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Un hombre en traje oscuro aparece en un círculo debajo de un texto grande que pregunta sobre el significado de reinar sin gobernar.
INVESTIGACIÓN

Manuel Ventero, autor libro Casa Real: 'Para mantenerse viva requiere ejemplaridad'

El periodista analiza en su obra cómo "el rey Felipe VI representa la unidad del Estado en un contexto de polarización"

En un momento de intensa polarización política y desgaste institucional, el periodista y escritor Manuel Ventero lanza su nuevo libro. Se titula 'Felipe VI ¿Qué significa reinar sin gobernar?' (Editorial Almuzara, 2025). 

A través de este ensayo, Ventero analiza el papel del actual monarca desde una perspectiva constitucional, histórica y social. Argumenta que la monarquía parlamentaria sigue siendo compatible y útil en una democracia moderna como la española.

Según el propio autor, en declaraciones a elcierredigital.com, la motivación del libro nace del recorrido histórico de nuestro país. Una historia con constantes cambios de régimen, conflictos y rupturas. 

“La historia de España es fascinante. En tan solo dos siglos, podemos contar dos reyes destronados a favor de sendas repúblicas (1873 y 1931), a su vez fracasadas. También encontramos varios golpes de Estado, una guerra civil, cuarenta años de dictadura. Y también una transición ejemplar hacia un ‘Estado social y democrático de Derecho’ que, bajo la forma política de una ‘monarquía parlamentaria’, nos ha procurado cuatro largas décadas de libertad y democracia. Algo impensable”, sostiene.

Portada de un libro titulado
Portada del último libro de Manuel Ventero. | La Casa del Libro

El ensayo parte de una premisa central: en una monarquía parlamentaria, el rey no gobierna, pero reina. Ejerce un papel representativo, moderador y simbólico del Estado. 

Tal y como explica el propio Manuel Ventero, “reinar sin gobernar es lo que corresponde en una monarquía parlamentaria. Es un modelo en el que la ausencia de potestad se compensa con una eminente autoritas. El rey es símbolo de la unidad y permanencia del Estado, representante, mediador, moderador y árbitro. Un monarca que, frente al universo cambiante de la política, ofrece una referencia de continuidad”.

Lejos de interpretar este rol como pasivo, Ventero defiende que el rey desarrolla una labor institucional discreta pero relevante. Está alejada del debate partidista, pero presente en la vida constitucional del país. “No interviene en la acción de gobierno aunque, conviene subrayar, no es un convidado de piedra”, afirma.

Felipe VI: templanza en tiempos de crispación

Desde su proclamación en 2014, Felipe VI ha consolidado una imagen institucional marcada por la prudencia y la firmeza. Según Manuel Ventero, una de las principales virtudes del actual monarca es su capacidad para mantenerse al margen del enfrentamiento partidista. Algo "fundamental" en el contexto de crispación actual.

Permanecer ajeno a la lucha partidaria es parte de la esencia de la monarquía parlamentaria. El rey está comportándose en ese sentido de manera impecable. Si hay una cualidad destacable de Felipe VI es, a mi juicio, la templanza. Algo muy necesario en medio de tanto reduccionismo y desmemoria”, señala Ventero.

Un grupo de personas se encuentra reunido al aire libre, donde un hombre con guantes azules parece estar dialogando con otro hombre de cabello canoso y barba, mientras varias personas observan la escena.
Felipe VI tras el paso de la DANA por Valencia. | Cedida

Uno de los temas clave del libro es la ejemplaridad del monarca como condición indispensable para su legitimidad social y política. “Es determinante. El rey representa los grandes valores del Estado y de los ciudadanos. El rey es símbolo de la mejor España. Y eso requiere, previamente, un ejercicio ejemplar de sus funciones”, asegura el autor.

Para Ventero, el mantenimiento de la monarquía en una sociedad democrática y plural no puede basarse únicamente en la tradición. Ha de hacerlo en su utilidad práctica y su comportamiento ejemplar. “Mostrándose útil y eficiente ante la ciudadanía; exhibiendo un comportamiento ejemplar, erigiéndose en referencia permanente de los ciudadanos y de las instituciones”, resume.

Democracia y monarquía: ¿Una convivencia posible?

El ensayo desmonta la idea de que monarquía y democracia son conceptos incompatibles. Ventero recuerda que algunas de las democracias más consolidadas del mundo funcionan bajo regímenes monárquicos: “La monarquía es una institución anacrónica. Solo su modalidad ‘parlamentaria’ —la española— es compatible con la democracia".

"Su preservación en el tiempo requiere de ella una praxis caracterizada por la utilidad y la ejemplaridad. Pero lo cierto es que el país más democrático del mundo, que es Noruega, es una monarquía parlamentaria. Y según The Economist Intelligence Unit, entre los 10 países más democráticos del mundo hay 6 monarquías parlamentarias”, señala.

Un hombre de cabello canoso y expresión seria viste un traje oscuro y camisa clara sobre un fondo gris.
Manuel Ventero. | Cedida

Desde este punto de vista, lo que está en juego no es tanto la forma del Estado como la calidad de las instituciones. “No se trata tanto de fortalecer la monarquía como de conservar debidamente el entramado institucional. La democracia no es algo que se alcanza y permanece. El riesgo de erosión de las libertades y derechos es permanente. De ahí la importancia de las instituciones, que están para proteger a los ciudadanos frente a los riesgos del poder”, advierte.

Una mirada histórica: Juan Carlos I y la Transición

En su repaso a la historia reciente, Ventero también reivindica el papel de Juan Carlos I como figura clave de la Transición. El escritor subraya su capacidad de adaptación a las demandas de una sociedad democrática.

Hombre mayor con traje oscuro y corbata negra en un evento al aire libre.
Juan Carlos I. | Raúl Terrel / Europa Press

“Diría en justicia que el mayor ejemplo de adaptación a las demandas de la sociedad lo protagonizó Juan Carlos I. El rey absoluto —por voluntad de Franco— que mutó en rey democrático en tan solo unos meses. Pilotó un cambio de régimen que devolvió la soberanía al pueblo y empujó a los españoles de todas las ideologías a un inédito pacto nacional, que fue la Constitución de 1978”.

Esa herencia, a juicio del autor, debe ser conocida y defendida frente a discursos simplificadores y polarizantes.

El verdadero dilema: democracia frente a autoritarismo

Para Ventero, el debate sobre monarquía o república es hoy un falso dilema que desvía la atención de los verdaderos riesgos para la democracia. “Vivimos tiempos complejos, fuera y dentro de España. Pero habríamos de tener presente que el dilema verdadero no es monarquía versus república, sino democracia versus dictadura”, sostiene. En este sentido, cita al histórico líder comunista Santiago Carrillo: “Mientras la monarquía respete la Constitución, nosotros respetaremos la monarquía”.

Una reflexión que, medio siglo después, adquiere un nuevo significado en un contexto político y social marcado por el auge de los populismos, el descrédito institucional y los debates identitarios.

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