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Un camión cisterna con el logotipo de Pascual estacionado frente a un edificio industrial con un gran cartel de la misma marca.
INVESTIGACIÓN

El Grupo Pascual compra una marca de café catalán tras romper con Mercadona

Tras desvincularse de la distribuidora de Juan Roig, la empresa Café Saula ha pasado a manos del grupo burgalés Pascual

El Grupo Pascual quiere olvidar su ruptura con Mercadona. Para ello, la compañía agroalimentaria ha comprado la empresa catalana Café Saula.

"Esta operación supone la incorporación de la marca barcelonesa, las instalaciones industriales y sus 50 empleados a la estructura de Pascual. Lo cual refuerza nuestra apuesta por el segmento del café para hostelería", explica Pascual. 

Café Saula fue fundada en 1950 en la provincia de Barcelona por el matrimonio Lluís Saula Pons y María Teresa Puig. Hoy, con sede y planta de producción en Sant Feliú de Llobregat (Barcelona), mantiene su fortaleza en el mercado catalán.

La compra se enmarca en la apuesta de Pascual por incrementar su presencia en el sector de la hostelería, y lo hace al ampliar su oferta de café en mercados estratégicos.

Según el director general de Negocio de Pascual, César Vargas, "reforzamos de esta manera nuestra posición en Cataluña". Lo hacen "al incorporar una marca que enriquecerá significativamente nuestra propuesta en el segmento Horeca" (hostelería). 

Ambas empresas, según Vargas, "comparten un alto compromiso con la excelencia. Por lo que estamos seguros de que estas sinergias nos permitirán seguir ofreciendo productos de la más alta calidad a nuestros consumidores". 

Contrato roto 

Mercadona decidió hace unos meses dejar de comercializar la leche de Pascual tras casi medio siglo de relación. La decisión se ha producido de forma "unilateral", según denuncia Calidad Pascual. 

El gigante lácteo natural de Aranda de Duero (Burgos) se quedó sin jugosos ingresos tras la postura de la distribuidora alimentaria líder de España. "Lamentamos la decisión y hemos luchado por evitarla, dado el compromiso de Pascual con sus consumidores. Y el propósito de ofrecer nuestras marcas en el mayor número posible de establecimientos de gran consumo", aseguran. 

Mercadona reconoce que la leche solo la seguirían comercializando en las provincias de Burgos y Segovia. Y explicó que "Pascual es un gran proveedor para Mercadona. Trabajamos con ellos muchos productos: agua, bifrutas, batidos, bebidas vegetales, y en el surtido de leches básicas". 

Fuentes cercanas a Mercadona explican que en la crisis de 2008 Roig decidió eliminar centenares de referencias de productos. Lo habría hecho con el ánimo de estabilizar los precios de la cesta de la compra. Estos estaban disparados en los últimos años a cuenta de la inflación.

En estos momentos se está acometiendo un proceso similar que podría provocar otros llamativos divorcios de marcas emblemáticas. 

El grupo Pascual está dirigido por el primogénito de su creador, Tomás Pascual Gómez-Cuétara, que accedió a la presidencia de la compañía en 2006 tras la muerte de su padre. El actual presidente, ingeniero industrial por la Universidad Politécnica de Madrid, se incorporó a la compañía familiar en 1991.

Tras pasar 5 años por los departamentos de compras, fabricación, investigación y desarrollo, calidad y comercial, en 1996 fue ascendido. Lo hizo al convertirse en director estratégico de la empresa. Su intención era continuar con el trabajo de la saga familiar paterna, Pascual, y materna, propiedad de las emblemáticas Galletas Cuétara. 

55 años de historia

Tomás Pascual Sanz, natural de la provincia de Segovia, dio sus primeros pasos comerciales siendo adolescente al ayudar a su padre en la cantina que regentaba en Aranda de Duero. En esta localidad burgalesa, junto a sus hermanos, fundó en los años 50 una empresa.

Hermanos Pascual fabricó piensos y crío cerdos. Y asumió en 1969 una cooperativa láctea que, con el paso del tiempo, se convirtió en el Grupo Leche Pascual. 

Dos hombres de pie frente a una pared con el texto
Saula. | EP

La empresa fue pionera en España al comercializar la leche en tetrabrick, en los años 70. Lanzar leche desnatada y patrocinar deportistas, en los 80. Y comercializar mezclas de leche y zumo, Bifrutas, en los 90. 

