Historia de Fray Ignacio y Fray Eduardo, los nuevos monjes 'millennials' en Leyre.
Dos jóvenes de 24 años, de la Orden de San Benito, explican su vida religiosa en una comunidad en Navarra.
Dos monjes ‘millennials’ de 24 años, adaptados a las nuevas tecnologías, se están haciendo populares gracias a YouTube. Sus dos entrevistas para la Asociación Arguments han conseguido más de cinco mil visitas cada una. Los dos monjes benedictinos del Monasterio de Leyre, en Yesa (Navarra), a 52 kilómetros de Pamplona, pertenecen a la Orden de San Benito y explican con detalle sus vivencias dentro de la Iglesia.
Fray Ignacio Esparza Lezúan y Fray Eduardo Oliver Piqué son los dos monjes de 24 años que han revolucionado las redes sociales. Los dos relatan su decisión de entrar en la vida sacerdotal, además de explicar cómo se lo tomaron sus padres y sus amigos. Para ellos es totalmente compatible ser ‘millennial’ y a la vez ser monje.
Ambos tienen la misma edad. Ignacio siempre estuvo ligado a la vida cristiana, ya que se crió dentro de un ambiente católico, estudió en centros religiosos e hizo la carrera en una universidad privada católica. Nada más terminar la universidad, con 22 años, fue cuando decidió entrar en la Orden de San Benito.
Por su parte, Eduardo decidió estudiar la licenciatura de Derecho en la Universidad de Navarra y a la vez estudiar filosofía y teología. Era muy difícil que no fuese a entrar en la vida religiosa, ya que al acabar el bachillerato ya atisbaba que poco a poco su existencia se iba ligando a ella.
Su entrada con los Benedictinos
Durante la entrevista concedida a la Asociación Arguments, Ignacio, navarro de origen, explica que desde pequeño tenía una clara inclinación hacía la vida religiosa. Para él fue una ‘’idea que se me impuso’’, explica. Semejante fue la vida de Eduardo, originario de Barcelona, el cual comenta que quiso hacer vida sacerdotal después del colegio.
El catalán señala que tras constantes viajes hasta el Monasterio de Leyre, "era solo cuestión de tiempo entrar en la Orden". Además, su director espiritual fue una persona clave en su vida, ya que él fue el que le dio el visto bueno para entrar en el Monasterio. "Una persona que me ha respaldado en todo momento", asegura.
Testimonio de Fray Ignacio, monje benedictino y millennial
Para los dos chicos, la influencia positiva de su familia ha sido muy importante a la hora de tomar la decisión de entrar en el Monasterio. Ignacio concreta que su familia, tanto sus padres como sus hermanos, "me lo pusieron muy fácil, ya que me ayudaron mucho".
Por su parte, Eduardo comenta que cuando se lo dijo a sus padres, ellos se lo tomaron con mucho respeto, "algo que siempre he agradecido". Sin embargo, este monje señala lo difícil que lo han tenido otros compañeros cuando han tomado la decisión de entregarse a Dios. Este monje explica que "algunos han tenido que escaparse de casa para entrar en el Monasterio y otros llevan años sin hablarse con sus padres", asegura.
Por otro lado, sus amigos tuvieron interpretaciones dispares, sobre todo los de Ignacio, aunque incluso asegura que alguna de sus amistades "ha dado un paso más en su vida por la fe". Por su parte, Eduardo relata la historia de un amigo suyo al que califica como "muy sensato". El amigo le dijo que "era la única manera que tenía Dios de salvarle", comenta entre risas.
Vida en el interior del Monasterio
Respecto a sus preocupaciones, los dos son muy explícitos y aseguran que todos los días tienen miedo, pero "hay que sobrellevarlo". El navarro afirma que hay que entregarse al Señor y que con su gracia pueden ahuyentarse esos miedos. Algo parecido señala el catalán. Para él lo importante es "la esperanza", ya que "con ella el miedo se pasa antes".
En cuanto a cómo llevan el día a día en el interior del Monasterio, Ignacio explica que lo que más le cuesta es el ritmo del día. "Todos los días son iguales. Haces lo mismo todos los días, no quedas con tus amigos para ver una película", señala. Para este joven navarro eso "es la grandeza de esta vida, que uno se centre en el señor, el cual tiene pensada la historia de amor para el monje".
¿Hay monjes benedictinos jóvenes? El testimonio de Fray Eduardo
Ignacio argumenta que su vida se resume en el ‘ora et labora’ (vocación y vida monástica benedictina de alabanza a Dios). Los dos jóvenes monjes se levantan pronto a rezar, algo que hacen hasta bien avanzado el día. Por la mañana trabajan tres horas y por la tarde otras dos o tres horas. "En todos los quehaceres diarios del día, ya sea en la plancha, cocinando o fregando el suelo puedes encontrar al señor o el amor del Señor", comentan.Eduardo destaca también la presencia de su familia en su vida interna. ‘’Aquí encerrado es cuando me siento más para ellos’’, señala.
Ambos monjes tienen palabras para esas personas que se están planteando entrar en la vida eclesiástica. Ignacio ni se lo piensa y dice ‘’que se lancen, cualquier persona que quiera entrar puede hacerlo". Para el navarro "la vocación es muy gozosa,, ya que el Señor te colma entero". Para Eduardo, "esta vocación es igual para todos los que de verdad quieren buscar a Dios, aunque salga mal"
Ignacio cree que estando fuera del mundo, "el mundo se puede cambiar con la oración" y pide que los demás recen por ellos también. El joven indica que hay que cambiar la sociedad monástica, "hay para llegar mejor al Señor", afirma.
Eduardo también pide que recen por ellos, ya que a ellos no sólo les gusta interceder por el pueblo del Dios, "sino que también los demás intercedan por ellos".
Los monjes budistas también se apuntan
No sólo en España existen monjes ‘millennials’. Saliendo de la vida católica, en el budismo también hay jóvenes ‘millennials’ que se introducen en los movimientos y templos dedicados a Buda para seguir una vida de meditación.
El budismo es una de las religiones más antiguas del mundo, pero, por ejemplo, en Mongolia su destino reposa en los hombros de los más jóvenes. Los monasterios de este país asiático se están gestionando, cada vez más, por monjes de la ‘generación millennial’. Además, se trata de la primera generación nacida, tras tres décadas de represión religiosa bajo el dominio soviético, que erradicó casi al completo todo el clero budista del país.
A pesar de que los tiempos cambian, la vida sacerdotal sigue muy candente entre los más jóvenes, como así lo han demostrado Fray Ignacio y Fray Eduardo, que afirman que "no han tenido miedo al entregar su cuerpo y su alma a Dios". Y que hoy se están haciendo populares gracias a YouTube y las nuevas tecnologías.
Más noticias: