de los controles fronterizos por parte de Marruecos. La situación puso en evidencia la vulnerabilidad de la ciudad y la necesidad de reforzar su seguridad y posición dentro de la Unión Europea.
Tras la crisis migratoria, el Gobierno español mostró disposición para apoyar la integración de Ceuta en la Unión Aduanera. El entonces secretario de Estado para la Unión Europea, Juan González-Barba, expresó el compromiso del Ejecutivo en avanzar en esta dirección.
Asimismo, Iván Redondo, director del Gabinete del Presidente del Gobierno en ese momento, anunció en el Congreso la elaboración de planes integrales de seguridad para Ceuta y Melilla. El objetivo era prevenir episodios similares futuros.
Entre las medidas propuestas se incluía la extensión de los espigones fronterizos para dificultar la entrada de migrantes a nado. Una solicitud respaldada por la Guardia Civil.
En abril de 2022, durante una visita oficial a Rabat, Pedro Sánchez y Mohamed VI, el rey de Marruecos, acordaron la normalización y fluidez en la circulación de personas y mercancías entre ambos países.
Este acuerdo contemplaba la apertura de aduanas comerciales en Ceuta y Melilla. Un paso significativo en la integración económica de las ciudades autónomas con la Unión Europea y Marruecos.
Sin embargo, más de dos años después estas promesas no se han materializado. Las aduanas comerciales permanecen cerradas y los planes de seguridad integral no se han implementado. La frontera sigue siendo un punto de fricción, con controles estrictos que dificultan el tránsito y afectan negativamente al turismo y al comercio local.
Las presiones de Marruecos y su efecto en Ceuta y Melilla
La situación se agrava con la persistente presión migratoria. Hasta mediados de noviembre de este año, más de 1.200 personas han llegado a las costas de Ceuta a nado. Un incremento del 126% en comparación con el mismo período del año anterior.
La mayoría de estos migrantes son marroquíes, incluyendo un número significativo de menores. Esto ha llevado a una sobreocupación del 500% en los centros de acogida de la ciudad, poniendo en jaque los recursos y presupuestos locales.
La postura de Marruecos respecto a Ceuta y Melilla añade una capa adicional de complejidad.
Aunque Mohamed VI no ha mencionado públicamente las reivindicaciones sobre las ciudades desde 2007, las acciones del país vecino indican una estrategia de presión. El pasado mes de noviembre se constituyó en Marruecos un "Comité para la Liberación de Ceuta y Melilla".
Formado por 98 asociaciones y presidido por Abdelhamid Aakid, este movimiento reaviva la polémica sobre la soberanía de las ciudades autónomas. Además, Marruecos ha puesto trabas en la apertura de las aduanas comerciales, a pesar de los acuerdos alcanzados con España.
La posible integración de Ceuta y Melilla en la Unión Aduanera Europea
En respuesta a estos desafíos, el Gobierno español ha centrado sus esfuerzos en fortalecer la integración de Ceuta y Melilla con el resto del país. Se han aprobado planes integrales de desarrollo socioeconómico y se trabaja en la mejora de las conexiones eléctricas y digitales con la península.
La integración de Ceuta y Melilla en la Unión Aduanera Europea se presenta como una solución viable para fortalecer su posición y garantizar su prosperidad. Esta medida podría implicar ciertos sacrificios económicos, como la adaptación a nuevas normativas y posibles cambios en el régimen fiscal. Aunque las ventajas políticas y comerciales serían significativas.
La pertenencia a la Unión Aduanera facilitaría el comercio, eliminaría barreras arancelarias y reforzaría la identidad europea de las ciudades.
Además, dificultaría que Marruecos mantuviera su negativa a la apertura de las aduanas. Pues estas pasarían a ser fronteras exteriores de la Unión Europea, lo que implicaría compromisos internacionales más allá de la relación bilateral con España.
Según numerosos expertos, la situación actual de Ceuta y Melilla requiere una estrategia integral. Un plan que considere su posición geográfica, su relación con Marruecos y su pertenencia a la Unión Europea.
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