Inseguridad en la zona de Casa de Campo: 'Los menas roban y dan palizas por la noches'
Según residentes de Batán, donde está el albergue juvenil Richard Schirrmann, la última víctima fue hospitalizada.
Los vecinos del barrio de Batán, en Madrid, están preocupados porque se siguen produciendo hechos graves pese al dispositivo policial especial para evitar robos y otros delitos en los pisos y locales de la zona. Ante la situación de inseguridad que sienten, los vecinos decidieron manifestarse el pasado día 19 de febrero para denunciarlo y, de paso, reclamar a la Consejería de Política Social la recuperación del albergue juvenil. La Asociación de Vecinos de Batán solicitó una reunión con la consejera de Política Social, Concepción Dancausa, pero todavía no ha obtenido respuesta.
Los vecinos se quejan de que cuando cae la noche aún se hace más patente la inseguridad. Algunas farolas cercanas al lugar de los hechos se encuentran rotas, lo que facilita la comisión de delitos. María, residente en el barrio de Batán, pasea a su perro por la zona todos los días y afirma que “la sucesión de crímenes había casi desparecido de la zona”.
El pasado miércoles día 1 de marzo, sin embargo, tuvo lugar una nueva agresión y robo. Eran las 23.30 horas cuando un joven de 22 años se dirigía hacia su casa y fue asaltado por un "grupo de siete chicos magrebíes", según relata la víctima. Afirma que le pidieron un cigarro y al contestarles que no tenía, uno de ellos le empezó a golpear.
El joven no se pudo zafar de la pelea y tras el incidente los asaltantes huyeron rumbo a la Casa de Campo. El joven agredido sufrió un traumatismo craneoencefálico y una fractura en las costillas. Fue atendido por la Policía Nacional y el Samur en el lugar. Como consecuencia de la secuelas de los golpes, el agredido ha tenido que pasar por el hospital para ser atendido por el personal sanitario.
Dispositivo policial especial en la zona
Un vehículo policial custodia la salida del metro de Batán y una pareja de Policía Nacional montada a caballo, además de un vehículo adicional, hacen rondas por los alrededores del antiguo albergue juvenil Richard Schirrmann, reconvertido desde el 2018 en centro para menores extranjeros no acompañados (menas).
En este centro los jóvenes buscan integrarse en la sociedad española, sin embargo, un porcentaje de los menores alojados en el centro no tiene un trato fácil con los compañeros ni con el personal que los custodian. Los incrementos de robos con violencia han vuelto a producirse en los alrededores de Casa de Campo y Batán en los últimos días.
En el caso de esta última agresión, el joven atacado declaró a la Policía Nacional que los autores del asalto podían tener rasgos magrebíes y que creía que podría reconocer a varios de ellos.
Los agentes se dirigieron al centro de primera acogida de menores extranjeros no acompañados (menas) de la Casa de Campo, dependiente de la Comunidad de Madrid, al sospechar que los autores podrían ser adolescentes del centro. Los vigilantes de seguridad del centro confirmaron que, al menos, dos de los menores no se encontraban en el complejo cuando sucedieron los hechos.
Los trabajadores del centro recuerdan que, en el tiempo que lleva el centro abierto, varios jóvenes han sido detenidos por reventar cerraduras, romper ventanas, robar en las cocinas, amenazar con cuchillo en mano... También aseguran en declaraciones a elcierredigital.com que las luchas por el territorio entre los internos son habituales, ya que buscan el mando en el centro.
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