Presunto parricidio en Asturias: Crimen basado en odio y trastornos paranoicos.
El supuesto homicida de 46 años decapitó a su padre y paseó con su cabeza por una rotonda cercana.
En la noche del lunes 8 de abril la Guardia Civil ha detenido a un hombre de 46 años en el municipio asturiano de Ribera de Arriba. Presuntamente este individuo cometió un homicidio, el de su propio padre, M.M., un septuagenario. P.M., el primero de tres hermanos, vivía con su padre en la aldea de El Picón. Hasta el momento se desconocen los motivos por los que decidió acabar con la vida de su padre.
El presunto parricida supuestamente asesinó a su padre con un hacha en los aledaños de la vivienda donde ambos residen. Posteriormente lo decapitó y salió a la calle con su cabeza en una mano y con el arma homicida en la otra. Posteriormente acudió a la glorieta de Soto de Rey, cercana a su vivienda. El parricida iba con el cuerpo ensangrentado y sin camiseta.
Según los testigos, el presunto homicida estaba fuera de sí y se tiraba encima de los coches que pasaban por allí. Varios testigos alertaron a la Guardia civil de que un hombre se encontraba en esa rotonda con un hacha en una mano y una cabeza en la otra. También narraron que estaba jugando con los restos como si se tratase de una pelota.
Un testigo ha narrado que el individuo se puso delante de él, se empezó a reír y le tiró la cabeza al capó. Según los testimonios, el hombre “estaba como loco”. Otro testigo observó que iba cantando el 'cara al sol'. Los guardias se lanzaron sobre el hombre y pudieron reducirlo y terminaron deteniéndole. El hombre fue trasladado inicialmente al cuartel de Soto de Rey y posteriormente a la unidad de psiquiatría del Hospital Central Universitario en Oviedo, donde permanece actualmente.
"La base del crimen son el odio y la paranoia"
En una entrevista telefónica con elcierredigital.com, el psicólogo Jorge López-Vallejo analiza el perfil psicológico del presunto parricida. López-Vallejo explica que “es un auténtico asesino puramente invadido por el odio. Detrás de estos perfiles y comportamientos, normalmente hay trastornos paranoicos. El hecho de decapitar a su propio padre denota rasgos paranoicos y de odio, mezclados. Debía tener la creencia de que sus hechos estaban justificados con algún criterio inconsciente de su mente. Esto debió de generar un pensamiento que le ha hecho solucionar su alucinación o delirio con el asesinato de su padre”.
“La base de este crimen son el odio y la paranoia, que pueden venir precedidos de un trauma con los padres. El odio distendido en el tiempo lleva a solucionar el rencor de una manera irracional. Se trata de un perfil muy difícil ,por los hechos que ocurrieron. El hecho de que haya cometido el asesinato y posteriormente jugase con la cabeza de su padre como si fuese una pelota muestra que estaba disfrutando desde la paranoia y las alucinaciones en las que vive. También puede ser que estuviese disfrutando porque ha conseguido su fin, acabar con la vida de su padre y reprimir el dolor”, añade Jorge López-Vallejo.
“El hecho de que se estuviese riendo mientras jugaba con la cabeza de su padre es un rasgo muy psicótico, compatible con estar absolutamente enajenado y adulterado. Estamos hablando de que es una persona que probablemente esté habituada a consumir drogas y alcohol por las características del crimen y las horas posteriores. Es muy probable que fuese drogado, pero este no es el único motivo de haber hecho eso. Cabe recalcar que no todos los asesinos son enfermos mentales, ya que lo primordial es el contexto y las situaciones”, concluye el psicólogo.
Más noticias: