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Mujer hablando frente a micrófonos con el rostro de un hombre mayor en un círculo al fondo
INVESTIGACIÓN

La mujer de López Obrador habría pedido nacionalidad española pese a criticar a España

Tras exigir disculpas a España en 2019, Gutiérrez Müller habría pedido ahora la nacionalidad por sus raíces leonesas

Beatriz Gutiérrez Müller, escritora y académica casada con el expresidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, ha vuelto al foco. Concretamente, Müller habría solicitado la nacionalidad española a pesar de sus controversias pasadas con nuestro país. Ya en 2019, durante el mandato de su marido, se le asoció a la carta enviada al rey Felipe VI. En ella se solicitaba una disculpa pública por los agravios cometidos durante la Conquista.

Aquel gesto marcó un momento de tensión en las relaciones entre México y España. Un periodo que el propio López Obrador definió como una “pausa” diplomática.

Ese antecedente hace que cobre especial relevancia la información que señala que Gutiérrez Müller habría iniciado trámites para obtener la nacionalidad española. El aparente cambio de rumbo, de la crítica frontal a la búsqueda de un vínculo legal, ha generado reacciones encontradas.

De hecho, hay quien sostiene que se ha trasladado a vivir a Madrid, específicamente en la exclusiva zona residencial de La Moraleja. Motivada en parte por el ingreso de su hijo Jesús Ernesto a la Universidad Complutense

Varios diarios han informado que la escritora habría comenzado el proceso para obtener la nacionalidad amparándose en la Ley de Memoria Democrática. Ley que lleva en vigor en España desde octubre de 2022.

Un hombre de cabello canoso con traje azul y corbata roja está de pie frente a una bandera, junto a la imagen de una mujer rubia con expresión seria y fondo oscuro.
Montaje de Beatriz Gutiérrez Müller y Andrés Manuel López Obrador. | Montaje

Esta norma permite a descendientes de españoles exiliados o que perdieron su ciudadanía recuperar la nacionalidad. Todo sin necesidad de residir previamente en territorio español. Según diversas fuentes, Gutiérrez Müller cumpliría con los requisitos gracias a su ascendencia paterna. Y es que supuestamente su abuelo nació en León, Castilla y León.

Otras publicaciones sostienen que la escritora acudió a las oficinas consulares españolas en la Ciudad de México para informarse sobre el procedimiento. Otros subrayan que el trámite no implicaría renunciar a la nacionalidad mexicana, ya que México permite la doble ciudadanía incluso en ausencia de un tratado bilateral con España.

Pese a la amplia cobertura mediática, ni Beatriz Gutiérrez Müller ni las autoridades han confirmado de manera oficial la solicitud. En julio ya circularon versiones que apuntaban a que ella misma habría respondido a los rumores, aunque sin ofrecer detalles concluyentes.

Mujer de cabello castaño claro con expresión seria y un hombre mayor de cabello canoso en un recuadro circular en la esquina inferior derecha
Montaje de Beatriz Gutiérrez Müller y Andrés Manuel López Obrador. | Montaje

En paralelo, la presidenta Claudia Sheinbaum defiende públicamente su derecho a solicitar la nacionalidad. Calificando la decisión como un acto personal legítimo.

La falta de un pronunciamiento oficial mantiene la información en el terreno de las versiones periodísticas. Aunque la coincidencia de detalles entre varios medios ha alimentado la percepción de que la gestión podría estar en marcha.

Las posibles motivaciones tras la decisión de Gutiérrez Müller

Las hipótesis sobre los motivos que explicarían este paso se dividen entre lo profesional y lo personal. En el plano académico, hay quien señala que Gutiérrez Müller podría estar interesada en desarrollar proyectos de investigación o docencia en España o Europa. Este objetivo sería coherente con su trayectoria: doctora en teoría literaria, autora de varias obras y con una carrera vinculada a la historia cultural.

En el terreno personal, no se descarta que la nacionalidad facilite estancias prolongadas en Europa o que responda a los estudios de su hijo. No obstante, el peso simbólico de su postura anterior hacia España convierte cualquier explicación en materia de debate público.

Un trasfondo diplomático

La noticia no puede separarse del contexto político de los últimos años. Durante el sexenio de López Obrador, las relaciones entre México y España atravesaron tensiones derivadas de las declaraciones del presidente y de gestos diplomáticos como la mencionada carta al monarca. El propio López Obrador evitó encuentros oficiales con autoridades españolas y mantuvo un discurso crítico hacia empresas y figuras de ese país.

En este escenario, la eventual concesión de la nacionalidad a Gutiérrez Müller podría interpretarse como una señal de distensión. Aunque la naturaleza del trámite –de confirmarse– sería estrictamente personal y amparada en la legislación vigente.

Mujer hablando frente a micrófonos con un círculo que muestra a un hombre mayor levantando la mano y una bandera de fondo
Montaje de Beatriz Gutiérrez Müller y Andrés Manuel López Obrador. | Montaje

La Ley de Memoria Democrática, aprobada en 2022, fue diseñada para reparar y reconocer a los descendientes de españoles que se vieron obligados a abandonar el país durante la Guerra Civil o la dictadura franquista.

Entre sus disposiciones, permite que hijos y nietos de españoles soliciten la nacionalidad sin residir en España. Siempre que acrediten la filiación y cumplan con los requisitos administrativos, incluido el juramento de fidelidad a la Constitución y al rey.

Los plazos de tramitación pueden variar, pero en la práctica oscilan entre 20 y 25 meses. En el caso de Gutiérrez Müller, su ascendencia paterna cumpliría con el criterio genealógico. Lo que haría viable la solicitud desde un punto de vista legal.

Una decisión personal con proyección pública

La controversia en torno a la supuesta solicitud de nacionalidad española por parte de Beatriz Gutiérrez Müller no radica únicamente en el acto en sí, sino en el contraste con su historial y el de su marido en declaraciones y gestos políticos. Lo que para unos es un ejercicio legítimo de un derecho individual para otros representa una contradicción frente al discurso histórico mantenido en el pasado.

En ausencia de confirmación oficial, el caso sigue siendo un asunto en el que se mezclan rumores, interpretaciones y datos documentados. De confirmarse, podría leerse tanto como una decisión personal amparada en la ley, como un gesto que, inevitablemente, proyecta implicaciones simbólicas. Tanto en el terreno diplomático como en el político.

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