Juicio de 'los Miami': Así operaba la mayor red internacional de tráfico de drogas
En 1997 tras muchas y sangrientas peleas, los Miami se hicieron con el control de la droga en la noche madrileña.
Este lunes 6 de marzo ha comenzado el macrojuicio de los Miami, que sentará a 81 personas en el banquillo. Todos los acusados tendrán que declarar ante la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares y están imputados por pertenecer a una red que introdujo en España 7,5 toneladas de cocaína de origen sudamericano. También se les acusa de blanqueo de capitales, tenencia ilícita de armas, tráfico de drogas, falsedad documental, falsificación de moneda y un delito contra la Hacienda Pública.
Entre los acusados se encuentra ‘la reina de la coca’, Ana María Cameno, que actualmente se encuentra cumpliendo una condena de 16 años de prisión por la distribución de un centenar de kilos de cocaína. En este juicio, tanto ella como David Vela, su pareja en aquel entonces, se enfrentan a una petición de casi 40 años de cárcel, aunque Cameno podría ver sustancialmente reducida la petición de pena y ser condenada a tan solo cinco años de prisión.
La Fiscalía los sitúa como cabecillas de la banda junto a Artemio López Tardón, para quien solicitan 46 años y medio de prisión. A Artemio y a su hermano Álvaro se les conoce como los Miami pero, pese a estar procesado en esta causa, Álvaro no se sentará en el banquillo ya que actualmente está cumpliendo 150 años de prisión en Estados Unidos por blanqueo de capitales.
Desde que la Justicia procedió contra la red hasta que se ha iniciado el juicio ha pasado tanto tiempo que la Fiscalía ha tenido en cuenta las dilaciones indebidas a la hora de alcanzar acuerdos de conformidad con más de la mitad de los acusados.
Los inicios y la desarticulación de la red
Todo empezó a mediados de los años 90, cuando Juan Carlos Peña Erano fundaba la banda con Mario Zanata, alias el Botas, y el colombiano Ricardo Rojas Montes, alias Richard, y manejaban los negocios sucios de la noche madrileña. Peña era hijo de un conocido protésico dental de Moratalaz, un joven con posibilidades de estudiar y de tener un futuro profesional que decidió dedicarse al tráfico de drogas. Por debajo de estos tres, ejercían de lugartenientes los hermanos López Tardón, Álvaro y Artemio. En 1997 tras muchas y sangrientas peleas, los Miami se hicieron definitivamente con el control de la droga en la noche madrileña.
Juan Carlos Peña "desapareció" antes de ingresar en prisión por una de las múltiples causas pendientes que tenía. Sin embargo, el 22 de julio de 2009 le detuvieron en la localidad madrileña de Navacerrada, cuando acudía a celebrar el noveno cumpleaños de su hijo mayor. Tenía entonces 43 años.
Desde ese momento, los "escindidos", comandados por los hermanos López Tardón, se hicieron con el control de la noche madrileña, no sin tener antes que pelear por ello, ya que tras la desactivación de Peña Erano le tomó el relevo Ivo el Búlgaro, llamado en realidad Rafi Beyham Remzi, que llegó a tener a un centenar de porteros trabajando para él. Antes, un Miami había acribillado a balazos el 13 de enero de 2009 a Catalin Stefan Craciun, su mano derecha. Pero Ivo y los López Tardón llegaron a un acuerdo.
La operación que acabó con los Miami se produjo en julio de 2011, cuando la Policía Nacional irrumpió en su chalet de la lujosa urbanización madrileña de Conde Orgaz y encontró 25 millones de euros en metálico en un zulo, enterrados bajo el cemento. Los cálculos de la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales (UDEF) de la Policía Nacional estiman que los hermanos López Tardón manejaron "entre 120 y 140 millones de euros en esos años". Ahora, ocho años después, la investigación parece haber concluido y descifrado el entramado de sectores de la organización.
El primer sector de los Miami
En su acusación, la Fiscalía de la Audiencia Nacional describe el modus operandi de los Miami, a los que reparte en cuatro "sectores" y una quinta ramificación de personas que al principio formaban parte de la organización, pero luego se fueron desvinculando. En el primero estarían los líderes de la trama, los hermanos Álvaro y Artemio López Tardón, junto a otra hermana, María de las Nieves, y el marido de ésta, José Luis Torrego.
En total, en este primer "sector" la Fiscalía incluye un total de 45 personas, muchas de ellas indias o españolas de origen indio, que presumiblemente se dedicaban al blanqueo de los beneficios de la venta de drogas, a transportar parte de los beneficios a Estados Unidos -como el caso de un auxiliar de vuelo de la compañía Iberia y su hermano-, a controlar el transporte de drogas desde Sudamérica a España o, incluso, la persona que construyó el zulo para guardar el dinero.
El segundo sector
El segundo sector o ramificación estaba comandado por Ana María Cameno, la reina de la coca, junto a su marido, David Vela Navarro, alias Machín. De entre las particularidades de Ana Maria Cameno se sabía que era tan aficionada a la santería que no hacía prácticamente nada antes de consultarlo con un "santón".
El matrimonio tenía el control de seis fincas, chalets y pisos donde guardaban la droga que llegaba a España una vez que el primer sector decidía la distribución. Muchos de estos inmuebles eran alquilados a propietarios que eran del todo ajenos al negocio y desconocedores de las actividades delictivas que se producían en su interior. En uno de ellos la Policía encontró 25 kilos de cocaína y material químico para "cortarla".
En este segundo sector habría implicadas 22 personas. Según el escrito de acusación, Ana Cameno "era la persona que, en su condición de máxima codirigente de la segunda rama delictiva organización internacional, se encargaba de hacer llegar una parte de la cocaína a los diversos adquirientes y distribuidores finales de la misma en nuestro país, entre los cuales se encontraban principalmente por un lado los codirigentes supremos del tercer sector y por otro lado el líder de la cuarta ramificación".
El tercer y cuarto sector
Este tercer sector al que hace referencia el fiscal estaría comandado por Raúl Juárez Smith, alias tanke o tanketa, y su hermano Víctor. Raúl tenía antecedentes penales por encubrimiento y tenencia ilícita de armas de fuego.
Este sector, formado por ocho personas, rendía cuentas al segundo, comandado por la reina de la coca, y eran los encargados de la distribución de la droga por lo que ellos llamaban "el muro", el madrileño barrio de San Blas, y recibían las partidas de cocaína tanto del segundo como del cuarto sector, a quienes pagaban cuando vendían la droga. En esta ramificación también algunos componentes ejercían labores de lavado de dinero con el envío puntual a Florida, donde residía Álvaro López Tardón.
El cuarto sector lo formaban exclusivamente cuatro personas, dos matrimonios de nacionalidad colombiana, con la particularidad de que a su nombre había varias sociedades "pantalla" sin aparente actividad empresarial pero usadas para "lavar" el dinero. El líder o jefe de esta trama era Laurentino Sánchez Serrano, alias Lauro, que vivía junto con su mujer, Fanny Fernández, en un lujoso chalet de la localidad madrileña de Boadilla del Monte.
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