
Rufián enfada a ERC por su protagonismo: El plan para un nuevo bloque de izquierdas
El independentista catalán que lleva 10 años en Madrid propone una alianza con partidos nacionales que no gusta en ERC
Gabriel Rufián ha vuelto a agitar el panorama político. Su propuesta de crear un nuevo bloque plurinacional y progresista ha causado incomodidad, tanto en su partido, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), como en otros espacios de la izquierda. El plan incluye a fuerzas soberanistas como EH Bildu y BNG. Pero también a partidos nacionales como Podemos, Compromís o Adelante Andalucía.
Lo que en teoría podría ser una idea de unidad ha sido vista por muchos como un movimiento personalista. La frase con la que Rufián presentó su propuesta no dejó lugar a dudas: "Ya basta de esperar. Hagámoslo nosotros. Si no, nos lo volverán a hacer. Y volverá a ser mentira". El tono fue claro: un desafío a la pasividad y a los discursos vacíos. Pero también un dardo hacia dentro y hacia fuera.
Malestar en ERC
La dirección de ERC no ha ocultado su malestar. El momento no parece el más adecuado. El partido viene de un mal resultado electoral en Cataluña, ha perdido la Generalitat y atraviesa tensiones internas. Lanzar una iniciativa de este calibre sin consenso ha sido visto como un acto imprudente. Algunos miembros de la dirección lo acusan de actuar por libre. De buscar protagonismo cuando lo que se necesita es unidad interna. "Se le ha subido la fama madrileña a la cabeza", explica un compañero suyo en ERC.
Varios dirigentes consideran que Rufián se está desmarcando del perfil tradicional del partido. En lugar de reforzar el proyecto de Esquerra, parece centrado en construir una plataforma propia. "No toca embarcarse en aventuras personales", repiten en privado. El miedo es claro: que la iniciativa confunda al electorado y debilite aún más la imagen del partido.
Además, no ha habido ningún debate interno antes del anuncio. Ni órganos consultados ni estructuras informadas. Muchos en ERC se enteraron por la prensa. Eso ha levantado aún más ampollas. Porque algunos creen que Rufián querría liderar una candidatura con fuerzas nacionales, lo cual podría limar el independentismo de su partido.
Críticas veladas a Podemos y Sumar
El discurso de Rufián también incluyó una crítica a Podemos y Sumar, aunque sin mencionarlos directamente. Habló de "espacios plurinacionales creados desde despachos de universidades de Madrid, con antenas rotas respecto a Euskadi y Cataluña". Una referencia clara a proyectos como los de Pablo Iglesias y Yolanda Díaz.

Podemos no tardó en reaccionar. Fuentes del partido morado descartaron sumarse a una plataforma como la que propone Rufián. Consideran que, en este momento, deben centrarse en reconstruirse tras la ruptura con Sumar. Quieren recuperar autonomía y credibilidad. Y no ser una pieza más en un bloque que no controlan.
Sumar, por su parte, también ha mostrado su incomodidad. Aunque en teoría comparte la idea de una España plurinacional, cree que propuestas como la de Rufián solo generan más división. En su entorno ven el movimiento como una maniobra improvisada, sin estrategia común. Desde el 'yolandismo' hay quien lo ve como un gesto de desgaste, más que de construcción.
Entre el liderazgo y el exceso de ego
La figura de Gabriel Rufián siempre ha sido polémica. Tiene una fuerte presencia mediática. Usa un lenguaje directo, a veces provocador. Eso le ha dado visibilidad. Pero también enemigos, incluso dentro de su formación.
Sus críticos hablan de un estilo que no respeta los consensos. Lo acusan de anteponer su imagen a los objetivos del partido. Para muchos, su última iniciativa es un ejemplo más de esa forma de hacer política: muy personal, poco colectiva.
Pero no todos lo ven así. Algunos creen que Rufián está leyendo bien el momento. Que el espacio de la izquierda está desorientado. Y que se necesita valentía para impulsar un nuevo ciclo. Para estos sectores, Rufián no es un problema, sino una oportunidad. Una figura capaz de conectar con votantes que se sienten huérfanos tras años de desgaste en la izquierda transformadora.
El reto de una izquierda plurinacional real
El debate de fondo va más allá de las formas. La propuesta de Rufián reabre una vieja cuestión: ¿es posible una izquierda verdaderamente plurinacional? ¿Puede articularse una alternativa al bipartidismo nacional desde una alianza horizontal de territorios?
Rufián cree que sí. Su diagnóstico es que el actual sistema favorece al conservadurismo. Que la izquierda institucional se ha vuelto demasiado cómoda. Que hay que ir más allá del marco del PSOE, y construir algo diferente. Un espacio que reconozca el derecho a decidir, que no dependa de Madrid, y que conecte con las demandas populares en las periferias.
Pero el camino no será fácil. Las tensiones internas en ERC, la desconfianza de Podemos y el escepticismo de Sumar son obstáculos evidentes. También falta una estrategia concreta. No se ha detallado cómo se organizaría el nuevo espacio, quién lo lideraría, ni con qué calendario. Por ahora, parece más una declaración de intenciones que un plan realista.
Diez años en Madrid
Gabriel Rufián Romero (Santa Coloma de Gramenet, 1982) es un político catalán, portavoz de Esquerra Republicana (ERC) en el Congreso de los Diputados desde 2016. Nieto de inmigrantes andaluces, se formó en Relaciones Laborales y Recursos Humanos por la Universitat Pompeu Fabra. Trabajó durante años en empleos precarios antes de volcarse en el activismo independentista a través de la plataforma Súmate. Un proyecto con el que el independentismo se acerca a los 'charnegos' y la ANC.

El dirigente es conocido por su estilo combativo y directo en el Congreso. También fue candidato a la alcaldía de Santa Coloma en 2023, logrando los mejores resultados históricos para ERC en esa ciudad. Aunque renunció a su acta de concejal en enero de 2025 para centrarse en el Congreso. De origen humilde y marcado por experiencias como el riesgo de desahucio, ha reconocido haber pasado por etapas de exceso de exposición mediática.
Vive entre Madrid y Cataluña, tiene un hijo de una relación anterior y otro con su actual pareja, Marta Pagola, periodista navarra vinculada al PNV.
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