El pasado mes de julio el mediático 'caso Negreira' cambiaba de juez. Hasta entonces había llevado el proceso la magistrada Silvia López Mejía, que dejaba la causa en manos del titular del Juzgado de Instrucción nº1 de Barcelona, Joaquín Aguirre López. Desde que Aguirre se hizo cargo del caso, una de sus máximas ha sido evitar una dilación del proceso.
Para ello, ha decidido separar las diferentes ramificaciones y los presuntos delitos en piezas separadas, a pesar de que admite que podrían estar conectados entre sí. Por un lado, una pieza principal que investigará los presuntos “pagos realizados por el FC Barcelona a la familia Enríquez” y por otro, piezas separadas con los delitos que podrían derivar de esto.
“La investigación del blanqueo de capitales y de la trama societaria alrededor de Tresep puede ser muy larga y bloquearía sin motivo alguno la tramitación de la investigación principal, de tal manera que el proceso se dilataría sin causa justificada”, explicaba el juez en un auto de principios de septiembre.
Montaje de los imputados por el caso Negreira: El FC Barcelona, Enríquez Negreira, Enríquez Romero, Josep María Bartomeu y Sandro Rosell. | El Cierre Digital
Los últimos movimientos del magistrado —como ya informamos en elcierredigital.com— han sido la reciente imputación al FC Barcelona y ordenar el registro de la sede del Comité Técnico de Árbitros. Con estas medidas y la intención de agilizar el proceso, el magistrado parece hacer alarde de lo que fuentes cercanas de su entorno dicen de él: “Joaquín Aguirre es un juez imparcial e implacable”, comentan a elcierredigital.com.
El juez que destapó el caso 'Gran Tibidabo'
Nacido en el año 1958 en Canarias, Joaquín Aguirre se licenció en Derecho y más tarde aprobó las oposiciones de juez. Sus primeros destinos fueron juzgados de distrito en Barcelona, y de Calatayud. Desde el año 1988 es juez titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona, donde ha llevado casos tan mediáticos como el 'caso Tibidabo', el 'caso Macedonia' o la 'operación Voloh'.
Uno de sus primeros casos en este juzgado fue la investigación por fraude en el servicio militar obligatorio, que, supuestamente, familias acomodadas cometían para que sus hijos no acudieran. Para ello falsificaban, según los diarios de la época, certificados médicos que daban cuenta de enfermedades inexistentes. Y es que hasta el año 2001, cuando se suspendió lo que comúnmente se conoce como ‘la mili’, los varones de cada familia tenían que cumplir un tiempo establecido y obligatorio de formación militar. Lo hacían al cumplir los 18 años y, aunque desde 1991 el tiempo se redujo a nueve meses, anteriormente tenía una duración de dos años. Fue precisamente antes de 1991 cuando saltó por los aires este presunto fraude que juzgó el juez Joaquín Aguirre.
Sin duda, uno de los casos más mediáticos del juez Joaquín Aguirre fue el conocido como ‘caso Grand Tibidabo’, que se destapó en los 90. El extenso caso tenía que ver con la descapitalización, por parte de Javier de la Rosa, de la empresa Grand Tibidabo, que compró en 1988 el parque de atracciones catalán Tibidabo. El principal acusado de la trama, Javier de la Rosa, fue enviado a prisión en varias ocasiones. La última de las sentencias, del año 2008, condenaba a Javier de la Rosa a tres años de prisión. Este había admitido que se había apropiado de 68 millones de euros de accionistas entre los años 1991 y 1994.
Parque de atracciones Tibidabo. | El Cierre Digital
Una de las causas más recientes del magistrado —además del ya mencionado caso Negreria— es la 'operación Voloh', que investiga una presunta trama de desviación de fondos públicos para financiar de manera irregular el proceso de independentismo catalán.
Ahora, su forma de ser “imparcial e implacable” le pone al mando del ‘caso Negreira’, un caso que espera resolver con la mayor rapidez posible.
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