Pascual exporta a 67 países, tiene una gama de más de 200 productos, 6 plantas, 27 delegaciones a través de su empresa de distribución Qualianza, Y cuenta con más de 2.200 empleados. La principal actividad de la compañía es la preparación, envasado, distribución y venta, entre otros, de lácteos y derivados con la marca Pascual. También aguas minerales Bezoya, bebidas vegetales Vivesoy, Bifrutas y Mocay. 

La empresa complementa su portfolio con otros productos de valor añadido, gracias a alianzas con empresas como Idilia foods (ColaCao, Nocilla y Okey), Upfield (Flora), Agua das Pedras Salgadas, Kellogg, Heinz o Conservas Garavilla (Isabel). Aceites y Vinagres Cosecha de Borges y Grupo Ágora (Ámbar y Marlen). Y también AUARA, Mondelez Internacional, Reny Picot y RobinGood.

Otro problema para Pascual: una demanda millonaria por pactar los precios de la leche

Pascual tiene otro gran problema encima tras dictaminarse a nivel judicial que los grandes compradores de leche en España intercambiaron información. Lo hicieron con el fin de "controlar el mercado de aprovisionamiento de leche de vaca" durante 13 años. Este hecho fue para perjuicio de los pequeños y medianos ganaderos. 

Así lo dictaminó hace unas semanas la sala de lo contencioso de la Audiencia Nacional. La Justicia confirmó la existencia de un cartel lácteo entre una decena de empresas y asociaciones que coordinaron la compra de leche de forma irregular. 

Este hecho fue sancionado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) en el 2019. Entonces, el organismo les sancionó con 80,6 millones de euros que a priori podrían reducirse ligeramente. 

La Audiencia Nacional ha confirmado multas como la de 11,6 millones de euros al Grupo Lactalis Iberia (Puleva o Ram); 8,5 a Pascual; o 6,8 a Nestlé. E instó a Competencia a recalcular las sanciones a Comercial Alimentaria Peñasanta (21,8 millones de euros) y Danone (20,2 millones de euros) al "entender que algunos de los períodos investigados están prescritos". 

Las sanciones, explican fuentes de la Unions Agrarias de Galicia, han abierto la puerta a la coordinación de sus 5.000 representados. Esta organización calcula que en España hubo alrededor de 13.000 perjudicados. "Muchos de ellos prejubilados o trabajando en otro sector por culpa de esta organización de tintes sórdidos", señalaron. 

El informe de Competencia de 2019, al que ha tenido acceso Elcierredigital.com, señala que "las prácticas anticompetitivas llevadas a cabo por los infractores han consistido en intercambiar información, a nivel nacional y regional. Sobre precios de compra de leche cruda de vaca, volúmenes de compra de ganaderos y excedentes de leche".

Y continúa diciendo que "Estos intercambios de información estratégica se produjeron en distintos foros. Y versaron sobre distintas materias, si bien todos ellos tuvieron el objetivo común de consensuar y adoptar una estrategia conjunta para controlar el mercado de aprovisionamiento de leche cruda de vaca". 

Además, en determinados momentos se habrían materializado en acuerdos concretos para coordinar los precios de compra de leche y para la cesión de ganaderos entre industriales. Así, por ejemplo, las empresas transformadoras dialogaron e intercambiaron información sobre los precios de compra que ofrecían a sus ganaderos. "Los que iban a ofrecer en un futuro, la identidad de los ganaderos y los volúmenes adquiridos de estos, o la identidad de los ganaderos que tenían intención de cambiar de transformador y posibles medidas para evitarlo", añade. 

Esta información permitía a las empresas ajustar su comportamiento y evitar ofrecer mejores precios y condiciones comerciales a los ganaderos, limitando la competencia en el mercado de aprovisionamiento de leche cruda. 

Como consecuencia de ello "los ganaderos, carecían de libertad para fijar el precio de su producto y la empresa a la que suministraban, distorsionando el normal funcionamiento del mercado en beneficio de los transformadores. Los acuerdos agravaron la situación en un mercado ya de por sí concentrado desde la perspectiva de la demanda, donde existe un elevado poder negociador de la industria transformadora frente a unos ganaderos que, además de estar más atomizados, están obligados a vender la producción para conservar su cuota láctea", añade el informe. 

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