Modus operandi de mafias de robos: compras un coche sin saber que es robado
La ARP señala que el aumento de robos de coches en España es obra de grandes bandas difíciles de capturar.
La criminalidad en el sector de los vehículos aumenta cada año, con un elevado número de coches sustraídos y vendidos ilegalmente. En España se roban cerca de 100 vehículos al día, dejando en lo que va de año un total de 7.870 hechos delictivos en este ámbito, frente a los 7.106 que se produjeron en 2022, según el último Balance de Criminalidad, correspondiente al primer trimestre del año 2023, elaborado por el Ministerio del Interior. Se percibe, por tanto, una variación del 10.8 %.
La sustracción de vehículos se puede clasificar en función de la finalidad del hecho delictivo. Por un lado, algunas organizaciones criminales que se dedican a traficar con droga roban coches de manera aislada para llevar acabo su actividad, por ejemplo transportar la mercancía. Esta clase de procedimientos son habituales en la zona de Algeciras y Gibraltar, como explican para elcierredigital.com desde la Agrupación Reformista de Policías (ARP). Una vez cumplida su función, estos vehículos 4x4 acaban abandonados en la arena.
Por otro lado, las organizaciones que se dedican el tráfico ilícito de vehículos constituyen una actividad perfectamente estructurada y profesional. Como explica la ARP, estas mafias roban coches para después revenderlos en otros países y generar una cantidad ingente de dinero. Ya sean vehículos de clase media, de marcas comerciales como Peugeot, o coches de alta gama mucho más exclusivos.
Para ello, “intentan manipular las medias de seguridad que tiene el vehículo” con varias metodologías que discurren desde el más común “troquelado o robo de chasis” a un nivel mucho más profesional para coches de alta gama. En el segundo caso, los estafadores recurren a las bases de datos de los desguaces a nivel europeo para encontrar un modelo de coche muy exclusivo y concreto.
Cuando localizan el vehículo, que está en situación de siniestro total, “compran el chasis de ese coche, pero lo que realmente están comprando es la documentación original de un vehículo que ha tenido un siniestro”. Después colocan el número de bastidor en un coche del mismo modelo robado, lo que se conoce como “injerto”, indica la ARP.
Los datos que nos permiten registrar un coche son variados. Se puede distinguir, por ejemplo, el número de identificación o número VIN, único para cada vehículo y también conocido como número de chasis. Sin embargo, el coche también dispone de medidas de seguridad específicas, implementadas en la fabricación y que solo conoce el propio fabricante.
Existe una base de datos policial de investigación a nivel europeo en la que se encuentran algunos de estos datos. Así, los cuerpos de los diferentes países trabajan de manera fluida para desmantelar esta clase de organizaciones. Sin embargo, perseguir delitos de sustracción de vehículos resulta muy complejo porque “hay países donde la corrupción está más visible en ciertas instituciones europeas”, indican desde el sindicato. Añaden que esto permite que “se pueda conseguir documentación virgen de los vehículos” y que la trama continúa creciendo a un ritmo mayor.
Una vez el coche es sustraído, lo estacionado en una zona alejada durante unos 20 o 30 días. De este modo, descubren si el vehículo cuenta con algún detector de ubicación. Pasado el “periodo de hibernación” y certificado que no posee ningún localizador, regresan a por él y comienza la siguiente fase de manipulación.
Un punto clave a la hora de maquillar los coches robados para ocultar su verdadero origen está en algunos puesto de Inspección Técnica de Vehículos (ITV). Como indica el sindicato, “en convivencia con alguna organizaciones criminal, los técnicos miran para otro lado o ven que el número de bastidor está manipulado y casualmente no se percatan...”. De este modo, los coches sustraídos procedentes de otros países consiguen una matrícula española y pasan desapercibidos en su nuevo mercado.
Las grandes afectadas son las aseguradoras
El mercado ilegal de vehículos es una actividad que genera y mueve un gran volumen de capital. Como explican desde la ARP, las mayores afectadas por esta conducta delictiva son las compañías aseguradoras, pues muchos de los delincuentes que sustraen los vehículos, también llevan a cabo técnicas para estafar a las compañías por medio de las pólizas de seguro.
Los estafadores contratan primero un seguro a todo riesgos para un coche de alta gama. Posteriormente, trasladan el vehículo a una zona cercana al puerto fronterizo, “donde lo venden sin papeles y de manera opaca e ilícito”. El coche cruza así la frontera y llega a países de África, dejando vía libre al estafador para que denuncie un supuesto robo y así la compañía deba indemnizarle.
“Las aseguradoras están siendo estafadas”, afirma la agrupación. Con este modus operandi, tanto el comprador, como el estafador, son conscientes de que están llevando a cabo una actividad delictiva. Sin embargo, los bajos precios a los que se comercializa el vehículo son un gran atractivo para el comprador. A su vez, el delincuente consigue el 100% de reintegro del coche con la denuncia del supuesto robo.
La ARP explica que en una investigación que llevaron a cabo, detectaron a una organización que operaba entre Alemania, Italia, Francia y España, robando y transportando vehículos en los 4 países. “Tenía una estructura totalmente jerarquizada y contaban con multitud concesionarios”, afirman.
Además, desvelan el caso de un alto cargo en la mafia, de origen italiano, que hasta el momento nunca había sido detenido, a pesar de que acumulaba más de 500 vehículos ilegales vendidos en España. “Llegar hasta el él fue muy complicado”.
Estas mafias cuentan con sus profesionales específicos; trabajadores con altos conocimientos que son capaces de robar y neutralizar las medidas de seguridad del coche en menos de 1 minuto. Después con su alta habilidad logística los transportan de manera sigilosa, atravesando de un país a otro.
También tienen concesionarios cuya apariencia es perfectamente legal. Una vez introducido y manipulado el coche, el engaño es totalmente imperceptible para los usuarios de a pie e, incluso, para los propios técnicos. Es por ello que muchas personas acuden a lugares de venta de coches de segunda mano y acaban adquiriendo un vehículo robado.
De hecho, en la investigación que menciona el sindicato, tras analizar la documentación de todos los vehículos, se dio con familias que habían comprado coches sin saber que estaban manipulados. La situación en esos casos es difícil, pues “hay un comprador de buena fe con su factura, pero el coche pertenece realmente a una compañía aseguradora que ha indemnizado al antiguo propietario”. Normalmente se suele solucionar mediante acuerdos entre las compañías aseguradoras y los propietarios.
Un tercer grupo que sustenta esta actividad delictiva lo conforman los usuarios que compran coches “a catálogo”, es decir, piden a las propias mafias que roben modelos exactos de vehículos de alta gama que desean comprar por un precio inferior al de mercado.
La sustracción de vehículos de media y alta gama y autocaravanas es un mercado de un potencial económico muy grande. Esta actividad delictiva que se comete sin violencia ni intimidación está perseguida, sin embargo, "se condena con penas mínimas que acaban por convertirla en un método rentable para los delincuentes", que amasan enormes beneficios.
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