El negocio de falsificación de obras de arte de los Beltracchi: Colocaron casi 300
EL MATRIMONIO ALEMÁN DE WOLFGANG Y HELEN INGRESÓ EN PRISIÓN EN 2011 Y ACTUALMENTE SE ENCUENTRAN EN LIBERTAD
Wolfgang y Helen Beltracchi engañaron durante décadas a numerosos museos, galerías, coleccionistas privados y prestigiosas casas de subastas como Christie’s y Sotheby’s. Tras más de 30 años en el negocio de la falsificación de obras, el matrimonio alemán ingresó en prisión en 2011 aunque actualmente ya se encuentran en libertad. Wolfgang fue condenado a seis años de prisión y Helen a cuatro por estafar millones de dólares por medio de la falsificación de obras.
También fueron condenados a pagar 35 millones de euros por daños y perjuicios. En lugar de falsificar pinturas existentes, su modus operandi consistía en producir cientos de obras originales en las que se imitaban los estilos de artistas fallecidos como Fernand Léger, Kees Van Dongen, Max Ernst y André Derain.
El padre de Wolfgang fue restaurador en Aquisgrán (Alemania) y pintor de iglesias, talento que Wolfgang heredó. Con tan solo 14 años ya tenía la capacidad de reproducir un Picasso en menos de una tarde. Para falsificar un cuadro Beltracchi capturaba su esencia hasta lograr comprenderla visualmente sin la necesidad de pensar en cómo se creó. En los primeros años de la década de los 70 pintaba cuadros de los maestros antiguos, del expresionismo y del art nouveau, los vendía y se iba de viaje. En estos viajes pintaba en las aceras para conseguir un dinero extra que le permitiera sustentarse la vida y poder seguir viajando.
En esos años también creaba sus propios cuadros de ultrarrealismo, pero lo que más le gustaba era recrear el estilo de otros artistas hasta lograr engañar a tasadores de arte y expertos. En la década de los 90 estuvo cerca de ser detenido, cuando un tal Wolfgang Fischer estaba siendo buscado por la policía de Berlín, que descubrió a varios falsificadores de arte de Aquisgrán que estaban especializados en obras del expresionismo alemán.
En su investigación, la policía descubrió que los 21 cuadros falsos pertenecían a Wolfgang. Suerte para él, que en esa época ya estaba casado con Helen Beltracchi y había adoptado su apellido, lo que le permitió escapar y seguir viajando alrededor del mundo.
El error que destapó una trama multimillonaria
La casa de subastas Christie’s subastaba un cuadro falso de Wolfgang titulado ‘Niña con cisne’, cuya autoría se atribuía a Heinrich Campendonk aunque en realidad era de Wolfgang. Pero el falsificador cometió un error que le delató, un bote de pintura blanca. Y es que Wolfgang se quedó sin el zinc que usaba para generar la pintura blanca de sus falsificaciones y para poder continuar con su trabajo compró a un fabricante holandés un pigmento de zinc que contenía titanio.
Con este pigmento realizó la obra ‘Cuadro rojo con caballos’, también de Heinrich Campendonk. Esta obra se vendió en una subasta por 2,8 millones de euros, pero en el análisis de la pintura se encontraron restos de titanio en una obra que realmente se pintó en 1914. Esto encendió las alarmas porque el pigmento blanco con restos de titanio se comenzó a utilizar en 1920.
El error desencadenó una cadena de demandas que destaparon una trama multimillonaria en la que se engañó a galerías y compradores de todo el mundo. Aparte de engañar también pagaron honorarios a un experto tasador de arte para comprar su silencio. Esta cadena de demandas terminó con la detención del matrimonio. La pareja y dos socios fueron condenados por falsificar catorce obras de arte, ya que muchas otras quedaron excluidas del juicio por haber prescrito.
La vida del matrimonio tras salir de prisión
El matrimonio afirmó que habían producido cerca de 300 falsificaciones pero muchas de ellas no han podido ser identificadas. Obsesos por los detalles realizaban “viajes culturales” en los que realizaban investigaciones meticulosas de los cuadros que posteriormente falsificaban. Estudiaban las obras, las cartas y los diarios de los artistas para lograr la perfección de la imitación en su máxima representación. Gran parte de los cuadros nacían de la imaginación de Wolfgang, que le daba a sus cuadros títulos de obras conocidas que se consideraban perdidas.
Los falsificadores compraban lienzos y marcos antiguos en mercadillos y usaban una cámara de los años 20 para conseguir dar aspecto antiguo a sus creaciones como muestra de la procedencia histórica. Wolfgang afirmó que dominaba los estilos de al menos 50 artistas que habían fallecido y que, debido a que se metía tanto en la piel de los artistas, había llegado a perder su propia identidad.
Tras salir de la cárcel Wolfgang ha creado obras bajo su propia identidad, aprovechando su conocida historia. En 2021 sacó una serie de NFT bajo el nombre de “The Greats”, donde reinventó el “Salvador Mundi” de Leonardo da Vinci al estilo de artistas de gran renombre como Vincent Van Gogh o Andy Warhol.
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