
Los otros currículos falsos de políticos del PP: De Noelia Núñez hasta Casado y Maroto
El escándalo de los falsos títulos universitarios de varios de los políticos del PP salpican a la presidencia de Feijóo
La reciente dimisión de Noelia Núñez como diputada del Partido Popular (PP) por Madrid ha vuelto a poner sobre la mesa un tema espinoso. Es un asunto que muchos partidos arrastran desde hace años: las irregularidades en los currículos académicos de algunos de sus miembros.
Lo que comenzó como una denuncia puntual en redes sociales por parte del ministro Óscar Puente ha desencadenado una nueva oleada de críticas. También ha provocado escudriños mediáticos y exigencias de responsabilidades.
Pero Núñez no es un caso aislado. De hecho, forma parte de una lista cada vez más larga de dirigentes políticos de todas las bancadas. Han visto cómo su formación académica era puesta en entredicho. Desde títulos falsificados hasta máster obtenidos en circunstancias irregulares, los escándalos han afectado a perfiles de todos los niveles. Las consecuencias han sido diversas: desde dimisiones inmediatas hasta absoluciones judiciales que no han logrado disipar las dudas públicas.
Hoy viraremos a la bancada azul y a los escándalos mas llamativos del PP en los últimos años en sus “irregularidades educativas”.
Noelia Núñez: De joven promesa a apagón fugaz
La hasta ahora vicesecretaria de Movilización y Reto Digital del PP apareció en el foco mediático tras revelarse un dato cuestionable. Su ficha en el Congreso atribuía a Núñez un doble grado en Derecho y Ciencias Jurídicas de la Administración Pública. También mencionaba estudios en Filología Inglesa. Poco después, la propia diputada reconocía que no había finalizado ninguna de estas carreras, achacando las inconsistencias a un "error administrativo".
Aunque defendió su inocencia, "nunca he querido engañar a nadie", y prometió retomar sus estudios, la presión del PSOE, los medios y las redes sociales precipitó su salida. El caso reabrió el debate sobre la fiabilidad de los datos curriculares de los representantes públicos. También puso en evidencia la necesidad de establecer mecanismos de verificación efectivos en el Congreso.
Cristina Cifuentes: el caso que lo cambió todo
La expresidenta de la Comunidad de Madrid protagonizó en 2018 uno de los escándalos más mediáticos. Se reveló que había obtenido un máster en Derecho Autonómico por la Universidad Rey Juan Carlos mediante actas falsificadas y firmas manipuladas. Aunque fue absuelta penalmente por no poder demostrarse que indujo directamente la falsificación, dos personas de su entorno fueron condenadas.

La caída de Cifuentes fue estrepitosa. La dimisión se produjo tras la aparición de un vídeo antiguo que la mostraba presuntamente hurtando en un supermercado. Sin embargo, el caso del máster fue la principal causa de su pérdida de crédito político.
José Miguel González Robles: título completamente falso
El exdiputado por León y secretario general del PP en la provincia dimitió en 2019. Se supo que había presentado un título de Derecho completamente falso. Reconoció el engaño, alegando que había sido víctima de una estafa en el "mercado negro de títulos falsos". Eso no evitó su salida fulminante del partido.

Este caso fue uno de los pocos en los que la falsificación era absoluta y directa. Esto llevó a una dimisión rápida y sin ambigüedades, marcando un precedente poco frecuente de responsabilidad política inmediata.
Pablo Casado: un máster cuestionado, pero sin consecuencias penales
Pablo Casado, expresidente del PP, fue señalado por haber obtenido un máster en la Universidad ReyJuan Carlos. Convalidó 18 de las 22 asignaturas y no asistió a clase, aunque el programa era presencial. Aunque la jueza instructora apreció "indicios de trato de favor", el Tribunal Supremo no vio pruebas suficientes para abrir causa penal.

A esto se sumaron sospechas sobre cómo terminó su licenciatura en Derecho en tiempo récord y una acusación de plagio en un artículo publicado en 2012. Pese a todo, Casado no dimitió por estos motivos y su carrera política continuó hasta su salida del liderazgo del PP por razones ajenas.
Javier Maroto: ¿máster o curso de liderazgo?
En 2018, el vicesecretario de Política Social del PP tuvo que aclarar un detalle importante. El "máster" que figuraba en su biografía era en realidad un "Programa de Liderazgo para la Gestión Pública" impartido por el IESE Business School . Aseguró que se trató de un error de denominación en la web del partido y que nunca se presentó oficialmente como poseedor de un máster.

Este caso expone cómo el lenguaje y las etiquetas académicas pueden ser manipuladas o confusas para la ciudadanía. Además, algunas formaciones optan por inflar los perfiles académicos de sus líderes con matices que, sin ser ilegalmente falsos, sí resultan engañosos.
Jorge Moragas: el máster "desaparecido"
El exjefe de gabinete de Mariano Rajoy fue señalado por haber eliminado de su currículum un máster del Centro de Estudios Internacionales de Barcelona. Aunque el título seguía apareciendo en otras fuentes oficiales, como el Portal de Transparencia o su perfil en Wikipedia. Su "desaparición" en ciertos espacios fue interpretada como una maniobra para evitar polémicas.

Este caso evidencia la falta de uniformidad en los datos públicos. También muestra la facilidad con la que puede manipularse la imagen profesional de un político, dependiendo de la plataforma donde se presente.
¿Una estrategia común? La normalización del engaño
Más allá de las diferencias entre casos, hay patrones que se repiten: negación inicial, minimización de la irregularidad, admisión parcial y, en muchos casos, contraataques dirigidos a políticos de otros partidos. Es el conocido ‘y tú más’, una táctica que diluye la gravedad de los hechos al sugerir que “todos lo hacen”.

Este recurso ha sido usado por Núñez, que respondió a las críticas acusando a Pedro Sánchez de copiar su tesis. También lo usó Maroto, quien recordó que el presidente llamó "máster" a un curso de posgrado. Pero el daño ya está hecho: la ciudadanía percibe que la ética en la política es relativa y que los estándares académicos son flexibles si el objetivo es escalar posiciones.
Una cuestión de confianza democrática
El impacto de estos casos va más allá del desprestigio personal. Cada vez que un político miente o exagera su formación académica, se erosiona la credibilidad de las instituciones. La falta de mecanismos sistemáticos de verificación, tanto en los partidos como en el propio Congreso, alimenta la sospecha. Además, refuerza el escepticismo de la ciudadanía hacia sus representantes.
Diversas voces, incluso dentro del propio PP, han reclamado una regulación más estricta para evitar estos episodios. Propuestas como exigir documentación oficial en la declaración de los currículos públicos o sancionar a quienes falseen méritos han cobrado fuerza, pero siguen sin materializarse en medidas concretas.

La dimisión de Noelia Núñez podría ser la chispa que obligue al Partido Popular a tomarse en serio la verificación de los perfiles académicos. Por extensión, también podría afectar al resto del arco parlamentario. La política no puede permitirse más escándalos que pongan en duda la meritocracia, la transparencia y la confianza pública.
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