Estas son las prácticas ilegales 'normalizadas' en España que afectan a los ciudadanos
El estudio del especialista Ángel López señala los cargos bancarios y el impuesto de sucesiones como los más criticados
El especialista en fraudes y estafas, Ángel López, ha presentado un estudio sobre las prácticas normalizadas e ilegales que afectan a los ciudadanos. La investigación, realizada a través de una encuesta a 1.000 personas, muestra cómo ciertos servicios y cargos se han convertido en 'estafas normalizadas'. Aquellas que las personas asumen como parte de su vida cotidiana, a pesar de considerarlas injustas.
Además, analiza el incremento de los fraudes cibernéticos en los últimos años y cómo estos están cambiando la percepción de seguridad entre los españoles.
El estudio señala que entre las estafas normalizadas más comunes se encuentran los cargos de mantenimiento de cuentas bancarias. También el impuesto de sucesiones y las ‘condiciones abusivas’ de los préstamos bancarios. Estos cargos generan indignación en la población, que los percibe como un abuso económico.
Los cargos de mantenimiento de cuentas bancarias encabezan la lista de prácticas consideradas una estafa normalizada por el 35% de los encuestados. Los bancos cobran estas comisiones simplemente por mantener una cuenta activa. Una práctica que afecta a los usuarios en su economía diaria.
Las entidades financieras se defienden argumentando que estos cargos cubren los costes de administración y servicios. Pero para muchos ciudadanos, esta práctica representa un gasto innecesario y una obligación sin alternativas claras.
El impuesto de sucesiones es visto como estafa por el 27% de los participantes en la encuesta. Este impuesto, que se aplica a la transmisión de bienes tras el fallecimiento de una persona, se percibe como una doble imposición y un castigo en momentos vulnerables para las familias.
Las críticas a este tributo apuntan a la obligación de muchos herederos de vender propiedades o activos para poder hacer frente al impuesto. Generando así una carga económica que se suma al dolor de la pérdida.
Los préstamos bancarios son otra fuente de controversia, señalados por el 22% de los encuestados como una estafa normalizada. Las condiciones impuestas por los bancos, con intereses elevados y comisiones ocultas, se convierten en una trampa financiera para muchos ciudadanos. Que se ven obligados a aceptar debido a la necesidad de acceder a financiación.
De manera similar, las suscripciones automáticas difíciles de cancelar son también vistas como prácticas abusivas. Generando un gasto mensual que muchas veces es complicado cancelar.
El impacto económico en las familias
El estudio de López revela que las "estafas" normalizadas tienen un impacto significativo en los presupuestos familiares. Un 30,9% de las familias encuestadas gasta entre 50 y 200 euros al mes en este tipo de prácticas.
Otro 25,7% destina entre 10 y 50 euros mensuales, mientras que un 5,7% llega a gastar entre 200 y 500 euros. La situación es más preocupante para un 3,9% de los encuestados, que afirma gastar más de 500 euros al mes en estas "estafas".
Casi la mitad de los encuestados (47%) considera que estos gastos tienen un impacto de moderado a alto en sus presupuestos mensuales. Lo que refleja el peso que estas prácticas ejercen sobre la economía doméstica.
Los cargos de mantenimiento de cuentas bancarias destacan como la principal preocupación económica, afectando al 26,7% de los encuestados. A ellos le siguen los préstamos bancarios (18,5%).
Estafas Ilegales: fraudes y ciberataques
Más allá de las "estafas" normalizadas, el estudio analiza la prevalencia de los fraudes y estafas ilegales en España.
La situación es alarmante: el 89% de los españoles ha sido objetivo de fraude o estafa en algún momento y casi la mitad (45%) ha sido víctima de estas prácticas.
Este aumento se ha visto potenciado por la pandemia y el auge de la digitalización, que ha abierto caminos a los ciberdelincuentes.
Phishing: El fraude más común
El phishing se posiciona como la estafa más común, afectando al 33% de los encuestados. Consiste en engañar a las personas para que proporcionen información confidencial, como contraseñas o datos bancarios, mediante correos electrónicos, mensajes o sitios web falsos.
Los ciberdelincuentes se han vuelto cada vez más sofisticados, utilizando tácticas de ingeniería social para atraer a sus víctimas.
Según el informe del Ministerio del Interior, las estafas informáticas suponen aproximadamente el 90% del total de la cibercriminalidad en España.
Aumento de las estafas informáticas en los últimos años
Según datos del Ministerio del Interior, las estafas informáticas han crecido un 380% en seis años. Las medidas para frenar la COVID-19 impulsaron el uso de dispositivos tecnológicos y el comercio online, lo que a su vez incrementó la vulnerabilidad de los ciudadanos a los ciberataques.
El auge de las estafas se atribuye también a la disponibilidad de herramientas y kits en la red. Estos medios permiten a los ciberdelincuentes llevar a cabo sus acciones sin necesidad de tener grandes conocimientos técnicos.
Los expertos en ciberseguridad señalan que la mayoría de las estafas informáticas están relacionadas con el "carding". Se trata del robo de información de tarjetas bancarias que luego se vende a terceros o se utiliza para vaciar las cuentas de las víctimas.
Este tipo de delitos se considera "cómodo" de realizar y no requiere de un conocimiento técnico avanzado.
El perfil de las víctimas
El informe de cibercriminalidad de 2021 del Ministerio del Interior muestra el perfil de las víctimas de fraudes informáticos en España. Ha resultado estar bastante equilibrado en términos de género, con una ligera mayoría de hombres.
El rango de edad más común en las víctimas de la ciberdelincuencia es de 26 a 40 años. Lo que indica que incluso los ciudadanos más preparados pueden ser vulnerables a las campañas de fraude bien dirigidas.
Los delincuentes son expertos en adaptar sus tácticas a diferentes perfiles, haciendo que cualquier persona pueda ser blanco de sus estafas.
Medidas de seguridad y prevención
Como respuesta al incremento de las estafas y fraudes, la mayoría de los españoles ha adoptado medidas de seguridad adicionales. Según el estudio de López, el 88% de los usuarios evita compartir sus datos en internet por motivos de seguridad.
Además, las principales preocupaciones relacionadas con la seguridad en línea incluyen el acceso no autorizado a información personal (55,4%), la suplantación de identidad (50,2%) y el fraude bancario online (49,3%).
El estudio de Ángel López arroja luz sobre la compleja realidad de las estafas en España. Las prácticas normalizadas, aunque legales, generan un profundo malestar y representan una carga económica significativa para las familias.
Paralelamente, los fraudes ilegales, especialmente los ciberataques, están en constante aumento, impulsados por la digitalización y la pandemia.
Las autoridades y empresas deben colaborar para abordar estas problemáticas, reforzando la protección de los ciudadanos y educándolos sobre cómo actuar frente a posibles estafas.
La percepción de inseguridad online se ha vuelto una constante en la sociedad española. Una señal de la necesidad de continuar concienciando y tomando medidas de protección en un entorno cada vez más digitalizado.
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